El campo de la invisibilidad, un tema frecuente en las narrativas de ciencia ficción y fantasía, desde Harry Potter hasta El hombre invisible de H.G. Wells, ha dado un salto hacia la realidad gracias a una investigación innovadora. Un equipo de la Universidad Estatal de Pensilvania ha logrado un avance significativo, inspirándose en un fenómeno natural observado en los saltamontes. Estos insectos secretan unas partículas denominadas brocosomas que reflejan el 94% de la luz, lo que podría ser clave para el desarrollo de tecnologías de camuflaje, según un estudio publicado en "Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America" (PNAS).
Estas partículas, generadas y esparcidas por el cuerpo del insecto mediante su ano, sirven como un mecanismo de defensa contra predadores, gracias a su capacidad para manipular la luz. La capacidad de estos insectos para crear una "capa" que refleja la luz de manera tan eficaz a partir de un proceso aparentemente mundano como una secreción anal subraya la sofisticación oculta en los sistemas naturales y cómo pueden inspirar innovaciones tecnológicas.
La naturaleza ya lo hizo primero
Descubiertos en 1952, los brocosomas son gránulos microscópicos con una estructura compleja, semejante a un panal, que cubren el cuerpo de los saltamontes, proporcionándoles protección contra los depredadores gracias a su capacidad para absorber y dispersar la luz. El descubrimiento de Tak-Sing Wong y su equipo revela que el tamaño y la estructura de estos brocosomas son consistentes entre diversas especies de saltamontes, lo que suscitó la pregunta de si esta característica podría tener aplicaciones prácticas.
La investigación ha llevado a la creación de réplicas sintéticas de brocosomas utilizando tecnología de impresión 3D avanzada. Estas réplicas no solo imitan la geometría natural de los brocosomas sino que también han demostrado ser capaces de reducir significativamente el reflejo de la luz, abriendo la puerta a posibles aplicaciones en el campo de la invisibilidad y más allá.
Los potenciales usos de esta tecnología son vastos, desde la creación de materiales que oculten las firmas térmicas de humanos y máquinas hasta el desarrollo de nuevos sistemas de recolección de energía solar y recubrimientos protectores para productos farmacéuticos. La investigación sugiere que algún día podríamos desarrollar capas de invisibilidad térmica basadas en estos principios.