Tal día como hoy hace cinco años salió a la venta Bloodborne, el aclamado videojuego dirigido por Hidetaka Miyazaki, reconocido como uno de los mejores títulos de la generación. Bloodborne reaprovechó las sólidas bases de la saga Dark Souls para llevar exclusivamente a PlayStation 4 una nueva fórmula mucho más ágil y fresca de las características más aclamadas de la saga de From Software, ahondando también en un nuevo lore grotesco y tenebroso inspirado, sobre todo, por el gótico victoriano y la estética de las obras literarias lovecraftianas.
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En Bloodborne, como en los juegos de la saga Dark Souls, controlamos a un avatar sin nombre ni pasado, un Cazador que recorre Yharnam durante una noche en apariencia infinita: la ciudad se ha infestado de monstruos a los que dar caza sin más motivo aparente que el de sobrevivir precisamente a ese lapso de tiempo en el que todos se cazan entre todos.
Hay, como es obvio, una idea que subyace a toda esta simbología que, además, se va retorciendo a medida que avanza la trama: la historia de Bloodborne tiene un punto de partida onírico, pero sin perder la perspectiva plausible de una ciudad dominada por monstruos antropomórficos; a partir de ahí todo se va haciendo cada vez más raro, representando la locura del personaje a medida que la noche avanza y la cacería se agudiza.
Las bases jugables de Bloodborne no difieren demasiado de las de la saga Dark Souls aunque modifican en cierto modo algunos aspectos esenciales para darle más rapidez al gameplay: la sustitución del escudo de la mano izquierda por una pistola, por ejemplo, permite que el jugador agilice sus maniobras sin perder la oportunidad de sacar provecho del afamado parry de From Software.
A nivel exploración casi todo se mantiene intacto: los escenarios abiertos cargados de secretos y atajos que conectan zonas entre sí, hogueras que sirven como punto de guardado y zona segura para explorar sin alejarte mucho de ellas, niveles diseñados para que el jugador aproveche los espacios durante los combates casi sin percibirlo… Bloodborne sabe hacia dónde apuntar cuando se trata de sacar provecho de la jugabilidad de sus zonas y establece un mundo aprovechable a nivel de juego, pero también lógicamente en lo referente a su oscura trama.
Sin noticias de una secuela, pese a ser el preferido
Algo tendrá Bloodborne no sólo por ser uno de los juegos más aclamados por la crítica dentro de la producción de From Software, sino también para ser el título preferido de Hidetaka MIyazaki por encima incluso de Dark Souls. Este juego sigue vigente a día de hoy después de cinco años desde su lanzamiento y en parte es gracias al constante goteo de jefes y secretos que se van filtrando poco a poco gracias a los dataminers que encuentran contenido oculto en su código. Eso sí, por muy importante que sea para jugadores, críticos e incluso para su creador, la secuela de Bloodborne ni está ni se le espera, al menos eso dicen los rumores.