Viaje nostálgico: ¿Son realmente tan buenos los Call of Duty antiguos?

Activision arregló los servidores de los Call of Duty antiguos y hemos pasado unas horas de viaje nostálgico en la saga. ¿Eran tan buenos como recordamos?
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Después de que Microsoft ganase el juicio contra la FTC, confirmándose así que la compañía podía seguir adelante con la compra de Activision, se arreglaron por sorpresa los servidores de los Call of Duty clásicos, tales como Call of Duty 4: Modern Warfare, Call of Duty: World at War, Call of Duty: Black Ops o Call of Duty: Modern Warfare 3. Ninguno de esos títulos tenía los servidores cerrados, lo que quiere decir que cualquiera podía echarse unas partidas si tenía suerte de encontrar una lobby activa, que a su vez era bastante complicado. Pero de la noche a la mañana, Activision arregló los servidores en Xbox permitiendo que los usuarios de Microsoft pudieran buscar partida en esas entregas hasta más rápido que en los Call of Duty actuales. Después de pasar unas cuantas horas en ese viaje nostálgico, el cual hemos disfrutado como niños, nos ha surgido una cuestión: ¿Son realmente tan buenos como recordábamos esos CoD clásicos?

Call of Duty: Modern Warfare 3

Call of Duty se ha reinventado en mil y una ocasiones y los juegos clásicos no pueden competir con los actuales en muchos aspectos

Aunque con los años la saga haya ido deteriorando y la comunidad ya no esté ni la mitad de satisfecha que antaño, Call of Duty tiene un hueco en el corazón de todos los amantes del first person shooter y, en especial, de aquellos con predilección de la vertiente multijugador del género. Aun con sus más y sus menos, la saga fue evolucionando por el camino correcto hasta que llegó a un punto de no retorno dividiendo a los jugadores con Call of Duty: Advanced Warfare, obra que introdujo los jetpacks y un sistema de micropagos que no agradó a todos los usuarios. El juego de Sledgehammer Games salió en 2014, han pasado ya casi 10 años desde eso, y aun así la saga sólo ha ofrecido una entrega para consolas de sobremesa y PC que haya conseguido triunfar en críticas: el primer Call of Duty: Warzone, el cual cerrará sus servidores en septiembre.

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Con esta resurrección de los servidores, sin embargo, la comunidad ha vuelto a unirse y hemos tenido la oportunidad de volver a esos juegos del pasado para ver si, realmente, son tan buenos como decimos siempre. Lo que más claro nos ha quedado después de echar unas horas a algunos de ellos (como Black Ops, Modern Warfare 3, Modern Warfare 2, World at War o Call of Duty 4) es que las entregas de antaño se hacen un poco cuesta arriba de jugar después de haber catado la movilidad que introdujo el reboot de Modern Warfare en 2019 y que, posteriormente, recogió el mencionado Warzone y también Call of Duty: Vanguard y Call of Duty: Black Ops Cold War.

Call of Duty: Black Ops

Call of Duty ya no es lo que era y ha habido muchos cambios por el camino

Si bien es cierto que en algunas entregas se nota más que en otras, en líneas generales se nota mucho más el salto de agilidad actual de nuestro avatar. Las obras de la primera década de los 2000 tienen unos andares más pesados y sólo entregas determinadas, como Modern Warfare 3 o Black Ops 2, se libran de ello. Ojo, con esto no decimos que eso lleve a que los clásicos sean malas entregas, sino que con el tiempo ha habido una mejora en ese aspecto y parece que apenas nos hemos percatado de ello. Hasta Call of Duty: Warzone 2.0 tiene ese campo bastante pulido si se mira con perspectiva.

En cuanto al sistema de apuntado y la hitbox, aquí la cosa ya varía un poco. Esa movilidad más anclada al suelo (vamos a llamarlo así) hace que los enfrentamientos sean más directos y no se empiecen a hacer virguerías al estilo Matrix como sí se puede hacer en Modern Warfare (2019), Modern Warfare 2 (2022) o demás títulos recientes. No son pocas las veces que hemos visto en Warzone, por ejemplo, cómo jugadores se escapaban de tiroteos directos pinchándose un poco de estimulante y corriendo de un lado a otro con deslizamientos. La saga, en su era 2000, era diferente en ese sentido y una buena movilidad (lo que ahora se conoce como God movement) no te podía salvar de las balas enemigas. Lo que sí podía salvarte era meter o no mirilla cuando tocaba para ir con el arma apuntando ya hacia el enemigo.

Si dejamos a un lado Call of Duty: World at War, que era un juego que pretendía ser Counter-Strike con subfusiles matando desde la cadera a distancias increíbles, era y es imprescindible apuntar con el arma al girar esquinas para tener ventaja en el combate cercano. Lo que asegura que el enfrentamiento lo ganará, siempre y cuando vaya con la categoría de arma adecuada para la ocasión, aquel que meta mira antes normalmente. La hitbox es otro de los puntos que con el tiempo se ha terminado puliendo. Donde más hemos notado que la caja de daño no absorbe bien los impactos es en el primer Black Ops, siendo de lejos el caso más exagerado en este aspecto y el que más dolores de cabeza nos ha dado, porque el resto de títulos no nos han presentado problemas tan notables aquí.

Dejando los aspectos de gunplay y movilidad aparcados, si nos centramos puramente en lo arcade y en el dinamismo de los Call of Duty antiguos, se llega fácilmente a la conclusión de que las entregas del pasado sí ofrecen un mayor entretenimiento. ¿Por qué? Grosso modo, todo se reduce a unos mapas fáciles de memorizar sin mil y una ventanas y puertas (de tres carriles casi siempre), un sistema de personalización sencillo y directo y un comportamiento de minimapa que facilita el poder encontrar a los enemigos rápidamente, lo que por consiguiente permite que los saltos de respawn de un lado a otro del mapa sean más intuitivos y los combates más frenéticos. Parece una tontería a estas alturas, pero ver un punto rojo en el mapa siempre que se dispare sin silenciador es un lujo, y da ganas de ir a por ese rival cuando le vemos en el radar (hablando en el ámbito multijugador, en un battle royale como Warzone se juega diferente porque tenemos vidas limitadas).

Crearse una clase sin tener que mirar TikTok o un vídeo específico en YouTube sobre ello también es un puntazo, porque además ayuda a que cada jugador pueda tener su estilo de juego. Las armas de, por ejemplo, Modern Warfare (2007) o Modern Warfare 2 (2009) no matan más o menos dependiendo de los accesorios que se les ponga. Pueden tener diferencias puntuales, como el fuego rápido o el silenciador (que afectaría a largas distancias), pero son características muy nimias si lo comparamos con los dos mil accesorios que tenemos a elegir en los CoD actuales y que sí cambian radicalmente cómo se comportan las armas. En Warzone, sin ir más lejos, hemos visto muchísimas veces cómo un solo cañón o incluso una mira específica podían cambiar el comportamiento y daño de un fusil de asalto. Eso no pasa con los juegos de antes, aunque en Black Ops 2 ya se empezaron a introducir esos cambios.

Black Ops 2

Las sensaciones que se sienten a los mandos de una entrega clásica no son las mismas que las que tenemos ahora, con una saga totalmente consumida por los lotes de cosméticos, actualizaciones que arreglan o estropean el juego dependiendo de la semana y una plaga de hackers que es imposible eliminar del juego a estas alturas, a pesar de que se ha reducido bastante gracias a los sistemas antitrampas implementados. Las entregas del pasado tenían un toque más casual que permitía que cualquier jugador pudiera echarse unas partidas sin estar sufriendo por el SBMM (el sistema de búsqueda por habilidad) o porque no tiene las nuevas armas del pase de batalla (que suelen llegar rotas) al máximo nivel y con los accesorios adecuados. Tras una larga sesión llegamos a la conclusión de que la saga, antes, era otra cosa muy diferente.

¿Son realmente tan buenos los Call of Duty antiguos?

Habréis oído en infinidad de ocasiones, por parte de la comunidad de Call of Duty, que los juegos antiguos de la saga eran mejores, y es que verdaderamente transmiten algo que es inexplicable. No tienen nada que hacer en lo técnico con las entregas de ahora, por supuesto, pero, ¿desde cuándo eso importa? A partir de 2019, con la llegada del reboot de Modern Warfare, la expresión; 'antes Call of Duty molaba más', se hizo bastante popular, puesto que la saga saltaba a un nuevo motor gráfico y su jugabilidad daba un paso al lado para intentar ofrecer algo de realismo a la par que se mantenía el espíritu arcade del first person shooter de Activision. El factor nostálgico es muy peligroso a la hora de valorar obras nuevas, porque puede nublar el juicio, pero indudablemente Call of Duty tenía un toque mágico que ha perdido con el tiempo. ¿Eran entonces tan buenos los CoD de antes como solemos decir? La respuesta, es sí.

Xavi Mogrovejo

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