Splinter Cell es una de las marcas predilectas a la hora de ofrecer videojuegos donde la infiltración, el sigilo y la pericia son una constante latente durante toda la partida. Sin embargo, después de varias entregas para la anterior generación, ha llegado el turno de llevar la infiltración a un nuevo nivel, nivel que los más clasicistas han tachado de inconcebible, al ofrecernos a un Sam Fisher totalmente cambiado, motivado con sed de venganza y con una sola idea en mente: dar caza al asesino de su hija.
Las tornas han cambiado. Donde antes nuestro objetivo era esperar cómodamente hasta que un enemigo se posara frente a nosotros para liquidarlo silenciosamente ahora es un festín de balas que no sabemos bien bien de dónde vienen. Sam Fisher ha vuelto de una manera mucho más salvaje, aunque manteniendo el espíritu de la serie, aunque dejando libre albedrío al jugador para llevar la entrega como quiera: el sigilo no es obligatorio.
Ubisoft ha prometido un videojuego más rápido, frenético, donde siempre tengamos que estar alerta ante posibles ataques enemigos. Somos unos de los agentes más buscados, tanto por los enemigos de Fisher como por sus antiguos compañeros, así que habrá que darlo todo para evitar acabar con un balazo entre ceja y ceja. Esta nueva entrega llegará en exclusiva para Xbox 360 el próximo 23 de febrero.