Sony Interactive Entertainment ha estado muy activa en con las patentes de videojuegos y el último registro conocido trata sobre una dificultad adaptada a un jugador concreto, o a todos, mediante el uso de inteligencia artificial. Como es habitual en estas patentes no significa que la idea necesariamente se lleve a cabo, pero de hacerse, sería una manera de modificar la dureza de un juego sin necesidad de utilizar el clásico selector de dificultad: este aprendizaje sustituiría los niveles por un sistema dinámico que automáticamente sube o baja la dificultad de los desafíos y combates.
En la patente, Sony indica que recogería datos de los usuarios para afinar un combate contra jefe. Si los jugadores encuentran un patrón sencillo de ataques para derrotar a un jefe particular, convirtiéndolo en un combate demasiado fácil, el juego subiría la dificultad de ese jefe para que la estrategia no resultase tan sencilla.
Sin embargo también podría funcionar en el otro sentido: si un jefe está bloqueando a muchos jugadores, la inteligencia artificial forzaría al jefe a limitar sus ataques o suavizar el comportamiento. Sony aclara que este sistema sería opcional, así que los jugadores podrían elegir la dificultad dinámica o mantener las opciones típicas por defecto, tal y como pensaron sus creadores.
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En el fondo no es muy diferente a los equilibrios que se pueden hacer en los juegos mediante actualizaciones, pero en este caso la decisión de los cambios no estaría en manos de los desarrolladores sino de una inteligencia artificial que analizase los datos de miles o millones de jugadores con conexión a internet. Por otra parte, algo así también podría dejar anticuadas muchas guías de videojuegos con tácticas para derrotar, por ejemplo, a los jefes de un Dark Souls: los consejos sobre cómo ganar al enemigo quedarían obsoletos si un mes después del lanzamiento ese jefe cubre mejor su debilidad.