Se cumplen 10 años desde el lanzamiento de Metro 2033, el videojuego desarrollado por 4A Games basado en la novela Dmitri Glukhovsky que dio lugar a toda una franquicia que sigue vigente a día de hoy. Fue un 16 de marzo de 2010 cuando se publicó la primera entrega de la saga en exclusiva para Xbox 360 y PC después de que su versión para PlayStation 3 se cancelase "por una decisión de negocios", según explicó en su día Hew Beynon, ejecutivo de THQ.
Curiosamente, y pese a esa suerte de exclusividad accidental inicial, Metro 2033 ha acabado llegando a todas las plataformas gracias a Metro Redux, una reedición especial que no sólo incluye una versión mejorada de esta primera entrega sino también de su secuela, Metro: Last Light. Fue en 2014 cuando se publicó este pack de ambas obras en PlayStation 4, Xbox One y PC, aunque recientemente ha completado su peculiar póker al salir también en Nintendo Switch.
Un ejemplo de narrativa y world building
En Metro 2033 nos ponemos en la piel de Artyom, un joven soldado ruso que vive mayormente, como el resto de la población, en los túneles de metro de un Moscú postapocalíptico. Esta obra destaca por el brutal acercamiento que hace a la sociedad que queda tras una hecatombe, dejando que el jugador experimente por sí mismos los terrores que se esconden en la laberíntica red metropolitana que da nombre al juego; estos pasadizos que sirven como cobijo también albergan horrores desconocidos que casi dan a Metro 2033 la categoría de juego de terror.
Precisamente por la potente representación que hace este videojuego del mundo post-apocalipsis es por lo que se le recuerda: su mapa es intrincado y el jugador no tiene forma de verlo; no hay un mapa como en el resto de juegos, toda exploración ha de hacerse con una brújula que, para colmo, impide el manejo de armas cuando se está utilizando. La forma que tiene Metro 2033 de aprovechar el lenguaje de los FPS es sin duda lo mejor de esta entrega. Otro detalle que reafirma esa maestría es el hecho de que no cuenta con indicaciones de salud extra diegéticas, sino que toda la información que el jugador recibe es la misma que recibe el protagonista del juego: a través de las manchas de sangre se puede identificar, más o menos, la salud que tiene el personaje.
Como esta hay muchas más pinceladas de calidad que convierten la propuesta de Metro 2033 en un hito más que vigente dentro de la narrativa del videojuego y del world building de la ficción distópica. Después de 10 años esta entrega todavía tiene muchas cosas que decir. Y su saga no es menos, con una más que solvente última iteración llamada Metro Exodus.
