Imagina que alguien te dice "vamos a caminar tanto como Frodo y Sam de la Comarca al Monte del Destino". Es decir, tendríais que prepararos para recorrer una distancia de unos 2896 kilómetros, como ya calculamos previamente mediante cálculos y aproximaciones, cuánto habrían caminado los hobbits hasta Mordor. Sin embargo, siempre se hace complicado poner ese viaje en perspectiva, así que... ¿cómo de lejos habrían llegado Frodo y Sam partiendo desde España?
Evidentemente, vamos a hacer el viaje a pie y sin tener en cuenta la diferencia de distancia que puede recorrer un hobbit con un humano. Es decir, al ser más pequeños, recorren menos por día, vamos a hacer el cálculo a nivel humano.
¿Cómo de lejos habrían llegado Frodo y Sam partiendo desde España?
Imaginemos por un segundo que Madrid, kilómetro cero, fuera La Comarca. Tenemos los ponis en el taller para el cambio de herraduras de los 20.000 kilómetros, el seguro no nos cubre montura de sustitución y nos toca andar. Pero ahora necesitamos un motivo para salir de ahí, porque claro, Sauron ya ha caído.
Los hobbits viven en pisos minúsculos que existen en la realidad y, desolados porque Taylor Swift se ha ido ya del Bernabéu (no se puede destruir el Anillo Único dos veces y es un motivo tan bueno como cualquier otro para marcharse); se ponen en marcha. Chino chano, unos 2800 kilómetros. Pero claro, España no es tan grande.
Hay que hacer parada en Irún y atravesar el Bidasoa, que podría ser perfectamente el final de La Comunidad del Anillo; para cruzar a Francia. Llevamos 460 kilómetros en algo más de 4 días (105 horas). Nos quedan 2340 kilómetros por recorrer, pero con pan (de lembas) y vino (élfico) se anda el camino.
Entramos en Hendaya (Francia) y ahora sí, podemos recorrer un buen trecho de Europa. Durante el recorrido, tendríamos que andar por toda Francia y Alemania cruzando regiones en las que sin duda Sam podría disfrutar de un buen segundo desayuno, hasta llegar a nuestro destino, el cual, si hubiésemos intentado ir en línea más o menos recta, habríamos llegado finalmente (pasándonos por un par de kilómetros) a la bucólica Gołdap, en la región nordeste de Polonia, una ciudad balneario perfecta para una escapada turística, casi en la frontera con Lituania y a la que llegaríamos hechos polvo tras 539 horas de caminata.
Por supuesto, cruzar Polonia implica comer una wuzetka, un pastel de chocolate que deberíais intentar probar al menos una vez, aunque por aquí es complicado de conseguir. Pero lo más importante es que terminarían el viaje planteándose que, si ya no hay Anillo Único que destruir, para qué se han metido semejante paliza. Bueno, como todo el mundo sabe, lo importante es el viaje.
