El fascinante mundo de los samuráis, con su rica historia, intrincada cultura y formidable arte de la espada, ha capturado la imaginación de generaciones. No es de extrañar que esta fascinación haya encontrado un medio de expresión en los videojuegos, donde la acción, el honor y la estrategia samurái se combinan con narrativas envolventes y jugabilidad inmersiva. Desde las primeras consolas de videojuegos, los samuráis han sido protagonistas de innumerables aventuras digitales, ofreciendo a los jugadores la oportunidad de sumergirse en el Japón feudal, enfrentarse a desafíos morales y participar en duelos de espadas cargados de tensión. Sin embargo, en la última década, hemos sido testigos de una verdadera reinvención de este género, marcando el inicio de una nueva edad de oro para los videojuegos de samuráis.
De hecho, esta temática ha sido fuente de inspiración para la industria desde un principio. Uno de los primeros fue Samurai en 1980, un juego de arcade desarrollado por Sega. Aunque simple en gráficos y mecánicas según los estándares actuales, fue pionero y permitió a los jugadores asumir el papel de un samurái en busca de honor y victoria. A medida que la tecnología avanzaba fueron apareciendo cada vez más títulos como The Legend of Kage de 1985, por ejemplo, permitía a los jugadores escalar árboles, lanzar shurikens y enfrentarse a enemigos en una misión para rescatar a una princesa, capturando la imaginación de muchos con su rápida jugabilidad y su ambientación en un Japón feudal estilizado.
Una temática en auge en series y películas
Otras industrias como la audiovisual también parece haberse vuelto loca con esta temática lanzando multitud de producciones como series y películas tanto en el cine como directamente en streaming. Una de las producciones destacadas es la nueva adaptación de Shōgun (2024), la cual revive el clásico de James Clavell en forma de miniserie. Con su cuidadosa reconstrucción del Japón del siglo XVI, la serie invita a los espectadores a sumergirse en un mundo donde los códigos de honor y la política feudal definen la existencia. Esta adaptación no solo habla de la continuidad del interés por las narrativas de choque cultural y aventura, sino que también subraya un deseo de producciones que se adentren con respeto y detalle en la historia japonesa.
La llegada de Onimusha (2023) a Netflix, adaptando la aclamada serie de videojuegos a un anime, combinando elementos históricos con fantasía.
Blade of the Immortal (2019), una película basada en el manga homónimo, lleva la temática a los límites del género de acción y venganza, ofreciendo una mirada cruda y sin filtros a la violencia y la búsqueda de redención. También la serie documental Age of Samurai: Battle for Japan de Netflix marca un punto de inflexión hacia el interés en la autenticidad histórica y la estrategia militar, presentando el drama humano detrás de las batallas y las intrigas políticas del período Sengoku. También con Rurouni Kenshin: El Final/El Origen (2021), la saga cinematográfica de las aventuras de Battosai el carnicero en live action profundizando en la transición de Japón hacia la modernidad a través de los ojos de un samurái que lucha por dejar atrás su pasado violento.
Samurai Marathon (2019), una película inspirada en hechos reales que captura la esencia de la competencia y la estrategia, elementos centrales de la vida samurái, en un contexto único y poco explorado, o Yasuke (2021), el anime de Netflix basado en la historia real del primer samurái africano, que además es un testamento a la expansión del género hacia narrativas más inclusivas y diversas. Al centrarse en un protagonista históricamente marginalizado, no solo enriquece el género con nuevas perspectivas, sino que también desafía las nociones preconcebidas sobre quién puede ser un samurái, demostrando el potencial de estas historias para dialogar con cuestiones contemporáneas de identidad y pertenencia.
Algo similar que con Samurai de ojos azules, una serie de 2023 ambientada en el Japón del siglo XVII que de hecho se convirtió en el anime favorito de ese año para Hideo Kojima. En esta ficción, Mizu es una mujer mestiza, maestra de la espada, que debe forjar su búsqueda de venganza mientras oculta su género y sus ojos azules.
Una temática que se aborda con más profundidad y detalle
Volviendo a los videojuegos, la evolución de los juegos centrados en la temática del Japón feudal puede atribuirse tanto a los avances tecnológicos como a un cambio en la narrativa y el enfoque de diseño, que juntos han permitido crear mundos más ricos, historias más profundas y mecánicas de juego más complejas y satisfactorias. Los desarrolladores han comenzado a explorar de manera más significativa los matices de esta cultura, desde la filosofía y el estilo de vida hasta las tácticas de combate y la historia política del Japón feudal, ofreciendo experiencias que son tanto divulgativas como entretenidamente inmersivas.
Uno de los pilares de esta nueva era es la avanzada tecnología implementada en el desarrollo de videojuegos, que ha permitido a los desarrolladores crear mundos abiertos vastos y detallados que sirven como telones de fondo para las épicas aventuras de los samuráis. Estos avances no solo han mejorado la inmersión visual y sonora, sino que también han facilitado mecánicas de juego más complejas y realistas, desde el manejo de la espada hasta la estrategia y la interacción con otros personajes. Paralelamente, la narrativa de los juegos ha ganado profundidad, explorando temas de honor, sacrificio, y el conflicto interno.
La diversidad en la jugabilidad ha sido otro factor determinante en el resurgimiento de los juegos de esta temática. Los desarrolladores han experimentado con diversos enfoques, desde la acción pura y la aventura hasta la estrategia y el rol hasta el soulslike, ofreciendo una variedad de experiencias que apelan a diferentes tipos de jugadores. Un aspecto notable en estos juegos más modernos es su respeto y atención al detalle en cuanto a la cultura y la historia nipona. Los desarrolladores se han esforzado por representar fielmente el período histórico, los artefactos culturales, y las filosofías que definen a los samuráis. De hecho, esta nueva edad de oro se ha caracterizado por varios lanzamientos clave que han dejado una marca indeleble en el género.
Fascinación por los samuráis
La figura del samurái, con su rica tradición de honor, disciplina y habilidad marcial, ha ejercido una poderosa influencia en la cultura popular a nivel mundial. Esta fascinación no es solo por su prominencia histórica como guerreros feudales de Japón, sino también por los valores y principios filosóficos que representan. Es por eso que los desarrolladores de videojuegos han aprovechado esta rica veta de historia y mitología japonesa para crear mundos que son a la vez fieles a su inspiración y fantásticamente originales.
La narrativa de estos juegos a menudo se centra en la vida de los samuráis o incluso los ronin, samuráis sin amo, destacando no solo sus batallas y enfrentamientos, sino también explorando en ocasiones sus vidas cotidianas, dilemas éticos y la rigidez del código bushido que regía su existencia. Esta atención al detalle cultural se extiende al diseño de los juegos, donde la arquitectura tradicional japonesa, la vestimenta, las armas y hasta las prácticas espirituales y religiosas desempeñan un papel importante en la creación de una atmósfera auténtica.
Más allá de la precisión histórica, los desarrolladores también se sumergen en la rica mitología japonesa para añadir capas de significado y desafío a sus creaciones. Deidades, criaturas míticas y elementos sobrenaturales a menudo juegan roles cruciales, ofreciendo a los jugadores no solo enfrentamientos físicos sino también batallas éticas y espirituales.
'Sekiro: Shadows Die Twice' (2019)
Sekiro: Shadows Die Twice es un título emblemático que simboliza la nueva era dorada de los videojuegos de samuráis, ofreciendo una experiencia única que combina precisión, estrategia, y una profunda inmersión en la cultura samurái y el Japón feudal. Desarrollado por FromSoftware e impulsado por la visión creativa de Hidetaka Miyazaki, no solo redefine el género de acción-aventura (que recuerda a un soulslike), sino que también establece un nuevo estándar para la narrativa y la jugabilidad en los videojuegos de temática samurái.
Sekiro: Shadows Die Twice se sitúa en un Japón del periodo Sengoku a finales del siglo XVI, una era marcada por conflictos sangrientos y una intensa turbulencia política. El jugador asume el papel de Wolf (Lobo), un shinobi desfigurado en una misión de venganza contra un clan samurái que secuestró a su señor y lo dejó al borde de la muerte. La narrativa del juego se centra en temas de honor, sacrificio y redención, entrelazando mitología japonesa con eventos y personajes históricos.
Una de las características más distintivas de Sekiro es su enfoque en la precisión y la estrategia en combate. A diferencia de otros juegos de FromSoftware, donde la personalización del personaje y la selección de armas juegan un papel crucial, en este título se enfatiza la habilidad del jugador para leer y reaccionar a los movimientos del enemigo. Esto se logra a través de un sistema de combate que gira en torno a la postura y el contraataque, obligando a los jugadores a dominar el arte del desvío y el contrataque para exponer las debilidades de sus oponentes.
El juego también introduce el Prótesis de shinobi, un brazo protésico que ofrece una variedad de herramientas y armas, desde shurikens hasta un hacha y un lanzacuerdas. Esta prótesis no solo es central para la mecánica de exploración, permitiendo a Wolf alcanzar lugares previamente inaccesibles, sino que también añade una capa adicional de estrategia al combate. El juego también sobresale gracias a su impresionante calidad gráfica y atención al detalle en el diseño del mundo. Los entornos, desde aldeas montañosas hasta antiguos castillos y densos bosques, están meticulosamente construidos para reflejar el Japón feudal. La inteligencia artificial de los enemigos también contribuye a la experiencia realista, con adversarios que desafían constantemente al jugador con tácticas impredecibles y patrones de ataque complejos. Todo esto le hizo ganar el GOTY en 2019.
'Ghost of Tsushima' (2020)
En julio de 2020, Sucker Punch Productions lanzó Ghost of Tsushima, un juego que no solo capturó la esencia del Japón feudal sino que también se convirtió en un fenómeno cultural, celebrado tanto por su precisión histórica como por su impactante narrativa y mecánicas de juego. Ambientado en 1274, durante la primera invasión mongola de Japón, el juego cuenta la historia de Jin Sakai, un samurái en la isla de Tsushima que enfrenta un dilema moral entre seguir el código del bushido o adoptar tácticas de guerrilla para proteger a su pueblo. De hecho, este mismo año, el 16 mayo de 2024, sale en PC.
El juego sobresale por su inmersiva representación del Japón del siglo XIII. Es una carta de amor a la cultura japonesa, desde su meticuloso paisaje, basado en la geografía real de Tsushima, hasta la representación auténtica de la arquitectura, la vestimenta y las prácticas samuráis de la época. La atención al detalle es tal que el juego ha sido elogiado por historiadores y aficionados por su capacidad de transportar a los jugadores a este punto crítico de la historia nipona.
Desde el punto de vista de la jugabilidad, es un juego de acción-aventura en un mundo abierto que permite a los jugadores explorar libremente Tsushima, participando en combates de espadas, sigilo y tácticas de guerrilla. La mecánica de combate es notable por su realismo y precisión, exigiendo a los jugadores dominar el arte de la katana a través de diferentes estilos de lucha que pueden ser adaptados a diversos enemigos. Además, incentiva el uso del sigilo y las tácticas no tradicionales, lo que refleja la tensión interna del protagonista entre mantenerse fiel al código samurái o utilizar métodos no honorables para asegurar la victoria.
A través de la evolución de Jin Sakai de un samurái tradicional a "El Fantasma", los jugadores experimentan de primera mano el conflicto entre el deber y la necesidad de adaptarse para proteger a los seres queridos. Además, Ghost of Tsushima ha sido aplaudido por su narrativa emotiva, que explora temas de lealtad, pérdida y redención, enriqueciendo la experiencia del juego con una historia que es tanto personal como épica. La inclusión de personajes secundarios bien desarrollados y misiones secundarias que exploran la vida y las tradiciones de la época añaden capas de profundidad a la inmersión y al entendimiento cultural del jugador.
'Nioh' y 'Nioh 2' (2017 y 2020)
La saga Nioh, desarrollada por Team Ninja y lanzada en 2017 y 2020 respectivamente, ha marcado un punto de inflexión en el género de videojuegos de samuráis, fusionando de manera magistral la rigurosidad histórica con elementos de mitología y fantasía japonesa. Ambientados en el periodo Sengoku, una era caracterizada por la guerra y el caos en Japón, estos juegos ofrecen a los jugadores una experiencia única donde la historia y la leyenda se entrelazan. Tanto en Nioh y Nioh 2 destacan por incorporar personajes históricos reales, eventos y lugares, mezclados con criaturas mitológicas y elementos fantásticos. Esta combinación no solo enriquece la narrativa, permitiendo a los jugadores explorar profundidades de la cultura japonesa raramente vistas en otros medios, sino que también introduce una variada gama de enemigos y aliados, desde samuráis rivales hasta yokais (espíritus o demonios del folclore japonés).
La jugabilidad de ambos juegos es intensa y desafiante, con un fuerte énfasis en la precisión, el tiempo y el conocimiento del enemigo. Inspirados en el estilo soulslike, los juegos son conocidos por su elevada dificultad, donde la muerte es un maestro cruel pero justo. Los jugadores deben aprender de cada enfrentamiento, ajustando sus tácticas y estrategias para superar obstáculos aparentemente insuperables. La profundidad del combate se ve ampliada por un extenso sistema de posturas y una amplia variedad de armas y habilidades mágicas, lo que permite a los jugadores adaptar su estilo de juego a su enfoque personal. Clasificados como RPG de acción, estos juegos van más allá del típico hack-and-slash, ofreciendo una experiencia rica y matizada que requiere tanto habilidad en combate como estrategia y planificación.
'Rise of the Rōnin' (2024)
Rise of the Rōnin marca el regreso de Team Ninja al frente de la innovación en el ámbito de los JRPG. Las primeras impresiones apuntan a que este título no solo cumple con las expectativas sino que las supera, especialmente en lo que respecta a su sistema de combate. Reconocido por la maestría en el diseño de batallas, el estudio traslada su conocida fórmula a un entorno de mundo abierto, prometiendo una experiencia donde la estrategia y la acción se entrelazan de manera magistral.
La novedad más destacable del comienzo del juego es su detallado editor de personajes, invitando a los jugadores a diseñar dos avatares únicos antes de decidir cuál de ellos tomará el rol protagónico en la historia. Este nivel de personalización preludia la inmersión en un Japón del siglo XIX recreado con un esmero que balancea la precisión histórica con licencias creativas. Así, mientras se promete un viaje a través de un periodo cargado de conflictos políticos y cambios sociales, se mantiene un firme enfoque en la realidad, apartándose de los elementos fantásticos para centrarse en una narrativa de samuráis y ronin que luchan en una era de transición.
Esta época, caracterizada por el fin del shogunato Tokugawa y la apertura forzada de Japón al mundo occidental, sirve de telón de fondo para una narrativa rica y compleja. En el juego, los jugadores asumen el papel de un ronin, en un momento en el que el país se encuentra en un estado de cambio radical y conflicto. Mientras exploran ciudades históricas y paisajes naturales impresionantes, se enfrentarán a desafíos que incluyen proteger a los inocentes de bandidos, participar en duelos de espadas cargados de tensión, y entablar relaciones con figuras históricas reales.
Más allá de estos juegos, existen otros títulos que han marcado el panorama de los videojuegos de samuráis, cada uno contribuyendo de manera única al género como Samurai Shodown (2019). La resurrección de esta clásica serie de juegos de lucha se destaca por su fiel representación del combate de espadas y la estética japonesa. Con su enfoque en la estrategia y el tiempo en lugar de combos largos, ofrece una experiencia de lucha que requiere paciencia y precisión, resonando con el duelo de samuráis.
También Katana Kami: A Way of the Samurai Story (2020). Este spin-off de la serie Way of the Samurai explora el género roguelike, ofreciendo una experiencia de juego centrada en la forja y el combate con espadas. A través de sus mecánicas de juego únicas y su narrativa, proporciona una visión distinta de la vida y las luchas de un samurái. Por su parte For Honor (2017), aunque no se centra exclusivamente en samuráis, este título de Ubisoft permite a los jugadores asumir el papel de guerreros de diferentes culturas, incluidos los samuráis. Con su innovador sistema de combate y énfasis en la táctica y el trabajo en equipo, aporta una perspectiva global al honor y la estrategia de combate.
La recepción que han tenido los juegos de esta temática es un claro ejemplo del interés que despierta. Mientras que Sekiro: Shadows Die Twice ganó el premio al Juego del Año en The Game Awards 2019, Ghost of Tsushima no solo vendió más de cinco millones de copias en sus primeros cuatro meses, sino que también recibió elogios por su atención al detalle y autenticidad histórica. La buena noticia, sobre todo para los fans de los samuráis y el Japñon feudal, es que parece que aún le queda mecha al boom de esta temática, ya que por ejemplo se rumorea que el próximo proyecto de Ubisoft, Assassin's Creed Red contará con dos protagonistas atípicos que además están basados en personajes reales. Yasuke, un samurái africano del siglo XVI y Naoe Fujibayashi, hija de uno de los ninjas más famosos de la historia.
