El terremoto provocado por la decisión de Microsoft de cerrar varios estudios de Bethesda, entre ellos Tango Gameworks (Hi-Fi Rush, The Evil Within) y Arkane Austin (Redfall, Prey, Dishonored), está teniendo numerosas réplicas a medida que se van conociendo los detalles y se suceden las declaraciones de otros desarrolladores.
Según informa Bloomberg, antes de la noticia del cierre Arkane Austin había estado intentando volver a sus raíces con un juego nuevo de simulación inmersiva para un solo jugador, y el periodista Jason Schreier, que firma la noticia, cita como fuentes a personas cercanas a la información.
De hecho, se habla de que también estaba planteándose una nueva entrega de la saga Dishonored que podría haber respondido a esa voluntad de volver a los orígenes del estudio.
Excelente reputación en simuladores inmersivos
Arkane Austin se había ganado una excelente reputación con sus juegos anteriores, Prey y la serie Dishonored. En todos ellos ha estado al cargo codirigiendo Harvey Smith, quien en su perfil de X tiene la frase "Immersive sims forever" ("simuladores inmersivos para siempre").
Dishonored salió a la venta en 2012 con una estética steampunk y ambientación en la era victoriana y era un simulador inmersivo en el que el jugador podía optar por el sigilo, la acción más directa o varias opciones intermedias para resolver cada misión. Esto, sumado a un excelente diseño de niveles lo convirtió en un exitoso juego y representante impecable del género que tuvo después un segundo capítulo, Dishonored 2.
Prey llevó la simulación inmersiva incluso más lejos al animar al jugador a explorar el mundo y usar su creatividad para acabar con una amenaza alienígena en una estación espacial.
Redfall, un desarrollo turbulento
Según indica Schreier en Bloomberg, en una reunión con personal de Xbox, Matt Booty, que fue quien notificó por correo a los estudios afectados el cierre, afirmó que el fin de la actividad del estudio de Arkane Austin no estaba relacionado con el fracaso de Redfall el último juego del estudio.
Redfall tuvo un desarrollo turbulento. Arkane Austin estaba especializado en juegos para un jugador y parece que se le atragantó un proyecto multijugador. Algunos de los desarrolladores explicaron que el juego tuvo varios problemas en el desarrollo e incluso algunos apuntaron a que esperaban que Microsoft lo hubiese cancelado cuando compró Zenimax, la empresa propietaria de Bethesda, dueña a su vez de Arkane. El juego no consiguió buenas críticas ni tuvo buenas ventas. Ahora Redfall ya no tendrá más actualizaciones.