Más que un género, el battle royale se ha convertido en la pieza de cambio necesaria para salvar videojuegos multijugador que estaban cayendo en la monotonía. Daba la impresión que esas batallas de todos contra todos estaban ya quemadas, después del auge de Fortnite y Apex Legends, pero con Call of Duty (Warzone en este caso) y Rocket League se ha confirmado que, a pesar de que un título tenga su ADN bien marcado, nunca está de más añadir un battle royale para que los jugadores tengan ese incentivo extra para dedicar alguna que otra hora suelta.
Knockout Bash, el battle royale de Rocket League, está recibiendo valoraciones positivas por diversos medios y usuarios, como PC Gamer. Desde ahí, señalan que la obra es un pasatiempo estupendo y que le ha sentado bien, en líneas generales, este soplo de aire fresco al título de Psyonix.
Los partidos de fútbol entre coches serán siempre eternos, desde luego, pero nunca viene mal poder tener alguna alternativa para desconectar la mente un poco.
Un modo que debería quedarse
En este battle royale en particular, se enfrentan ocho jugadores que deberán hacer uso de nuevas mecánicas de ataque, defensa y bloqueo para conseguir la victoria. Knockout Bash está disponible desde el pasado 27 de abril y por ahora se quedará activo hasta el próximo 10 de mayo, por lo que es mejor darse prisa en hincarle el diente. Se ha depurado esa esencia deportiva de Rocket League para conseguir casi un nuevo juego en el que los usuarios corren por la victoria, pura acción sin pretensiones de más. Cada jugador dispone de tres vidas y el mapa se va estrechando poco a poco (una fórmula habitual).
¿Será este battle royale la experiencia definitiva para Rocket League? Puede que el título haya conocido a su Warzone particular. Recordad que ese free-to-play ha sido lo que ha salvado a Call of Duty, convirtiéndose en el eje central de las actuales entregas. Esperemos que la cosa mejore en ese terreno con Modern Warfare 2.
