Las misiones Artemisa, aquellas que pretenden llevar al ser humano de nuevo a la Luna, podrían haberse retrasado una vez más. El programa de la NASA que busca inaugurar una nueva era en la exploración especial se habría pospuesto hasta el 2026 como mínimo, modificando aún más un ya de por sí atribulado y accidentado calendario. Tras las demandas de Blue Origin y los problemas de SpaceX, parecía que el programa había encontrado su camino. Pero el inspector general de la NASA, Paul Martin, ha comunicado la triste noticia en el Subcomité de Aeronáutica y Espacio de la Cámara de Representantes celebrada el 1 de marzo (vía Muy Interesante).
La Luna es una cruel amante: las misiones Artemisa tendrán que esperar
Pese a que los planes de conquista y exploración espacial pretenden llegar a Marte en unas décadas y a otros planetas como Saturno y sus lunas antes del 2100, la Luna está costando más de lo que debería. Se desea volver al satélite en los próximos diez años, pero no dejan de surgir contratiempos, problemas con los operativos o fallos en los proveedores. "Dado el tiempo necesario para desarrollar y probar el sistema de aterrizaje humano y los trajes espaciales de próxima generación de la NASA, estimamos que la fecha para un aterrizaje lunar tripulado probablemente se retrase hasta 2026 como muy pronto", ha comentado Martin.
Y uno de los problemas más acuciantes, como ya predijo Elon Musk, es lo referente a la construcción de los trajes espaciales. Según parece, no se completarán antes de 2025, siempre con las mejores estimaciones posibles, por lo que en menos de un año, teniendo en cuenta la fecha límite de 2026, es prácticamente imposible que se realice una misión tripulada a la Luna. Musk ha dicho que, si cuentan con él en estos temas, reducirá el plazo de confección en al menos dos años. En esta situación, SpaceX quiere convertirse en el socio prioritario de la NASA, y muchas empresas aeroespaciales no lo ven con buenos ojos.
Artemis y sus dos misiones esconden problemas operativos y económicos
Hay varios problemas que se han ido acumulando alrededor de las misiones Artemis o Artemisa de la NASA. De momento, no se sabe cómo llegarán hasta allí, los cohetes y módulos lunares previstos no están diseñados al completo, y el coste de los mismos parece desorbitados.
La opinión pública, pese al apoyo de las iniciativas privadas, no quiere gastar dinero público en nuevos programas espaciales. La NASA lucha contra la presión de las third parties, el contribuyente estadounidense y el propio gobierno, que no está por la labor de aprobar nuevos paquetes.
La idea de llevar a nuevos humanos a la Luna dentro de los próximos cuatro años, como estaba previsto, no ha terminado de cuajar. En cualquier caso, la NASA llevará a cabo dos misiones para orbitar nuestro satélite, la primera sin tripulación y la segunda con tripulación. En el caso de Artemis 1, el cohete SLS es el principal foco de todos los problemas. Se espera que se lance a finales de mayo, aunque podría retrasarse hasta junio si la agencia especial lo considera oportuno.
Ambos proyectos, junto al diseño del módulo de aterrizaje lunar SpaceX Starship, han dinamitado los presupuestos de la NASA y han consumido miles de millones de dólares. En los próximos años, tanto la agencia como la empresa de Musk intentarán reformular sus propuestas para hacer que los viajes a la Luna sean sostenibles y mas económicos sin poner en riesgo la seguridad de los astronautas que decidan dar nuevos pasos en la exploración espacial.