Análisis de Mario & Luigi: Paper Jam Bros. (Nintendo 3DS)
Mario es probablemente el personaje más polifacético jamás creado en el mundo de los videojuegos, algo que salta rápidamente a la vista al comprobar lo bien que funciona el fontanero en prácticamente todos los géneros que ha tocado. Probablemente uno de los ejemplos más llamativos y destacables de esta afirmación la tengamos en Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars, un clasicazo de Super Nintendo con el que Squaresoft consiguió llevar las aventuras de este icónico y emblemático héroe al terreno de los juegos de rol japonés con un resultado que no podría calificarse con otra palabra que no fuera "sobresaliente".
Tal fue su éxito que con el paso de los años asistimos a la creación de dos sagas surgidas a raíz de aquella genial aventura. Por un lado, Paper Mario, al que podríamos considerar como el auténtico Super Mario RPG 2, llevó los juegos de rol del fontanero a un mundo en el que todo era de papel (personajes incluidos), algo que acabó por convertirse en uno de los pilares básicos de su jugabilidad a la hora de plantear situaciones de lo más originales.
Si bien tuvo varias secuelas, ninguna llegó a alcanzar el nivel de la original de Nintendo 64 y sus entregas para Wii y Nintendo 3DS abandonaron gran parte de sus raíces roleras, algo que no terminó de sentarle demasiado bien.
Por otro lado tenemos la saga Mario & Luigi, cuyas entregas siempre han estado dirigidas a portátiles y en las que siempre se ha apostado por ofrecer una experiencia de rol más tradicional y clásica, aunque con unos combates mucho más dinámicos que nunca. Todos los juegos de rol de Mario siempre han tenido elementos interactivos en la realización de los turnos, pero aquí esto se llevó al límite, hasta el punto de que si éramos lo suficientemente habilidosos podíamos llegar a pasarnos el juego sin que nos tocaran, haciendo de cada enfrentamiento algo divertidísimo.
De las cuatro entregas que se han lanzado hasta la fecha, dos de ellas son consideradas grandes joyas por casi todos los que tuvimos la ocasión de disfrutarlas: Superstar Saga y Viaje al Centro de Bowser (si no los habéis jugado todavía, ya sabéis qué regalaros por Navidad), mientras que las otras dos (Partners in Time y Dream Team Bros.) sin ser malos juegos, sí que adolecían de ciertos problemas de ritmo y desarrollo que acabaron por pasarles demasiada factura.
Ahora nos llega la quinta parte de esta última serie: Mario & Luigi: Paper Jam Bros., y como podéis deducir por el título, esta vez no se dejará de lado la otra saga rolera del fontanero, ya que prácticamente todos sus personajes de papel estarán presentes en esta nueva aventura, algo que se convierte en la principal novedad y reclamo de la aventura. Si queréis descubrir qué tal ha resultado este crossover, no tenéis más que seguir leyendo para descubrirlo.
El poder del papel
Ante todo, lo primero que nos gustaría dejar claro es que estamos ante un nuevo Mario & Luigi, por lo que nadie debería caer en el error de pensar que se trata de algún tipo de cruce jugable entre ambas series o ante un Paper Mario. De hecho, se trata de una entrega tremendamente continuista en muchos sentidos.
Con esto ya avisado, decir que estamos ante el juego de rol de Mario con la historia "más Mario" de todas, por lo que el eje principal de su argumento girará en torno al clásico enfrentamiento entre el dúo de fontaneros y Bowser (y por consecuencia, todos sus súbditos, incluyendo los Koopalings), quien, como no podía ser de otra forma, ha vuelto a secuestrar a Peach por enésima vez.
Si bien todo esto ya lo conocemos, ahora se le añade una pequeña vuelta de tuerca al guion al introducir a todos los personajes de Paper Mario en el mundo tridimensional de Mario & Luigi, lo que da pie a que cada héroe y villano (bueno, estos últimos no todos) se encuentren con su "otro yo", algo que se acaba traduciendo en situaciones muy divertidas, como ver a las dos princesas comentando entre ellas lo cansadas que están ya de que las secuestren o a ambos Bowser discutiendo día y noche en una constante lucha de egos.
El humor sigue estando muy presente en todo el desarrollo de la aventura, aunque las bromas y chistes que se realizan no nos han parecido especialmente inspirados en esta ocasión. Sí, se mantiene como un juego con mucho encanto y que se deja disfrutar con facilidad, aunque le falta algo de la brillantez de sus predecesores para plantear situaciones realmente divertidas y originales, y le cuesta bastante más sacarnos una buena carcajada a pesar de que al final acaba consiguiéndolo de vez en cuando.
Entrando ya en lo que es su jugabilidad, la introducción de los personajes de papel se ha utilizado para ofrecernos nuevas posibilidades a la hora de explorar el mundo del juego, aunque tampoco os esperéis nada especialmente revolucionario. Esto se debe principalmente al hecho de que ahora Paper Mario se une a nuestro grupo, permitiendo que el trío de fontaneros realice movimientos conjuntos para llegar a zonas inaccesibles y que sin las cualidades bidimensionales del primero no serían posibles (eso sí, muchas de ellas son sospechosamente parecidas a otras que teníamos en anteriores juegos).
Más allá de esto, no esperéis darle muchos más usos al nuevo integrante del equipo aparte de permitirnos colarnos por huecos estrechos para conseguir algún tipo de secreto, lo que nos ha dejado con la sensación de que la introducción de este nuevo elemento ha quedado muy desaprovechado a la hora de movernos por el mundo. De hecho, ahora el "mazmorreo" y la exploración de escenarios se ha reducido considerablemente, con mapas mucho más reducidos y salpicados por diferentes minijuegos y tareas que a veces nos cortan el ritmo más de lo que nos gustaría.
Uno de los grandes objetivos secundarios del juego es conseguir rescatar a los toads de papel que se han perdido, aunque en vez de esconderlos por el mundo para que los tengamos que buscar, esto se ha reducido a una serie de misiones con sus propias reglas en escenarios cerrados.
Estas son más o menos variadas y muchas de ellas nos ofrecerán los momentos más creativos del juego a la hora de usar el papel, ya que en algunas tendremos que explorar los mapas de cabo a rabo para encontrarlos, pues al ser de papel pueden adoptar la forma que quieran y camuflarse con una facilidad pasmosa (¡hasta en los bocadillos de las conversaciones!). Eso sí, os avisamos que en determinados puntos de la historia os obligarán a realizar varias de estas misiones, aunque son cortas y muy entretenidas de realizar.
Pero si hay algo en lo que destaca la saga y que en esta ocasión lo ha vuelto a bordar, eso es su sistema de combate. La fórmula es exactamente la misma que siempre, es decir, batallas por turnos en las que con el botón A realizamos las acciones de Mario y con el B las de Luigi. A la hora de atacar tendremos que calcular el momento exacto en el que presionar el botón correspondiente para aumentar nuestro daño o sumar golpes adicionales, mientras que en la defensa tendremos que hacer lo propio para evitar la ofensiva del enemigo e incluso contraatacar (por ejemplo, saltando encima de un Goomba justo cuando nos embista).
Las novedades empiezan a llegar en el momento en el que nos damos cuenta de lo presente que está el papel en todas las batallas, empezando por el propio Paper Mario, cuyas habilidades son muy distintas de las de su contrapartida tridimensional. Más allá de la dificultad que entraña tener que estar pendiente de un tercer héroe asignado al botón Y (lo que suele complicar la esquiva de ataques), este héroe tiene la importantísima capacidad de "fotocopiarse", creando copias de sí mismo para fortalecer sus ataques y evitar daños, ya que estas tienen que ser derrotadas antes de que el verdadero pierda vida (que por otra parte, es el que menos tiene de todo el grupo).
Esta acción nos consume un turno, aunque siempre nos da nuestro máximo número de copias, por lo que nos acabará resultando prácticamente imprescindible darle buen uso para progresar en la aventura. Otra de las características únicas de este personaje la tenemos en la forma tan diferente que tiene de realizar sus ataques y esquivas básicas, siendo un combatiente especialmente efectivo a la hora de defender gracias a que sus saltos le permiten planear y que cada copia ejecuta un golpe de martillo (multiplicando nuestro número de oportunidades de contrarrestar el golpe si no calculamos bien).
A diferencia de Mario y Luigi, Paper Mario no puede realizar ataques tándem (que por cierto, apenas hay nuevos), aunque si todo el grupo está en pie puede desatar un ataque trío, los más poderosos, originales y elaborados del juego en los que nos tocará superar minijuegos a cada cual más variado y divertido para aumentar el daño.
Continuando con las nuevas mecánicas, ahora se ha incluido una serie de cartas que nos permitirán desatar todo tipo de efectos especiales durante los combates, como reducir el nivel de enemigos concretos, curarnos, potenciarnos, que sufran daño los rivales, etcétera. Estas las encontraremos por el mundo y en las tiendas del juego, aunque nuestros mazos solo podrán tener un máximo de diez.
Cada vez que pase un turno robaremos una carta y esta se quedará boca arriba en la pantalla táctil, pudiendo acumular un total de tres. Si no usamos ninguna o no le damos la vuelta a alguna de ellas dejaremos de robar cartas, algo que podemos usar en nuestro beneficio si nos sale una buena mano y queremos guardarla para una dura batalla que pueda tener lugar dentro de poco.
Eso sí, para usarlas tendremos que invertir la misma cantidad de Puntos Estrella que nos pida la carta, algo que solo conseguiremos atacando y acertando contraataques, por lo que dentro de un mismo combate su uso está limitado para que no abusemos de ellas. La parte positiva es que usarlas no consume ningún turno, por lo que añaden un leve toque de estrategia adicional. No nos han parecido imprescindibles para pasarse el juego, aunque en las luchas contra los jefes nunca vienen mal.
Las novedades en las batallas también nos llegan por parte de los enemigos. Ahora nos enfrentaremos tanto a sus versiones de papel como a las 3D y cada una de ellas tiene su propia gama de ataques distintos, pudiendo incluso realizar ataques combinados entre ellos para ponernos las cosas todavía más difíciles, obligándonos a desarrollar nuevas estrategias a la hora de priorizar blancos según la combinación de rivales que nos haya tocado y a estarnos muy atentos a lo que hacen nuestros rivales.
Los movimientos de los enemigos son variadísimos y tremendamente originales en algunos casos, aunque donde el juego saca todo su potencial es en los enfrentamientos con los jefes finales: combates intensos, totalmente únicos y dónde se rompen las reglas del título de forma constante para crear situaciones tan desafiantes como divertidas de jugar. En definitiva, una gozada y lo mejor de todo el producto.
La última gran novedad la tenemos en las luchas de Cartoñecos, o lo que es lo mismo, el nuevo tipo de combate que se han inventado los chicos de AlphaDream para sustituir las batallas de gigantes de las dos últimas entregas, aunque esta vez los resultados no han sido tan buenos. Aquí lucharemos con un muñeco gigante de cartón que llevan a cuestas un grupo de toads, pudiendo cargar con ellos para desestabilizar a nuestros rivales y lanzarlo por los aires para aplastarlos y provocarles grandes daños.
El problema es que esta mecánica no resulta todo lo divertida que debería por culpa de su extrema sencillez y de lo lentos y toscos que llegan a ser sus controles. Se ha intentado hacer de cada una de ellas una experiencia diferente cambiando el Cartoñeco que controlamos (cada uno tiene sus propias características, aunque todos se manejan igual) y el mapa en el que luchamos (hielo que resbala, fosos de lava que queman...), aunque nunca se sienten demasiado inspiradas.
Por suerte, hay muy pocos combates de este tipo a lo largo de todo el juego, por lo que no nos robarán mucho tiempo (eso sí, os avisamos que son algo largos), aunque viendo los resultados, habríamos preferido que se hubiera invertido el esfuerzo que se les ha dedicado en ofrecer más jefes finales clásicos o más tipos de enemigos diferentes. No es que sean un desastre, pero tampoco llegan a aportar nada al conjunto.
Gráficamente estamos ante un título que luce prácticamente igual que Dream Team Bros. , lo que es equivalente a un buen diseño artístico que combina perfectamente los estilos de Paper Mario y Mario & Luigi sin perder el encanto de ninguna de las dos series, a grandes animaciones, a unos escenarios repletos de detalles, a un buen despliegue de medios y efectos para las batallas y a un efecto 3D enormemente conseguido durante los combates.
El sonido vuelve a ofrecernos una banda sonora fantástica repleta de grandes composiciones que animan nuestras aventuras por el Reino Champiñón con gran acierto y los efectos son completamente reconocibles para cualquier fan de Mario. De hecho, se ha cuidado hasta el hecho de que los personaje de papel no cuenten con ningún tipo de voz para diferenciarlos de los "originales".
Conclusiones
Mario & Luigi: Paper Jam Bros. es un juego de rol muy entretenido, con mucho encanto y humor, y que sabe hacernos pasar un buen rato frente a la consola sin las habituales complicaciones del género, ofreciéndonos unas batallas divertidísimas, ágiles y muy dinámicas capaces de sustentar por sí mismas todo el peso de la aventura. Sin embargo, a su desarrollo le falta algo más de chispa y ritmo, la exploración está algo más limitada de lo habitual y la novedad de los Cartoñecos ha acabado jugando en su contra. A pesar de ello, se trata de una opción de compra totalmente recomendable tanto si sois fans de la saga como si no, de modo que si os apetece aplastar Goombas por turnos en vuestra Nintendo 3DS, no lo dudéis y lanzaros a la aventura.
Hemos analizado el juego con un código de descarga que nos ha proporcionado Nintendo España.