China ha mostrado músculo tecnológico con la presentación oficial de su nuevo tren de levitación magnética. El vehículo, que promete alcanzar los 600 km/h, ha sido revelado durante la 17.ª Exposición de Ferrocarriles Modernos celebrada en Pekín, y no ha llegado solo: tras su diseño se encuentra el respaldo técnico de ingenierías europeas, en especial alemanas, según han confirmado fuentes académicas.
Detrás del proyecto está CRRC (China Railway Rolling Stock Corporation), el titán ferroviario del país asiático que lleva años intentando superar a Japón en la carrera por dominar el transporte del futuro. Y no hablamos de trenes convencionales. Hablamos de levitación magnética: una tecnología que elimina la fricción, hace flotar al tren sobre la vía y permite velocidades impensables en el transporte terrestre tradicional.
Este modelo, eso sí, usa ruedas de goma hasta alcanzar los 150 km/h, momento en que cambia automáticamente a modo "maglev" y comienza a flotar.
China presenta su tren maglev más ambicioso: 600 km/h, tecnología europea y un futuro sin aviones
La comparación es inevitable: Japón sigue ostentando el récord con su tren L0, que en 2015 alcanzó los 603 km/h. Pero China no pretende batir marcas en laboratorio, sino implementar su red en entornos reales. Con este tren, el trayecto entre Pekín y Shanghái —actualmente de cinco horas y media— se reduciría a dos horas y media. Un hachazo al tiempo que, en términos logísticos, deja obsoletos muchos vuelos de corto y medio radio.
Para entender el impacto, basta con imaginar el sistema funcionando en Europa: un tren así permitiría viajar de Málaga a Bilbao en apenas 1 hora y 15 minutos, con mayor puntualidad, menor consumo energético y sin necesidad de pasar por controles de seguridad aeroportuarios.
Aunque China presenta el proyecto como una gesta nacional, un estudio reciente revela que el sistema se ha beneficiado de tecnología alemana. Algo que no sorprende: Europa lleva décadas liderando la ingeniería ferroviaria de alta velocidad y cuenta con la experiencia necesaria para materializar sueños que hasta hace poco sonaban a ciencia ficción.
Este avance no llega solo. Europa, mientras tanto, da luz verde a proyectos como el túnel más largo y profundo del mundo, un paso más hacia una infraestructura global interconectada y más sostenible. En una era marcada por la urgencia y la eficiencia, la levitación magnética se perfila no solo como una revolución, sino como el principio del fin de los vuelos cortos.















