Hay un buen número de juegos de dinosaurios por venir. Sí, estas fascinantes criaturas están más de moda que nunca en los videojuegos, y títulos como ARK 2 o Jurassic Park: Survival los traerán de vuelta con aventuras de acción, terror y supervivencia. Pero mientras Universal pisa el acelerador para hacer una nueva película de la saga iniciada por Steven Spielberg en el cine en 1993 -basándose en la novela de Michael Crichton-, en Vandal queremos echar la vista atrás y recordar uno de los juegos más notables, divertidos y especiales de una saga que hace muy poco recopiló sus títulos clásicos en una colección nostálgica. En lugar de viajar al pasado remoto de hace 65 millones de años, echaremos la vista atrás hasta 2003. Sí, vamos a hablar de Jurassic Park: Operation Genesis.
Jurassic Park: Operation Genesis nos permitió cumplir nuestro sueño e inaugurar un parque jurásico lleno de dinosaurios
Jurassic Park: Operation Genesis rompía con la tónica habitual hasta la fecha en las adaptaciones de la saga cinematográfica, ya que abandonaba la acción o las plataformas, habituales en las 2D de los 16 y 32 bit, y aprovecha la potencia de las nuevas consolas y plataformas para apostar por la simulación y la gestión. Era un envite un tanto arriesgado, pero Blue Tongue Entertainment y Universal Interactive consiguieron, tanto en PC, como en PlayStation 2 y Xbox, ofrecer la posibilidad a los usuarios de construir y gestionar su propio parque temático de dinosaurios. Era una perspectiva innovadora, única, ya que aunque de forma oficial se había lanzado un videojuego similar en Game Boy Advance para coincidir con el lanzamiento de Jurassic Park III (2001) en los cines, Jurassic Park: Park Builder, era la primera vez que teníamos un entorno y unos animales recreados en tres dimensiones con gran realismo. Y se notaba.
La experiencia de simulación de Operation Genesis puede parecernos ahora un tanto simple o básica, pero era una oportunidad única de sumergirnos en el mundo de la paleontología y la gestión de parques temáticos. Teníamos en la palma de nuestra mano la posibilidad de inaugurar y personalizar nuestro propio parque, añadiendo y controlando diferentes aspectos, desde la selección de especies de dinosaurios hasta la gestión de las necesidades de los visitantes y la investigación de nuevas tecnologías.
Era un auténtico lujo eso de buscar yacimientos alrededor del globo, completar cadenas de ADN y comenzar a criar criaturas extintas del pasado en base a la ingeniería genética más avanzada. Con las instalaciones de InGen, el juego nos propia reabrir Nublar e intentar no cometer los mismos errores de John Hammond en el pasado, es decir, evitar a toda costa que los animales se escaparan de sus recintos y causaran el caos entre los visitantes. Curiosamente, Operation Genesis nos presentaba en pantalla el primer parque jurásico funcional en base a las películas, algo que veríamos a posteriori en Jurassic World (2015) de Colin Trevorrow.
El poder vislumbrar en un recinto a un puñado de saurópodos como Brachiosaurios y Camarasaurios, un paddock lleno de Velociraptor, el emplazamiento del temible Tiranosaurio rex y en otro cercado un grupo de Triceratops pastando tranquilamente -y haciendo sus necesidades- era un sueño hecho realidad. Además, teníamos un modo campaña que, más allá de ofrecernos misiones y retos, y que además de recrear escenas de las películas, nos ofrecía a nosotros como jugadores la libertad de diseñar y construir nuestro propio parque al gusto.
¿Añadíamos más restaurantes? Podíamos. ¿Paseos en globo? Vale. ¿Más vías y carreteras para los coches eléctricos? Sin problemas. Esto permitió una mayor rejugabilidad y creatividad, ya que en unas horas, teníamos un parque jurásico en la vida real, completamente funcional y lleno de visitantes, zonas de ocio y recreo y un montón de dinosaurios.
Podíamos pasar horas viendo a los dinosaurios. Estaban muy bien hechos, presentándose hasta un total de 25 dinosaurios diferentes, la mayoría basados en los animales de las películas y con el aspecto idéntico a sus homólogos de la ficción. Se clasificaban por tamaño, dieta y fama, por lo que teníamos que echarle un ojo a qué atractivo podían generar en nuestros clientes y turistas.
Porque sí, siguiendo la estela de sagas muy asentadas como SimCity o Zoo Tycoon, sí, había que echarle un ojo a la gestión -suministro eléctrico, comida para los animales, estado de salud del mismo- y también a las finanzas, ya que el objetivo era hacer atractivo el parque, vigilando el índice de felicidad de los turistas y el dinero que se dejaban en el recinto. Pero lo divertido era ver cómo los dinosaurios se alimentaban, jugaban entre ellos, comía y se relacionaban o peleaban, defendiendo sus territorios y existiendo especies que, lógicamente, no se podían incluir en el mismo lugar. Y cuidado con no hacer cercados eléctricos a la altura, que los carnívoros podrían salir aprovechando cortes de la luz -ocasionados por tormentas que azotan la isla- y comerse, como en las películas, a los visitantes.
Pero más allá del modo campaña y las misiones, y si nos pasábamos el juego, Operation Genesis desbloquea un modo especial en el que pasar aún más horas. Sitio B, que imitaba la Zona B o Isla Sorna, la isla en la que InGen fabricaba a los animales en cantidades masivas y que era el eje de películas como El mundo perdido.
En esta isla, que podíamos personalizar, se podían criar todos los dinosaurios de tres yacimientos paleontológicos deseados, una cantidad que subía en PC hasta 5 emplazamientos. A decir verdad, era un tanto limitado, únicamente podíamos modificar el ambiente y construir criaderos, alimentadores o señuelos, pero atiborrar la zona de dinosaurios y ver cómo se relacionaban entre ellos era una auténtica pasada. La comunidad en PC ha mantenido vivo al título, con ajustes de calidad de vida, parches que cambian las texturas, los modelados o los gráficos e incluso con algunos que añaden dinosaurios a las especies originales.
A pesar de haber sido lanzado hace más de dos décadas, y que juegos como Jurassic World: Evolution y su secuela han hecho las cosas más y mejor, Jurassic Park: Operation Genesis sigue siendo recordado y apreciado por muchos fans de los videojuegos y de la saga Jurassic Park. Fue el primer título de su estilo que aunaba una querida licencia y, además, ofrecía una jugabilidad directa y entretenida. Logró inspirar a otros juegos de gestión y simulación de parques temáticos y, en nuestra opinión, dejó una marca duradera en el género y el universo cinematográfico que adaptaba.