Hollywood ama los biopics musicales. Tras el éxito de la biografía cinematográfica de Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, que hizo a Rami Malek ganar un Oscar, y el triunfo comercial de Rocketman basado en la vida de Elton John, parece que la tendencia está más que clara. Hace unos días os contábamos como Zendaya se postulaba para protagonizar la cinta sobre Ronnie Spector y la manera en la que Madonna quería enfocar su propio proyecto autobiográfico. Ya sabéis, cuando la industria toma una linde... Ahora sabemos que el esperado proyecto basado en la vida, obra y milagros de Bob Dylan tendrá que esperar.
Una biografía que no tiene fecha a corto plazo y que se paraliza de manera indefinida
Bob Dylan es absolutamente incombustible. Ha publicado un nuevo trabajo el pasado junio, y durante el confinamiento nos presentó una canción de 17 minutos sobre JFK. El biopic sobre Bob Dylan, interpretado por Timothée Chalamet, iba a esta dirigido por James Mangold. Titulado Going Electric, iba a ambientarse en 1965, coincidiendo con el cambio radical de Dylan en términos creativos y musicales. No obstante, la otrora estrella del folk y la canción reivindicativa decidió explorar caminos artísticos poco explorados por aquel entonces por un artista de su condición, apostando por el rock and roll y la guitarra eléctrica más enérgica. Ahora, como confirman en Collider, parece que la película tendrá que esperar más de la cuenta.
Lo ha adelantado el director fotografía Phedon Papamichael en una entrevista para el citado medio, ofreciéndonos algunos detalles concretos sobre el proyecto.
"Íbamos a hacer el biopic de Bob Dylan con Mangold que no se ha llegado a formalizar, con Timothée Chalamet, sobre su cambio a lo eléctrico en los años sesenta, y habría sido mi tercera película seguida en los sesenta", comentaba Papamichael, que ya trabajó con Mangold en Le Mans 66 y que además, ha dirigido la fotografía en la reciente El juicio de los 7 de Chicago, que curiosamente también se ambienta en aquella década tan convulsa para los Estados Unidos y el mundo entero.
El nominado al Oscar por la excelente Nebraska remarca que el film no está muerto, pero la imposibilidad de hacer justicia a esa época a la hora de rodar en localizaciones concretas y los altos costes de producción han llevado a dejar a un lado la idea. "Quiero decir, no creo que esté muerto, pero es un trabajo difícil de sacar adelante en tiempos de COVID porque todo se desarrolla en pequeños clubes con muchos extras vestidos de época, así que también necesitas mucho personal de maquillaje y peluquería", concluía. Según parece, Chalamet ha estado preparando el papel en los meses de la pandemia, estudiando para tocar la guitarra como el artista, e incluso debatiendo y analizando los trabajos de Dylan y el poso de sus canciones.