Microsoft ha intentando, sin demasiado éxito, introducirse en el mercado de los dispositivos móviles a través de las adaptaciones de las últimas versiones de Windows que ya estaban concebidas y preparadas para pantallas táctiles.
Tal ha sido el patinazo que Microsoft finalizó en el día de ayer el soporte a Windows Phone 8.1, la versión para este tipo de dispositivos de Windows 8.1, apenas tres años después de que el Sistema Operativo saliera al mercado.
Esto significa que desde el día de ayer el sistema no recibirá ningún tipo de actualización lo que le deja sin corregir numerosos fallos y, lo que es peor, bastante expuesto a diferentes amenazas como virus, malware y un largo etcétera.
Se trata de un duro varapalo para todos los que usan un sistema Windows en sus dispositivos móviles ya que aproximadamente el 73,9% de los usuarios tenían instalado en su teléfono el Windows Phone 8.1 teniendo que actualizar ahora, si su terminal lo permite, a Windows 10 Mobile, un S.O. que sólo está instalado en un 20,3% de los terminales que usan Windows.