Los videojuegos son parte de la cultura de un país y la Biblioteca Nacional de España, una institución creada hace más de tres siglos para albergar el conocimiento impreso, planea extender su conservación a las nuevas tecnologías, incluyendo los videojuegos o páginas webs, entre otros formatos -carteles de propaganda electoral y marcapáginas-.
"Los videojuegos serán Bien de Interés Cultural en el futuro, porque tienen un valor cultural importantísimo como creación artística", afirma Ana Santos, directora del BNE a El País. "Debemos adaptar la ley del 85 a la realidad actual, es decir, a los distintos tipos de colecciones patrimoniales que recibe la BNE, incluido el patrimonio digital".
La institución, que posee más de 34 millones de materiales producidos en España -de los cuales aproximadamente la mitad son libros-, estaría en conversaciones con la Asociación Española de Videojuegos para que este patrimonio no se pierda. "Aunque quizá ahora no les demos mucho valor, son nuevos materiales que debemos conservar".
Hace un mes el ministro de Cultura, José Guirao, mostró su interés en anunciar ayudas al desarrollo de videojuegos españoles y afirmó que "el reto es conseguir que las empresas que hay creada actualmente que son pequeñas o muy pequeñas puedan consolidarse y crecer y realmente establecerse como una industria".
