La arqueología nos permite desentrañan misterios no solamente en España, sino en todo el mundo. Sigue habiendo misterios y dudas por resolver. A veces se descartan teorías muy firmes y otras nos encontramos antiguas estructuras que aguantan hasta una inundación moderna. Pero hay veces en las que un yacimiento se resiste a dar respuestas, que es justamente lo que sucede con las queseras de Lanzarote. Se trata de dos emplazamientos en los que hay unas formaciones geológicas en forma de surcos o canales y que, pese a las investigaciones, siguen sin dar respuestas claras.
Recientemente se ha intentado incluso sacar una respuesta a través de la arqueoastronomía. Un investigador polaco ha ido a la isla ex profeso para tratar de dar respuestas a estas extrañas marcas en la tierra y se han podido formular algunas hipótesis.
Las queseras de Lanzarote, un misterio geológico que se resiste a dar respuestas
Hay dos queseras en la isla canaria (tres originalmente, pero una fue destruida por obras). Una de ellas se encuentra en Zonzamas y la otra en Bravo. Se trata, como decíamos, de surcos o canales abiertos en grandes bloques de roca basáltica de origen volcánico. Reciben su nombre por su forma y no su utilidad, de la que nadie consigue saber nada.
El gran problema, que impide llevar a cabo estudios o formular hipótesis, es que no existe nada similar lo suficientemente cerca como para relacionarlo. Es necesario ir hasta Palestina para encontrar algo similar, aunque dada la situación actual de la región, es posible que ese yacimiento haya sido destruido.
El caso es que en la actualidad hay una nueva línea de investigación relacionada con la astronomía y ha sido el astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias Juan Belmonte el que ha decidido abrirla. Sin embargo, el yacimiento es tan hermético que ha optado por una vía poco convencional. Para ello, ha contado entre otros con la ayuda de Stanislaw Iwaniszewski, un astrónomo especializado en la arqueoastronomía y responsable de acuñar el término "astronomía cultural".
Y pese a todo, las queseras se resisten a revelar su propósito. Iwaniszewski opina que podría haber algún tipo de relación con ritos antiguos en los que se vertía leche por los surcos. Pero es un "podría" muy relativo y poco concluyente. Resulta casi imposible relacionarlas con eventos astronómicos debido a que los surcos son demasiado anchos como para poder relacionarlos con algún cuerpo celeste concreto. Según los investigadores, encajar podría encajar con eventos astronómicos pero con ese margen, técnicamente puedes hacer que encaje lo que quieras que encaje.
La única teoría con alguna base firme que hay ahora mismo es la que relaciona las queseras con sus "primas lejanas" de Jerusalén que mencionábamos antes. Antonio Arnaiz Villena, en un artículo publicado en SCIEPublish Nature Anthropology; relacionaba las estructuras. En este caso sabemos que las rocas de Palestina son un calendario lunisolar y Arnaiz defiende que las estructuras son muy similares, por lo que bien podrían ser un calendario.
Y aun así, con tanta gente investigando y expertos pendientes de dar con pistas o algo que arroje más luz que la de las estrellas sobre las queseras, el hecho es que nadie sabe dar con la respuesta exacta. ¿Para qué sirven los surcos? Si están relacionados con los de Jerusalén, ¿por qué estas únicas estructuras similares se encuentran tan alejadas una de la otra?