Análisis de Mario Party: The Top 100 (Nintendo 3DS)
Mario Party es una de las mejores series para jugar un rato con los amigos y enfrentarse en pequeños retos que duran la mayoría de las veces unos pocos segundos y que incitan a las revanchas. Las partidas en tablero añaden un componente de suerte y estrategia, además de una pizca de mala leche al permitir fastidiar a otro jugador. Una consola tras otra desde Nintendo 64 la serie se ha ido adaptando y evolucionando, y ahora llega en la consola portátil un homenaje a cien de los minijuegos con los que hemos disfrutado estos años en Nintendo 64, GameCube, Wii y WiiU.
Una selección muy cuidada de los mejores minijuegos de la serie
Mario Party: The Top 100 contiene una cuidada selección con minijuegos en la que se ha tenido en cuenta la variedad de plataformas en las que salieron. El equilibrio resultante es similar al de cualquier juego de la serie, combinando algunos más largos y otros rápidos, y con variedad en lo que requieren del jugador: habilidad, suerte, rapidez de reflejos, paciencia, memoria…
Buena parte de los juegos se ha modificado ligeramente para adaptarse al control de la portátil, ya que la mayoría estaba diseñado para un hardware específico, pero estos cambios se han realizado con cariño, tanto en el control como en el aspecto de los personajes y escenarios. En lo que nos ha parecido todo un detalle, al empezar cada juego, además de los controles y la opción de entrenar, está dibujada la consola en la que salió originariamente.
Los modos de juego no son demasiados. Al principio no están desbloqueados todos los juegos y para hacerlo hay que superar Islas de los Minijuegos (o utilizar un amiibo compatible), en las que vamos avanzando por cuatro mundos superando todos los minijuegos que están incluidos en The Top 100 y enfrentándonos a algunos jefes.
Para pasar al siguiente juego sirve con no quedar en último lugar de los cuatro personajes. Si quedamos el último perderemos una de las vidas; y si nos quedamos sin ellas podemos retomar la partida o desde la mitad de cada mundo o utilizando amiibo compatibles.
En 100 Minijuegos podemos elegir cuáles jugar enfrentándonos a otros tres personajes controlados por el juego de los ocho disponibles. En Decatlón se trata de intentar mejorar los récord en una serie de minijuegos. Son los modos más centrados en el juego en solitario.
En el juego con tablero puede haber varios turnos sin disputar un minijuego
Cuando hay más jugadores, Duelo de Minijuegos es el único modo que tiene tablero de juego, pero es sólo uno, pequeño y demasiado sencillo, y para que haya un minijuego hay que recoger globos, de forma que puede haber varios turnos sin que se juegue, lo que hace que las partidas no sean demasiado dinámicas.
En compensación, El mejor de la serie propone partidas rápidas a tres o cinco minijuegos. En este último modo se elige entre diversas cajas temáticas de los minijuegos; inicialmente hay pocas para elegir, pero se van desbloqueando a medida que avanzamos en Islas de Minijuegos. Cada jugador elige una caja y se decide una de ellas a suerte, decidiendo si los juegos serán de deporte, de una plataforma concreta, machacabotones… hay una gran variedad de cajas, e incluso está la opción de personalizarlas.
Como era lógico en un juego que compendia lo mejor de casi 20 años, hay un apartado dedicado a repasar la historia de la serie, los objetos que se pueden utilizar en un tablero y repasar la magnífica galería de sonido con las melodías de todos los minijuegos -después de que hayamos desbloqueado cada uno de ellos-.
El multijugador -siempre local- puede jugarse con un juego por consola o con uno para todos los jugadores mediante descarga, algo que es muy de agradecer y que es una de las mejores características de The Top 100. Se puede jugar a cualquiera de los modos multijugador, ya sea con las series de minijuegos o con el tablero, aunque en este último las partidas pueden hacerse algo pesadas.
Gráficamente la adaptación de los minijuegos antiguos puede que les haga perder parte de su encanto pero da al juego una homogeneidad que le proporciona coherencia y ritmo a la hora de jugar, y la banda sonora es muy buena, con algunos temas memorables.
Un buen homenaje que queda corto más allá de ver los 100 minijuegos
Mario Party: The Top 100 condensa parte de lo mejor de la serie en la selección de los minijuegos que incluye y resulta en este sentido un buen homenaje a todos los juegos que han salido hasta ahora, pero esa concesión a la nostalgia acaba resultando en una limitación a la hora de proporcionar muchas horas de juego debido a la limitación de los modos que ofrece.
Lo que más destaca es el ejercicio de recordar cómo eran los minijuegos en consolas anteriores, porque Islas de los Minijuegos tampoco incita a rejugarlo una vez se han desbloqueado los cien minijuegos. Como Mario Party no es malo; simplemente se queda corto más allá de recordar esos minijuegos que le dan título.
Este análisis se ha realizado con un código de descarga digital proporcionado por Nintendo.