Cormac McCarthy, autor de algunas de las novelas más importantes de la historia reciente de la literatura, ha fallecido a los 89 años de edad. Considerado el máximo exponente del nihilismo, sus historias oscuras, retorcidas y, en el fondo, muy humanas, cautivaron la imaginación de millones de lectores en todo el mundo. McCarthy es el autor de La carretera, ganadora del Premio Pulitzer y de la excelente No es país para viejos, ambas convertidas en grandes películas.
McCarthy es considerado el mejor escritor estadounidense desde Hemingway o Faulkner y su obra inspiró algunas de las mejores películas de todos los tiempos
McCarthy es considerado por muchos como uno de los mejores escritores de todos los tiempos, y sin algún tipo duda, como el escritor estadounidense más importante desde Ernest Hemingway o William Faulkner. Según han informado medios estadounidenses, falleció de causas naturales en su casa de Santa Fe, Nuevo México. La noticia de su muerte se ha conocido luego de un comunicado de la editorial Penguin Random House que citaba a su hijo, John McCarthy.
Autor de Todos los caballos bellos, primera novela de la célebre Trilogía de la frontera, pronto su fama y su legado traspasaron las páginas de las novelas y el papel para ser llevado al cine. Películas como la oscarizada No es país para viejos y La carretera demostraron que había un autor por descubrir en la pantalla grande.
Reservado, casi nunca concedía entrevistas y era muy raro verlo en las alfombras rojas de Hollywood. Sí es cierto que, como citan algunos medios, concedió una extraña entrevista a la presentadora Oprah Winfrey en 2007, que justificó a posteriori. Para el escritor, las entrevistas no eran buenas creativamente y suponían un peligro para el proceso de desarrollo de una idea. "No creo que las entrevistas sean buenas para la cabeza. Si pasas mucho tiempo pensando en cómo escribir un libro, probablemente no deberías estar pensando en ello, sino haciéndolo", comentaba. De estilo único, ajeno a muchas normas gramaticales, nació un 20 de julio de 1933 en Providence, Rhode Island, como uno de los seis hijos de una familia católica irlandesa muy tradicional. De padre abogado, creció en Tennessee, nunca se sintió cómodo en la escuela.
Estuvo sirviendo a las Fuerzas Armadas en los años 50, se casó dos veces y pasó unos años en Europa. Su primera novela, El guardián del huerto, publicado en 1965, conquistó al editor de Faulkner, que lo invitó a continuar escribiendo. La crítica no supo encajar su trabajo, y pese las críticas positivas de su primer trabajo y de Hijo De Dios -adaptada por James Franco en una película poco conocida-, no consiguió ni dinero ni fama. En 1985 publicaría Meridiano de sangre, para muchos su mejor novela, y que pese a que no contó con demasiado tirón en su lanzamiento, se ha convertido en un clásico de culto que nos habla de un Salvaje Oeste crudo, lleno de violencia y sin héroes. Como toda su obra.