Dwayne Johnson, que pronto sorprenderá a propios y extraños con su nueva película, es una figura muy conocida dentro de Hollywood. El actor, muy querido, es también muy polémico en sus declaraciones. El intérprete también ha sido acusado de crear mal ambiente en los rodajes de Red One para Prime Video y otra producción de Netflix, Alerta Roja, las cuales son dos de las más costosas películas jamás rodadas en el streaming. Mientras se alía con Disney para producir películas y series, The Rock ha cerrado un millonario contrato con el Ejército de EE.UU. para ser la imagen de una nueva campaña de anuncios que se emitirán en la United Football League (UFL), una liga menor alternativa a la NFL, una estrategia que ha sido un fracaso. Como confirman varias fuentes externas, nadie se ha alistado y los militares han perdido millones de dólares.
El ejército de EE.UU. ficha a Dwayne Johnson para sus anuncios pero nadie se alista y el resultado es catastrófico
El acuerdo convirtió al Ejército en socio principal de la liga durante su temporada inaugural y estableció una relación comercial en exclusiva con Dwayne "The Rock" Johnson, copropietario de la liga y una de las celebridades más influyentes de Hollywood. El contrato se cerró tras despedir a Jonathan Majors, que era uno de los actores que habían firmado en exclusiva por el ejército para una serie de anuncios y campañas. Sin embargo, desde el principio, algunos funcionarios del Ejército dudaron de la efectividad del patrocinio, advirtiendo que las ligas menores de fútbol americano tienen poca audiencia, lo que limita su impacto en el reclutamiento de la Generación Z, el grupo demográfico clave para el Ejército.
Según un análisis de Military.com The Rock y su enorme cantidad de seguidores en redes sociales tienen valor y un peso en este tipo de maniobras comercial, pero también han planteado algunos riesgos en el pasado.
El Ejército de Estados Unidos intentó evaluar el impacto de Dwayne Johnson en campañas anteriores, y lo cierto es que no es tan influyente como parece en muchos segmentos de edad. Se intentó echar para atrás el contrato debido a las dudas entre los altos mandos militares, pero era un movimiento desesperado.
Johnson es una de las celebridades más populares a nivel mundial, tiene un atractivo generacional amplio y generalmente no apoya marcas en las que no tiene un interés financiero. Su fama también generó preocupaciones entre algunos funcionarios del Ejército, sobre todo tras meterse en cuestiones políticas y sociales recientes. Los altos mandos temían que esto estuviera influyendo en la decisión del patrocinio. Pero, a pesar de las preocupaciones, el acuerdo fue impulsado por el general Randy George, jefe del Estado Mayor del Ejército, que pensaba que era una buena forma. El acuerdo implicaba la inclusión del logo en camisetas, en el campo de juego de la liga y en publicaciones o vídeos de Johnson. Ni un solo nuevo recluta se alistó en el ejército tras el patrocinio, y es más, 38 reclutas se dieron de baja.
Hasta la fecha, ha sido todo un batacazo y se cuestiona el patrocinio a nivel interno como una decisión absurda y desesperada que no se ha estudiado bien, pese a todas las alertas. Se duda de la inversión y del retorno -no olvidemos, 11 millones de dólares-, y nadie se ha alistado hasta la fecha pese a haberse distribuido anuncios y campañas online. Según los análisis, el público de la Generación Z muestra un menor interés en los deportes y en estrellas de Hollywood como Dwayne Johnson, con lo que la generación clave para este tipo de reclutamiento, el auténtico target de la campaña de alistamiento, está fuera de los objetivos. Un fracaso absoluto.