Los olvidados de 2016

Repasamos, un año más, aquellos juegos de este 2016 que quizá se os hayan podido pasar por alto y que están dispuestos a ofreceros grandes momentos y diversión de calidad.
Los olvidados de 2016
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Sin duda, 2016 ha sido un gran año para nuestro hobby favorito y nos han llegado multitud de juegos de gran calidad, como os hemos contado en Los mejores juegos de 2016 y en Los mejores indies de 2016. Tanto es así que el debate sobre cuál ha sido el mejor de estos últimos doce meses está mucho más reñido que en otras ocasiones y no hay un claro ganador. Pero en medio de esa oleada de grandes lanzamientos también se han estrenado ciertas producciones a las que quizá no se les ha dado la relevancia que se merecen o que quizás podrían parecer menos de lo que realmente son.

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Por ello, y tal y como ya es habitual por estas fechas en nuestra web, hemos decidido recuperar nuestro reportaje anual sobre los "olvidados" del año con el objetivo de reivindicar aquellos juegos que consideramos que se merecen que les deis una oportunidad y que quizá se os hayan podido escapar o pasar por alto, ya sea por un motivo u otro. Dicho esto y sin más preámbulos, ¡comenzamos!

Paper Mario: Color Splash

Ver al fontanero más famoso de la historia en una lista como esta puede resultar chocante, pero lo cierto es que no creemos que la nueva aventura de su versión de papel haya recibido todo el reconocimiento que se merece. El hecho de salir en pleno octubre y en fechas tan cercanas a lanzamientos tan importantes como Gears of War 4 o PlayStation VR (dispositivo que ocupó gran parte de la actualidad del videojuego durante dicho mes) no le hizo demasiado bien, algo a lo que había que sumarle una campaña de marketing más bien discreta y cierto aire de desconfianza por parte de los fans tras Paper Mario: Sticker Star y el rumbo general que había tomado la saga, alejándose por completo de sus raíces roleras.

Sin embargo, lo que nos encontramos con su versión final fue una aventura divertidísima repleta de alocadas y originales situaciones, un diseño de niveles muy logrado que nos animaba constantemente a fijarnos en cada pequeño detalle del escenario y a revisitar fases anteriores en busca de nuevas pistas y formas de avanzar, buenos puzles, un sentido del humor finísimo acentuado por una traducción sobresaliente y, por último, pero no por ello menos importante, un apartado audiovisual de primer nivel que hacen de él uno de los juegos más bonitos del año y de la consola en general.

Quizá su sistema de combate podía llegar a resultar demasiado lento y no especialmente satisfactorio al no haber un sistema de progresión real que nos motivara a batallar para mejorar a nuestro personaje (más allá de aumentar la capacidad máxima de nuestras barras de pintura), y la dificultad era prácticamente inexistente en lo que a las luchas se refiere, pero estos defectos al final acababan pasando a un segundo plano ante todas sus virtudes. Uno de esos escasos juegos que se juegan con una sonrisa desde el principio hasta el final.

Tokyo Mirage #FE

El caso de Tokyo Mirage #FE es realmente particular, ya que fue uno de los primeros juegos que se anunciaron para Wii U y de los que más nos han tardado en llegar. Pero lo más sorprendente de todo no fue que este proyecto naciera como una colaboración entre Fire Emblem y Shin Megami Tensei, dos sagas con un gran reconocimiento internacional, sino el hecho de que la combinación de ambas diese lugar a un juego de rol protagonizado por idols y totalmente centrado en la actual industria del entretenimiento japonés.

Esta temática tan alejada de lo que probablemente podrían esperar los fans de estas dos series hizo que muchos usuarios le perdieran el interés, más todavía con los problemas de distribución que ha tenido y con el hecho de que nos llegó sin traducir al español. Como se suele decir, no hay que juzgar a un libro por su portada (o juego en este caso) y este es el mejor ejemplo.

La obra de Atlus y Nintendo acabó dando como resultado un juego de rol muy completo y sorprendentemente clásico en su estructura y desarrollo (mazmorras laberínticas y repletas de puzles, combates por turnos, etcétera), tomando como base principal las mecánicas de Shin Megami Tensei para sazonarlas con muchos de los elementos clásicos de Fire Emblem. Sin duda, una aventura que si te gusta el género y su envoltorio no te echa para atrás, disfrutarás plenamente.

Darkest Dungeon

Darkest Dungeon fue la primera sorpresa que nos llevamos este 2016 cuando se estrenó en enero. Uno de esos indies que, a pesar de haberse pasado un buen tiempo en el Acceso Anticipado de Steam y de haber cosechado muy buenas críticas, parecía haber salido de la nada y no tardó ni cinco minutos en atraparnos sin remedio para tenernos horas y horas pegados a nuestro monitor.

Una aventura que mezclaba con gran maestría elementos de gestión, rol, exploración de mazmorras, combates por turnos muy estratégicos, constante toma de decisiones y un diseño rogue-like. A esto también tenemos que sumarle un apartado artístico sobresaliente, una dificultad muy desafiante, una original mecánica que nos obligaba a cuidar la salud mental de nuestros personajes (quienes iban desarrollando diferentes trastornos) una ambientación tremendamente atractiva que bebía directamente de los relatos de Lovecraft.

Todo esto acababan por conformar una aventura muy especial y con decenas de horas por delante. Quizás su única pega es lo poco variado que podía llegar a resultar, algo que no quita que sea uno de los grandes indies de este año.

Star Fox Zero

La última aventura de Fox McCloud es probablemente el título más polémico y divisivo de todos los que hemos incluido en esta lista, y todo ello por un solo motivo: su sistema de control. No han sido pocos los usuarios que han mostrado su rechazo hacia él por usar el giroscopio del mando y la doble pantalla de Wii U, pero lo cierto es que nosotros nos lo pasamos genial con su propuesta.

Sí, sus controles requieren de cierta práctica y un proceso de adaptación por el que no todo el mundo estaba dispuesto a pasar, pero una vez superada esa barrera Star Fox Zero se destapa como un arcade divertidísimo, variado y con una forma de entender la acción que lleva todo el sello de PlatinumGames, regalándonos buenos jefes finales, fases muy bien diseñadas y momentos tremendamente emocionantes y épicos.

Quizás echáramos en falta más fases de naves "sobre raíles" y nos sobrara cierta misión de sigilo, lo que no impidió que nuestro contador de horas (y de puntos) subiera sin parar en nuestro intento por completar todo al 100% . No sabemos si hubiese sido mejor juego o no con un sistema de control tradicional, pero si os gusta esta carismática saga de Nintendo, creemos que se merece que le deis una oportunidad más allá de sus primeros cinco o diez minutos (e incluso de su primera vuelta).

Shadow Tactics: Blades of the Shogun

No sabemos los motivos por los que Daedalic Entertainment decidió lanzar lo nuevo de Mimimi Productions justo la semana comprendida entre los lanzamientos de Final Fantasy XV y The Last Guardian, dos juegos esperadísimos desde hace diez años y que han protagonizado casi toda la actualidad de la industria durante estas últimas semanas, pero por culpa de ello no serán pocos los que se han perdido este Shadow Tactics: Blades of the Shogun, título que, en nuestra opinión, ha supuesto la última gran sorpresa de este 2016.

No en vano, nos encontramos con un juego que recupera el estilo de los clásicos Commandos de Pyro Studios para proponernos una interesante y desafiante aventura de estrategia, sigilo y acción ambientada en el siempre atractivo Japón feudal, retándonos a controlar a un grupo de cinco carismáticos (y peculiares) especialistas para abrirnos camino por sus distintos niveles. Evidentemente, cada uno cuenta con una serie de características únicas que tenemos que aprender a explotar, algo que nos ofrece una ingente cantidad de posibilidades estratégicas a la hora de superar cada una de las situaciones que se nos iban presentando. Una compra muy recomendable y una buena puesta al día de una fórmula que dábamos ya por perdida.

Unravel

Electronic Arts sorprendió a propios y extraños el año pasado con el anuncio de Unravel durante su conferencia del E3, un juego indie desarrollado por los suecos de Coldwood Interactive que presentaba un apartado artístico y audiovisual tan encantador que acabó llamando más la atención incluso que muchos de sus grandes títulos, pero que acabó quedando en segundo plano cuando finalmente llegó a las tiendas.

Un juego con personalidad y que iba más allá de ser "bonito" para ofrecernos unas buenas bases jugables donde puzles y plataformas se entremezclaban con muchísimo acierto en una aventura sorprendentemente desafiante y en la que resultaba fácil quedarse atascado, obligándonos a pensar mucho para avanzar, algo que muy pocos habrían imaginado de un título protagonizado por un muñeco de lana.

Algo más de variedad en su desarrollo y una duración algo más extensa no le habrían venido mal, pero es un título con tanto encanto que se nos hace difícil no reivindicarlo y recomendarlo.

Pokémon Mundo Megamisterioso

2016 podría considerarse prácticamente como el año de Pokémon. A nadie se le escapa que la fiebre por las criaturas de Nintendo ha regresado con más fuerza que nunca gracias a Pokémon GO y Pokémon Sol y Luna, aunque lo que quizás a muchos se les ha escapado es el hecho de que este año hubo otro juego de gran calidad protagonizado por estos monstruos de bolsillo.

Hablamos de Pokémon Mundo Megamisterioso, la cuarta entrega de una de las subsagas más importantes de la serie, pero que, al mismo tiempo, es una de las más desconocidas por el gran público debido a su propuesta jugable tan específica y concreta.

Esto es un dungeon crawler de los de la vieja escuela en el que tenemos que recorrer una ingente cantidad de mazmorras con multitud de pisos generados aleatoriamente, cuidando que nuestros Pokémon no pasen hambre y no sean derrotados por los enemigos mientras buscamos las escaleras que nos lleven al siguiente nivel y objetos que podamos usar para sobrevivir. Todo ello con un desarrollo por turnos en el que un movimiento nuestro supondrá un turno también para todos los enemigos de la zona en la que nos encontremos.

A pesar de lo repetitiva que puede llegar a resultar su mecánica, contaba con una historia sorprendentemente elaborada, una cantidad de contenidos que fácilmente podía superar el centenar de horas a poco que nos propusiéramos "hacernos con todo", una dificultad muy bien ajustada y que podía llegar a resultar tremendamente desafiante en sus compases más avanzados. Si os habéis quedado con ganas de más Pokémon y dejasteis escapar este spin-off, haríais bien en echarle un ojo.

Digimon Cyber Sleuth

Que este año haya sido "el año de Pokémon" no quiere decir que su competencia se haya quedado de brazos cruzados. Al contrario, ya que Bandai Namco nos ha traído el que es probablemente uno de los mejores juegos de Digimon jamás realizados, a pesar de haber quedado un poco tapado por su gran rival. A diferencia de lo que nos tienen acostumbrados los títulos de esta serie, con Cyber Sleuth se ha apostado por un planteamiento algo más maduro y "realista" (entrecomillad este todo lo que podáis) donde Tokio es el escenario central, en vez del mundo digital.

No en vano, su planteamiento y desarrollo nos ha recordado mucho más a un Persona que a un juego de Digimon (desde el mundo real accedemos a las diferentes mazmorras, las cuales se encuentran dentro de la red), solo que con el atractivo de esta licencia y con un sistema de captura, entrenamiento, crianza y evolución de monstruos que es un auténtico vicio. Sumadle unos combates por turnos muy tradicionales y divertidos, así como una historia muy interesante y con buenos personajes y os encontraréis con unos de los juegos de rol japoneses más recomendables de todo 2016.

FRU

Si alguien nos hubiese dicho que en pleno 2016 íbamos a recibir un buen juego de Kinect para Xbox One, probablemente no nos habríamos tomado muy en serio a nuestro interlocutor por el total y completo abandono al que tanto Microsoft como las compañías han condenado a este dispositivo que nunca consiguió convertirse en el éxito y la revolución en el que querían que se convirtiese.

Pero contra todo pronóstico esto mismo es lo que ha ocurrido con FRU, un juego de plataformas totalmente inesperado y realmente sorprendente que sabe crear una buena jugabilidad haciendo uso del periférico. La idea es muy sencilla: utilizar nuestro cuerpo (el cual se proyecta en pantalla con una silueta) para hacer que aparezcan y desaparezcan plataformas y otros elementos del escenario, de modo que el protagonista de la aventura pueda avanzar por ellos.

Esto da como resultado un título divertidísimo, con niveles bien planteados y donde el propio jugador marca mucha de sus reglas, dándonos gran libertad para improvisar y resolver situaciones de formas inesperadas. Una pena que Kinect no recibiera más juegos como este cuando llegó al mercado, ya que la historia podría haber sido muy distinta...

Pony Island

Una moda que nos estamos encontrando últimamente en el sector indie es el de hacer metajuegos sobre jugar a "juegos dentro de juegos". Podríamos mencionar varios ejemplos de esto, pero decir sus nombres quizás fuese caer en spoilers, aunque hay uno que no lo oculta desde el mismo principio y que nos supuso toda una agradable sorpresa que ha pasado más desapercibida de lo que nos hubiese gustado: Pony Island.

Su propuesta es bien sencilla: hemos instalado un juego creado por el propio Diablo en nuestro ordenador y al iniciarlo nos adentramos en una peligrosa aventura en la que tendremos que avanzar y realizar todo tipo de trampas para salvar nuestra alma, ya sea hackeando sistemas, encontrando archivos ocultos, resolviendo puzles o manejando a un unicornio capaz de disparar poderosos rayos láser.

El título no para de jugar con nosotros y de crear situaciones muy ingeniosas, atípicas y que nunca habíamos visto en un videojuego (el último jefe antes de ir al final es una auténtica maravilla en este sentido). Un juego que demuestra que todavía queda mucho margen para hacer cosas nuevas y sorprendernos con ideas tan inesperadas como originales. Sí, es cierto que te lo puedes pasar en una sola sentada, pero apenas cuesta 4,99 euros (1,64 euros con la actual oferta de Steam) y os podemos asegurar que merece mucho la pena.

Punch Club

En un año repleto de grandes títulos indie, es fácil que hayamos pasado algún juego notable por alto, y ese es el caso de Punch Club, un adictiva aventura de gestión ambientada en el mundo del boxeo, en la que tenemos que llevar a buen puerto la carrera de un luchador profesional. Lo interesante es que el juego no solo se centra en la faceta deportiva, y también tenemos una interesante historia, con distintas ramificaciones dependiendo de las decisiones que vayamos tomando.

Nuestro protagonista tiene que vengar la muerte de su padre, que también era luchador, y para ello tendrá que empezar poco a poco, desde abajo, combatiendo en clubes de mala muerte, hasta ir ascendiendo y ganándose un prestigio combate a combate. Tenemos que entrenar duro cada día, alimentarnos y descansar, conseguir pequeños trabajos para obtener dinero o participar en peleas callejeras ilegales, y gestionar los combates en tiempo real, como si fuéramos su entrenador.

Un juego que ha pasado demasiado desapercibido para la calidad que tiene, con un poder para enganchar realmente alto, y que además a lo largo del año se ha traducido al español, y se ha lanzado también en teléfonos móviles, después de aparecer en enero en PC. Un juego diferente y muy recomendable, que merece una oportunidad.

Ghost 1.0

El creador de Unepic volvió este año con su nuevo juego, Ghost 1.0, un excelente metroidvania que ha pasado demasiado desapercibido por diversos factores, como una escasa promoción y salir en un momento del año tan delicado como es el E3. Mucha gente no se ha enterado de la existencia de esta genial aventura de acción con una ambientación de ciencia ficción que inevitablemente recuerda a Metroid, pero que a la vez sabe aportar sus propias ideas al género, y tener personalidad propia.

Una aventura divertida, larga, variada, con un gran sentido del humor y una dificultad muy bien ajustada, y además permitiéndose el lujo de estar doblado al castellano. Un juego que todos los amantes de este género deberían probar.

Gracias al usuario Dresler por recordarnos este juego como uno de los grandes olvidados del año.

Carlos Leiva
Redactor
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