El padre de Resident Evil volvía este año con un nuevo juego de terror y acción, que aunque no fue ese regreso al survival horror que muchos se esperaban, nos parece una de las mejores aventuras que nos ha ofrecido el género en los últimos tiempos. Escenas de sigilo y mucha tensión, en la que hay que medir los recursos al milímetro, intercaladas con otras cargadas de mucha acción, en las que hay que observar con atención unos escenarios plagados de trampas, y usarlos a nuestro favor.
Un juego variado, intenso, con una ambientación formidable, y que aunque ha decepcionado a muchos, a nosotros personalmente nos encanta, nos lo pasamos genial con él, de principio a fin. Cogiendo lo mejor de Resident Evil 4 en sus momentos de acción, y el sigilo de The Last of Us en las partes de infiltración, no hay lugar para el aburrimiento en este retorcido, intenso y divertidísimo tren de la bruja.