La lucha contra el coronavirus ha cambiado la manera en la que nos relacionamos y realizamos las tareas de nuestro día a día. Ha modificado las interacciones sociales, ha trastocado el ritmo de trabajo y ha causado múltiples inconvenientes ligados al uso de las mascarillas, un elemento vital en la protección contra el virus. Desde modelos poco útiles pero muy caros a otros increíblemente ostentosos y sacados de un futuro distópico, las mascarillas contra la COVID-19 se han vuelto esenciales en la vida de millones de personas en todo el mundo. En constante evolución, la industria que ha surgido alrededor de ellas ha presentado una propuesta que ya está dando que hablar y eso que todavía no se ha comercializado.
Respiray: Purificadores de aire portátiles con rayos ultravioleta
La Ministra de Exteriores de España, González Laya, visitó Estonia en uno de sus múltiples compromisos internacionales. Lo que habría sido una visita protocolaria más, dejó una imagen muy curiosa y que ha dado que hablar en redes sociales y en todos los programas informativos del país. La Ministra aparecía junto a trabajadoras de un centro de investigación y tecnología de Estonia en la que aparecen con dos dispositivos extraños en sus cuellos. En lugar de llevar mascarilla, como hacía González Laya, las dos mujeres portaban un purificador de aire llamado Respiray, el cual se vende como el futuro de la lucha contra el coronavirus. Pero, ¿cómo funciona? ¿Este dispositivo tiene validez sanitaria?
Como ya hemos comentado, llevar una mascarilla quirúrgica o una FFP2 son los medios más efectivos y probados contra el coronavirus, pero tienen muchos inconvenientes, como su efectividad a largo plazo o la incomodidad que pueden generar dichos elementos de protección en los portadores. Los diseñadores del purificador de aire llamado Respiray, que es capaz de desinfectar el aire que se respira con luz UV-C eliminando el 99 % de los virus y las bacterias, afirman que con su solución, nos podemos desligar de las ataduras y problemas habituales de las mascarillas convencionales.
Sus creadores afirman que se trata de un purificador de aire portátil capaz de crear una zona de aire limpio alrededor de la cara del portador, todo bajo un diseño ergonómico y cómodo, que permite bastante libertad al usuario. Se coloca sobre los hombros, y rodeando el cuello, no cubre la cara ni la boca, un hecho que brinda la posibilidad de volver a respirar, sonreír y hablar. Aunque puede parecer extraño, y sacado de una película de ciencia ficción cyberpunk, sus diseñadores argumentan que es plenamente funcional y que garantiza más seguridad dela que creemos gracias a que el dispositivo es capaz de tomar el aire sin filtrar de nuestro alrededor y lo pasa a través de un modelo de desinfección UV. La empresa de Estonia asegura que su módulo de rayos ultravioleta elimina el 99% de los virus, y pese a que garantizan protección, creen que su uso únicamente está recomendado para la población general y en entornos de trabajo. "Lógicamente, no es un dispositivo médico para hospitales, pero en otros entornos como una tienda sí", explican los creadores de Respiray.
El purificador, que se coloca sobre los hombros, dispone de una pantalla física opcional para evitar toses y estornudos que puedan esparcir el coronavirus. De hecho, es aquí cuando surgen las dudas. Sabemos que el coronavirus se transmite por aerosoles, y que sus partículas infecciosas pueden estar en suspensión en el aire que respiramos o expulsamos cuando hablamos, gritamos o nos relacionamos con otras personas. No queda claro, pese al filtro de rayos ultravioleta, si estas micropartículas están o no en circulación en las inmediaciones, o si se expulsan hacia otras zonas con el flujo de aire del dispositivo. Hay que tener cierta cautela con este tipo de protecciones, así como con otras similares basadas en el uso de filtros activos, ya que generan mucha sensación de falsa seguridad en los portadores. Respiray todavía no está homologado y no cuenta con los certificados necesarios para su comercialización masiva como instrumento para evitar el contagio. Más allá del Respiray, Estados Unidos y otros países están trabajando para diseñar una mascarilla cómoda y muy efectiva que nos permita hacer vida normal hasta que la pandemia de coronavirus acabe y se controle de una vez por todas.
