El juego de rol Risen, desarrollado por Piranha Bytes, es la última víctima de la censura de videojuegos australiana, país donde la clasificación por edades para videojuegos sólo llega hasta la recomendación de una edad máxima de quince años.
Las reacciones no se han hecho esperar y el presidente de la asociación de desarrolladores de videojuegos australiana, Tom Crago, ha calificado al sistema de "ridículo" y "anticuado", entre otras críticas.
De hecho, Crago considera "de chiste" todo el sistema. "Estamos otra vez atrapados en este horrible y ridículo entramado de un sistema de clasificación anticuado que tenemos que soportar."
Crago defiende que el sistema tiene que cambiar, pero la última vez que se afrontó esa necesidad, el gobierno australiano se negó debido a la intervención del fiscal general.
Por supuesto, no ha perdido oportunidad de atacar directamente al gobierno, que ha tildado de "atrasado", y reconoce estar "avergonzado" por las políticas llevadas a cabo por la administración en este terreno.
"Viajo, obviamente un montón, y hablo con otros desarrolladores y editores y la gente no puede creer que todavía tengamos este ridículo sistema" que, recuerda, fue "diseñado hace veinte o treinta años, y no ha cambiado desde entonces."