En el tan criticado año de los refritos y remasterizaciones hemos querido destacar algunas de las más relevantes, y el estreno de Diablo en las nuevas consolas es un buen ejemplo por muchos motivos, tanto por la calidad y la cantidad de contenidos, como por saber adaptar al mando de consola un juego tan "pecero". Jugar en el mismo televisor con otros tres amigos es una experiencia tan absorbente como divertida, y Blizzard nos ofreció con Diablo III: Reaper of Souls – Ultimate Evil Edition un juego muy cuidado, tanto en lo jugable como en lo técnico, con unos 60fps impecables en las nuevas consolas.
Si nunca has quedado atrapado en las redes de Diablo, quizá deberías probar esta gran adaptación, ya que en su paso a consolas cobra una nueva dimensión, y parece un juego más arcade y directo que lo que se puede jugar en ordenador, pese a contar con los mismos contenidos.