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Una mirada semanal al pasado, recordando grandes juegos clásicos y momentos de la historia del videojuego.

Z: Humor y estrategia seria de la mano

The Bitmap Brothers lo hizo otra vez.
Z: Humor y estrategia seria de la mano
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Actualizado: 21:31 17/8/2020

En el año 1996 corrían buenos tiempos para los juegos de estrategia en tiempo real. Con Warcraft y Command & Conquer dominando el mercado y logrando la fama como los mejores exponentes del género, The Bitmap Brothers se sacó de la manga un juego que no imitaba a ninguno de estos como si harían algunas compañías, y pensó que la estrategia en tiempo real necesitaba un juego diferente a los demás.

Durante cuatro años que duró su desarrollo, mezcló su habitual estilo gráfico visto en casi todos sus anteriores juegos -como eran la vista cenital y un cuidado enfermizo por los detalles- con grandes dosis de humor gamberro, tal como meses atrás el gran Duke Nukem 3D habría logrado con grandísimo éxito.

Era habitual que si esta peculiar compañía ponía sus manos en algún juego, lo hiciera pensando en todos los que ya existían, y añadían algo diferente en todos ellos. En Z, el juego de la última letra del abecedario, los Bitmap Brothers idearon un juego sencillo, directo, adictivo y con grandes dosis de humor y tacos a partes iguales para conformar el juego de estrategia en tiempo real que no se parecía a ningún otro.

Humor y estrategia seria de la mano

Z se caracterizaba precisamente por reunir estos dos conceptos en principio antagónicos con maestría. Volviendo a recordar el juego de 3D Realms, Duke Nuken 3D, esta experiencia demostró que un juego, sea del tipo que sea, si está aderezado con toques de humor y mala leche puede conseguir una experiencia más redonda y con más personalidad si cabe. Solo hace falta echar un vistazo a su gran secuencia de introducción:

En un universo dominado por robots militares, los robots rojos compiten con los azules -también verdes y amarillos- por dominar diversos planetas a lo largo y ancho del universo. Entre todos ellos, Allan y Brad son dos robots que, como acabamos de ver, no hacen nada más que meterse en líos. Encargados de llevar a cabo las misiones comandadas por el siempre malhumorado general Zod, son los que nos acompañaran en nuestra aventura a través de veinte niveles y cinco planetas, y nos contarán sus aventuras entre misión y misión.

El sistema de juego es sencillo a la par que difícil, pues a diferencia de los juegos de estrategia en tiempo real que dominaban el mercado por aquel entonces, no hay recolección de recursos para aumentar la producción de unidades. En vez de esto, unas pequeñas banderas son las encargadas de dar vida y sentido al sistema de juego de Z.

Todos los niveles contaban con banderas repartidas por el mapa, cada bandera abarcaba una zona específica de territorio y en cada uno de esos terrenos se podían encontrar diferentes estructuras, como por ejemplo fábricas en las que aumentar tus robots o vehículos, otras en las que repararlos, o radares en los que, al tocar la bandera de turno, mostraban todas las unidades enemigas en su rango de acción.

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Sin duda se alejaba en lo visto en otros títulos, pues la lucha por territorios por la que este juego aboga lo convierte en una preocupación diferente, a la par que un pequeño soplo de aire nuevo y fresco al género.

Además de las banderas y sus estructuras a dominar, estaban repartidos por el mapa diferentes armas, ítems y vehículos que eran para el primero en llegar, algo que gustaba a los programadores, pues vimos algo parecido, por ejemplo, en Speedball.

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Aparte de esto, cada jugador tenía su cuartel general en el que, si una sola unidad enemiga entraba, se terminaba la partida, o también si se empleaba la fuerza bruta y se acababa con toda la barra de energía de la base. También se ganaba eliminando a todos los oponentes, lo que dotaba al juego de una variedad de estrategias a escoger bastante importante con unas reglas bastante especiales.

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Todo esto sucedía a lo largo de cinco planetas: desértico, volcánico, ártico, jungla y ciudad, donde todos ellos tienen características especiales y diferentes. El planeta desértico dotaba a los robots total libertad de movimientos, el volcánico lo limitaba al no poder atravesar las zonas de lava, la zona ártica dividía las zonas de manera más brusca al tener más paredes de hielo que otros planetas, la jungla convertía las zonas de agua en un riesgo al poder ser devorada alguna unidad por un cocodrilo, y el último planeta lógicamente también era el de mayores dificultades en el terreno, pues al peligro en el agua se le sumaba la rotura de puentes constante y el posible aislamiento de varias unidades.

Las unidades, bien diferenciadas entre ellas, hacían que, con simplemente leer su nombre, supiéramos para que servían: soldados, psicópatas, duros, pirómanos, francotiradores y lasers. Lo mismo pasaba con los vehículos: jeep, tanque ligero, mediano y pesado, lanzadera de misiles, APC -transporte de unidades con capacidad de fuego de las unidades internas- y la grúa, que contaba con el mayor blindaje de todo el juego y que solo servía para la reparación de puentes.

Sin olvidar las unidades de defensa fijas como eran las ametralladoras, cañones, obuses y lanzadores de cohetes, podemos decir que el componente estratégico de Z era bastante alto, casi tan alto como su dificultad en la tercera parte del juego, donde se volvía desquiciante ante la pasmosa facilidad con la que perdíamos unidades y vehículos.

Humor, tacos y dificultad

Con estas tres palabras podemos definir lo que fue Z, aunque realmente solo salga un taco en todo el juego, el humor que derrochaba en todas y cada una de las escenas de vídeo, o en la forma que te insultaban tus propias unidades al perder era la sal y pimienta que hicieron que este juego, magistralmente doblado al castellano, perdurase en la memoria de muchos hasta hoy. ¡Eres un inútil! ¡lo has destrozado! Nos decían nuestros queridos robots rojos al perder.

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No queremos olvidar que para PC hubo dos versiones de Z, una primera con este nombre sin más y Z 95 & Expansion, que dotaba al juego de mayor velocidad y un re-equilibrio de las unidades, aparte de un editor de niveles y algunas misiones más. También aparte del Pc, visito PSX y Sega Saturn, en 1997 y 1998 respectivamente, para no ver la luz en ninguna plataforma más.

Pero, ¿no hubo una secuela?

Así fue, pues para los afortunados que se pasaron la primera entrega, las letras "to be continued" auguraban una segunda entrega que con Z Steel Soldiers, lanzado en 2001, terminó de confirmarse. Pero fue sin duda el principio del fin de la compañía, pues el paso de las 2D a las 3, empezó a demostrar que muchas compañías que dominaban al arte del dibujo pixel a pixel no estaban preparadas para dar el salto a los polígonos y las texturas.

Z Steel Soldiers no fue un mal juego, pero erró donde todos sus anteriores juegos acertaron. En el año 2001 casi todos los juegos de estrategia del momento estaban en 3D, esto hizo que esta segunda entrega fuera completamente en 3D, pero en vez de desmarcarse de los juegos del momento, The Bitmap Brothers lo hizo parecido, muy parecido a ellos.

Las pequeñas introducciones a modo de cómics interactivos no tenían el carisma que cinco años antes si lo tenían las CGs de inferior calidad. Del diseño de los robots no quedaba ni rastro, pues los modelos 3D en el juego apenas mostraban diferencias de color más allá de las barras de energía o pequeños detalles.

En definitiva, The Bitmap Brothers no supo infundir al alma que todos sus juegos anteriores sí tenían, esto fue lo que hizo que el público no respondiese de la misma manera que con su primer y espectacular juego.

Volviendo a la primera parte, y de la misma manera que con Speedball 2, próximamente está previsto el lanzamiento para las plataformas iPhone y iPad, donde la jugabilidad está siendo adaptada a las pantallas multitáctiles de estos dos dispositivos:

Muchos consideran a Z el último gran juego de los Bitmap Brothers antes de su inactividad durante muchos años, pues actualmente, como podemos ver, las nuevas licencias brillan por su ausencia.

Pero lo cierto es que no queríamos despedirnos de esta gran compañía de videojuegos con su último gran juego, puesto que la próxima semana recordaremos los que faltan, y completaremos el ciclo The Bitmap Brothers.

Z fue un grandioso juego que, como muchas de las producciones de este estudio británico, suponía savia nueva cuando el mercado se saturaba de juegos que se copiaban entre sí. Aún hoy se puede jugar, con un pequeño parche que en la propia web oficial se nos ofrece para que lo podamos disfrutar en los PCs más modernos.

¿Quieres ayudar al general Zod a patear los culos rojos de los holgazanes Allan y Brad? ¿O prefieres destrozar a los incompetentes robots azules? ¡Oh no! ¡La base esta siendo atacada! ¡Pero haz algo!

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