Esta semana gracias a la famosa carta de Pedro Sánchez hemos descubierto lo duro que es ser el presidente del Gobierno de España, un cargo de una enorme responsabilidad que inevitablemente acaba pasando factura, también en el plano personal. Hace unos años, en 2008, un curioso juego titulado Yo Presidente. Objetivo: La Moncloa nos permitió comprobar esto de primera mano, un simulador de política muy completo, en el que como presidentes del gobierno teníamos que gestionar todos los aspectos de un país.
El juego, publicado por Planeta DeAgostini, se puso a la venta de manera muy oportuna, tan solo unos días antes de que se celebraran las elecciones generales de España en marzo de 2008, en las que José Luis Rodríguez Zapatero del PSOE ganó a Mariano Rajoy del PP, iniciando así su segunda legislatura. El juego, desarrollado por el estudio galo Eversim, se había lanzado un año antes en Francia con bastante éxito, con el título de Mission: Président, tratándose de una nueva entrega de la saga de simuladores de política Geo-Political Simulator, lanzado en varios países con diferentes adaptaciones, por ejemplo a Estados Unidos llegó con el título de Commander in Chief y Barack Obama en la portada.
La dura vida de Presidente del Gobierno
Al comenzar a jugar podíamos elegir entre el modo libre, eligiendo entre uno de los 170 países disponibles, o seleccionar alguna de las campañas, con contextos y objetivos concretos, por ejemplo tener que ganar las elecciones de 2008 para después presidir el país o gestionar una crisis ecológica. Aunque el juego no utilizaba nombres de partidos y políticos reales, sí utilizaba unos equivalentes que cualquiera podía entender, por ejemplo el PSOE era el PSO, e intentaba ser lo más realista posible en todos los aspectos.
Yo Presidente. Objetivo: La Moncloa era un complejo simulador político en el teníamos que gestionar todos los aspectos de un país, como las políticas en economía, defensa, educación y salud, las gestión de los ministerios y sus ministros, los presupuestos y las relaciones internacionales, pudiendo incluso entrar en conflictos e invadir países. El juego tenía en cuenta hasta los aspectos personales del presidente, ya que de manera curiosa, y que remite a la situación actual, la esposa y los padres del presidente podían ser claves para ayudarnos o bien provocar un escándalo.
Teniendo siempre como gran objetivo mantener alta la popularidad, que podía variar con cada decisión que tomábamos, el gameplay se desarrollaba en un mapa mundial interactivo que mostraba un gran nivel de detalle e información sobre cada país, incluyendo banderas, nombres de líderes y ministros, tipos de régimen político y alianzas diplomáticas. Cada país tenía sus peculiaridades y su propia agenda, y teníamos que gestionar cuidadosamente las relaciones internacionales, la economía global y por supuesto la política interna.
En cuanto a la gestión interna, el juego ofrecía una gran cantidad de opciones y ministerios para supervisar, como Finanzas, Educación, Defensa y Justicia, controlando los presupuestos de cada ministerio y pudiendo implementar políticas muy diversas, que iban desde las ayudas al mundo de la cultura, la inversión en la investigación contra una enfermedad o hasta la privatización de medios de comunicación. Todas las decisiones pasaban por un proceso de votación en el parlamento, en el que podíamos intentar influir en otros partidos políticos para asegurar el apoyo. También incluía un modo multijugador que permitía competir y cooperar con otros jugadores a través de internet o en red local.
El juego tuvo una secuela al año siguiente, titulada Yo Presidente: Crisis Global, un juego que llegaba en plena crisis económica mundial, algo que intentaban reflejar las nuevas campañas que incluía, en las que teníamos que salvar a nuestro país del abismo. Además, solucionó muchos problemas de rendimiento de la anterior edición, que no iba demasiado bien en ordenadores poco potentes.
¿Podemos jugar a algo similar hoy en día
Como decíamos al principio, este juego pertenecía a la saga Geo-Political Simulator, que ha conseguido llegar hasta nuestros días. La última edición es Power & Revolution 2023 Edition, publicada en Steam en julio de 2023, que incluye como novedades la guerra en Ucrania, representada de manera más realista gracias a aumentar los aspectos militares del juego, así como una gestión más detallada de la inmigración, justicia e infancia, intentando reflejar de manera realista los problemas del mundo actual.
Hay que dejar claro que las críticas que tiene en Steam no son muy positivas, por lo que si os ha picado el gusanillo de jugar a un simulador de política tras leer este artículo, os recomendamos mejor el aclamado The Political Process, aunque tiene una gran pega, y es que solo está en inglés. ¿Conocéis otros juegos de gestión política que podáis recomendar? Dejadlos en los comentarios.
