Tener éxito en la industria del juguete es muy difícil. No existe una fórmula concreta, pues hablamos de un mercado cada vez más competitivo y complejo, así como caprichoso y permeable a las modas. Puedes tener el mejor y más completo juguete o figura de acción del mundo, el más avanzado peluche interactivo o el juego de mesa más moderno. Nada te asegura el triunfo. Sin embargo, durante más de veinte años, en España asistimos a la definición más completa de éxito por parte de una empresa nacida entre melocotoneros en la localidad catalana de Molins de Rei.
Hablamos de EXIN (Exclusivas Industriales Sociedad Anónima), una compañía juguetera fundada en 1951 por Ramón Carroggio Socías que pasó de fabricar electrodomésticos y pequeños utensilios de hogar a dedicarse en exclusiva al negocio del juguete debido a su gran acogida entre el público patrio. EXIN tuvo una gama de productos de entretenimiento muy variada, que acogió los más diversos productos. Apadrinó a los Madelman, las figuras de acción que lo podían todo y permitió a los más pequeños tener su propio cine en casa con Cinexin. Se encargó de fabricar las piezas metálicas de Meccano en nuestro país y durante años contó con la exclusiva de Scalextric. Pero la empresa tuvo un juguete que la llevó a competir cara a cara con la todopoderosa LEGO, causándole más de un quebradero de cabeza a la compañía danesa de bloques de construcción: TENTE.
Construyendo un éxito
Las oportunidades hay que aprovecharlas cuando tocan y llaman a la puerta. EXIN supo aprovechar la suya cuando los responsables de Scalextric llamaron a sus oficinas para contar con el apoyo, la fabricación y distribución local del famoso juguete de circuitos y carreras de coches de juguete. Debido a las leyes proteccionistas en términos económicos de la dictadura de Franco en España, si una empresa quería operar en nuestro país debía asociarse o localizar la producción dentro de las fronteras de la región en la que quisiera hacer negocio. EXIN supo sacar un rédito comercial sin precedentes de este hecho, y a finales de los años sesenta, ya se dedicaba a fabricar casi en exclusiva los más variados juguetes, destacando los llamados Exin Castillos y la figura de acción Madelman, uno de los iconos más perdurables en nuestro país cuando hablamos de muñecos.
Scalextric funcionaba a nivel comercial, pero seguía siendo un juguete caro, no apto para todos los bolsillos, y que además necesitaba de espacio y de multitud de elementos externos para funcionar. La industria del juguete -como casi todas- está en continua reinvención. Son el epítome perfecto de la famosa teoría de la Reina de Corazones: corre todo lo que puedas para permanecer en el mismo sitio. Las compañías buscan adaptarse al mercado, ideando y fabricando las mejores soluciones y productos, y todo ello para permanecer en la misma posición en la industria. EXIN dio en el clavo con Cinexin, un pequeño proyector que permitía a los más pequeños disfrutar en gran formato de sus dibujos preferidos, emulando la sensación del cine con personajes animados. El concepto era genial y barato, y dado a su temprano éxito, les permitió entablar nuevas aventuras comerciales mucho más arriesgadas.
¿Había espacio para un juguete que ofreciese grandes márgenes y que además casara con la idea de despertar la imaginación del consumidor? EXIN siempre fue una empresa con grandes capacidades adaptativas, conocedora del mercado y su futilidad, así como bendecida por el don de la clarividencia. TENTE nació en 1972 al rebufo del auge de los juguetes de construcción liderados por LEGO. Durante años, y de hecho se sigue haciendo con excesivo desdén, se ha dicho que TENTE no es más que una copia de LEGO. Pero en la concepción de TENTE hay mucha más miga de lo que podemos imaginar o discernir en un principio. TENTE es la materialización de una forma de operar de EXIN y de la constante búsqueda por adaptar y diseñar un producto que funcionase en el intrínseco mercado español. Los juguetes de bloques de construcción eran un éxito en todo el mundo, y la empresa catalana buscó la forma de moldear el concepto para España y sus propias necesidades. Y lo consiguió.
Un juguete debe ser lo suficientemente dinámico para que su usuario sea capaz de volver a él una y otra vez, creando aventuras e historias nuevas en cada ocasión. LEGO triunfó porque permitía construir cualquier cosa que se le pasase por la cabeza a los más pequeños, y dada su forma y variedad de colores, lo cierto es que era bastante estimulante. Los niños y niñas de la época podían reunir un montón de piezas y levantar casas, hacer rodar coches y vehículos o construir criaturas y paisajes imposibles. No había reglas fijas y eso lo hacía muy atractivo desde un punto de vista empresarial, sobre todo en diversificación de líneas. En el pasado, y mucho antes de la comercialización de TENTE, EXIN probó suerte con Exin Block, pero su tosca construcción y tamaño limitaba mucho el juego, así que se pensó en reducir escalas, amplificar el realismo y volver a la mesa de dibujo en términos de diseño. Una de las máximas en este tipo de productos -y no nos referimos a la de menor escala, mayor diversión-, es la de abaratar costes, por lo que desde la compañía se pensó en fabricar un juguete pequeño con piezas miniaturizadas, una solución idéntica con respecto a la de la competencia pero que apostase por un acercamiento distinto al de LEGO.
TENTE irrumpió en el mercado con gran fuerza, ofreciendo a los pequeños toda una grama de productos fabricados en plástico de alta calidad -ABS-, con un tamaño y un sistema de construcción similar al de LEGO, pero con un sistema de anclaje diferente. Es una de las principales diferencias entre ambos estándares, y lo que a la postre, le valdría a la propia empresa para defenderse de las acusaciones de plagio. El anclaje de las piezas de TENTE está basado en los tetones superiores y laterales y el relieve interno o inferior de las piezas, y siempre con 6 mm de diámetro y 2 mm de separación entre si. La patente, que sería usada en el posterior juicio celebrado en Israel, demostraría que TENTE usaba un sistema perfeccionado y diferente al de LEGO, compuesto por distintas piezas específicas y de diseño propio.
La gama de juguetes y sets de TENTE era enorme. Existían sets y paquetes de ampliación, cajas múltiples y multitud de ambientaciones. Se comercializaban conjuntos que nos permitían levantar pequeños edificios, coches, barcos, naves y aviones, así como construir enormes urbes futuristas o robots. El grupo de diseño de EXIN, compuesto por personalidades como Jaume Torras, Ignasi Castelltort, Álex Vidal o Xavier Martorell, concibió algunos de los juguetes más emblemáticos para todo una generación, que vio en la firma el juguete de su infancia. No obstante, durante muchísimos años la importación de los productos de LEGO a España se encarecían sobremanera por culpa de los aranceles aduaneros, algo que ofreció a EXIN el terreno de cultivo perfecto para proliferar con sus juguetes de construcción a un precio mucho más bajo y competitivo.
Con las series y gamas originales conocidas como Astro, Ruta, Escorpión y Mar, TENTE fue ampliando su popularidad con unos juguetes de gran calidad, que fortalecían la imagen de EXIN como compañía y que además le hablaba de tú a LEGO, toda una multinacional. El juguete de construcción con sabor español llegó a todos los rincones del planeta, distribuyéndose de manera global. En Europa tuvo especial aceptación, pero fue en Estados Unidos, Japón y Sudamérica -con presencia en países como Argentina, Brasil, Chile y Bolivia- donde más cuajó. La todopoderosa Hasbro se encargó de distribuir el producto en Norteamérica, comercializando modelos y sets exclusivos, y en Centroamérica, EXINMEX, filial mexicana, tuvo un triunfo comercial sin precedentes gracias a una localización excelente y unos estándares de distribución que les permitieron estar en todas partes de cara a rivalizar con LEGO.
Sin embargo, la expansión de la empresa en diversos frentes, llevó a EXIN a una situación un tanto incómoda. Mientras la compañía crecía y diversificaba productos, líneas de juguetes y figuras de acción, las deudas aumentaban. La crisis energética de 1979, aquella que disparó el precio del petróleo, golpeó duramente a la entidad. Los derivados del petróleo, como el plástico, eran esenciales para la industria juguetera y las ventas se resintieron. TENTE tenía cada vez mejores productos y series -como la gama Motor, que incluían un pequeño motor alimentado por pilas que conseguía que los coches y vehículos se movieran gracias a un ingenioso mecanismo- o la serie Titanium, que nos trasladaba al espacio con piezas cromadas y bloques de diseño exclusivo.
Cuando LEGO y EXIN se vieron las caras
Dicen que la línea entre plagio e inspiración es muy fina y a veces imposible de discernir. Pero para LEGO estaba muy claro que EXIN había copiado y plagiado su idea, y durante varios años, tuvo a la compañía en jaque con diversos procesos legales en los que afirmaban que la empresa española había usado su sistema de anclaje sin ningún tipo de permiso, reclamando sendos derechos de autor. LEGO afirmaba ser la inventora de los ladrillos de construcción o bricks, y por lo tanto, EXIN tenía que pagar los derechos de autor por el uso sin consentimiento durante tantos años de este sistema de juego. Justo en el momento en el que mejor le iba comercialmente hablando a EXIN, y cuando los bloques de la empresa danesa comenzaban a llegar a España, LEGO atacó judicialmente a la compañía española en Israel, uno de los países en la que ambas corporaciones compartían mercado, y en el que se podría sentar un precedente legal lo suficientemente sólido como para cambiar las tornas de aquello que los demandantes consideraban una competencia desleal.
A través de un costoso y enrevesado proceso, LEGO intentó provocar un antecedente con grandes resonancias comerciales y publicitarias, buscando remover el mercado con una sentencia de importante. La Corte Suprema Israelí era y es un organismo reconocido a nivel internacional, y una sentencia a su favor que condenase a EXIN por copia, plagio o competencia desleal, les permitiría cobrar los reclamados derechos de autor a la compañía catalana y así encarecer de una forma general los precios de su rival en el mercado del juguete.
Para ello, LEGO basó su acusación en las medidas, el tamaño, el material y el sistema de anclaje usado por EXIN. La danesa afirmaba que su producto era una obra artística irrepetible, y como tal, exigían una compensación económica acorde. Tras deliberaciones y trabas comerciales y de distribución entre ambas empresas, la Corte Suprema Israelí dictaminó que las piezas de LEGO no era ni una obra artística ni un hecho irrepetible: eran un sistema de realización libre de derechos de autor, fallando finalmente a favor de EXIN, que pudo comercializar sus productos en Israel y evadir los problemas legales de un antecedente judicial que habría cambiado para siempre el mercado de los juguetes de construcción. Sin embargo, lo que podría haber sido un importante revés para LEGO y el espaldarazo definitivo para la juguetera española, no salvó a TENTE de la desaparición.
El castillo se desmorona
TENTE fue durante muchísimos años una línea de juguetes muy importante para EXIN. Potenció sus diferentes líneas de juguete, creando gamas especiales e incluso adaptándose a las tendencias de mercado. ¿Qué se vendían los robots y los juguetes del espacio? Pues se daba luz verde a la gama Roblock y Astro. ¿Era factible competir contra Duplo y series para los más pequeños? Se creaba la serie Elephant. ¿Qué había que hacer figuras y escenarios muy pequeños porque Micro Machines de Galoob Toys estaba teniendo una popularidad inusitada? Pues se diseñaba Micro Tente, una de las líneas más famosas de toda su historia, porque permitía crear pequeños dioramas con escenarios y bases que, mediante una construcción de forma de puzles, ofrecía al consumidor la posibilidad de levantar pequeños edificios y jugar con vehículos a escala. Había de todo. Desde hospitales, comisarías y puertos o rascacielos, a estacionales espaciales y circuitos de carreras. Pero no fue suficiente.
Los recortes en términos de coste y la enorme cantidad de stock de piezas existentes en los almacenes de EXIN obligó a la compañía a reutilizar diseños e incluso lanzar series económicas y más pequeñas, conocidas como la gama Pocket. El comienzo de la década de los noventa fue una época aciaga para la empresa española. La crisis que atravesó el país por aquella época forzó a EXIN a una situación delicada, anunciando la suspensión de pagos e iniciando un concurso de acreedores en 1991, dejando que diversas entidades y bancos tomaran el consejo de administración para intentar reflotar la empresa y mantenerla en actividad durante el tiempo necesario para su posterior despiece.
TENTE acabó siendo vendida como licencia y patente a Borrás en 1998, que creó durante años versiones de algunos de los sets más queridos, potenciando algunas gamas y diseños y manteniendo viva la marca hasta 2007, fecha en la que se dejó de fabricar, condenando de nuevo a la famosa marca al más injusto olvido. El castillo creado por EXIN, aquel que rivalizó durante décadas con la todopoderosa LEGO en todo el globo, se desmoronaba y era guardado hasta nuestros días en un cajón.