Corría el 2013 cuando YouTube decidía dar un giro en su estrategia comercial inaugurando los canales de pago que, para resumirlo de forma sencilla, funcionaba al estilo de la televisión por cable: si queríamos ver contenido de ese canal debíamos de pagar una suscripción mensual de hasta 10 dólares.
El servicio en el papel era una buena idea, pero, en su ejecución no logró contar con el respaldo de la comunidad y, de hecho, no llego a salir nunca de los Estados Unidos lo que ya nos da una idea de la repercusión alcanzada por este tipo de contenido.
Ahora, Google ha decidido poner fin a estos canales de pago restringiendo la subida de los vídeos a los propietarios de los canales desde el día de ayer y deshabilitando la contratación de los mismos a los usuarios.
Los vídeos que ya estén subidos estarán disponibles hasta el 1 de diciembre del 2017, momento en el que pasarán a ser vídeos privados que, el creador, podrá dejar ocultos de forma indefinida o hacerlos públicos para que cualquier usuario pueda acceder a ellos sin pagar un dólar.
Además, los usuarios que tengan algún vídeo en propiedad podrán acceder a ellos hasta el 1 de diciembre del 2022 por lo que es recomendable que realicen una copia de seguridad del contenido para no perderlo.