El éxito de Fortnite Battle Royale ha transformado Epic Games. El videojuego, que se desarrolló en apenas dos meses y no pensaba ser gratuito, se convirtió en un éxito sin precedentes, algo que obligó a la empresa a crecer de forma rápida, contratando trabajadores y cambiando su método de desarrollo para mantenerse en la cresta de la ola. Según ha confirmado hoy Polygon en un extenso artículo, esto ha degenerado en tácticas de explotación laboral, presión extrema en el entorno de trabajo y un diseño tóxico de bonificaciones y tareas que ha minado a todos los empleados.
Jornadas laborales de hasta 100 horas semanales
Las investigaciones del citado medio han sido fruto de varios meses de trabajo, reuniendo testimonios anónimos de empleados, antiguos desarrolladores y otros trabajadores de Epic Games, contrastando la información entre ellos. El punto en común de la gran mayoría de respuestas habla de una explotación laboral muy normalizada y estructurada, que consigue que se trabaje entre 70 y 100 horas semanales en los periodos de mayor estrés y necesidad, que al parecer, es muy a menudo. Fortnite es una máquina de generar dinero, pero también de destrozar trabajadores y profesionales.
Según el personal de control de calidad y servicio al consumidor, hay departamentos que están hundidos en la depresión, y en los que los niveles de estrés son tan altos que la compañía a veces no sabe de qué forma gestionarlos. Si bien las bonificaciones son buenas, y las horas extra son pagadas, los desarrolladores explican que existe una cultura del miedo en la que si no rindes y respondes bien a las largas jornadas laborales, puedes acabar despedido y reemplazado por otro trabajador. "Es parte de tu trabajo", explican. Como resultado, muchos trabajadores se dan de baja o sufren graves problemas de salud al experimentar meses y meses de jornadas laborales de más de 70 horas semanales.
"El mayor problema es que estamos parcheando el juego todo el tiempo. Los ejecutivos están enfocados en mantener a Fortnite como un juego popular el mayor tiempo posible, especialmente con toda la nueva competencia que está llegando", añade una de las fuentes. De esta forma, los trabajadores acaban trabajando con una enorme presión sobre sus hombros, que en los últimos meses parece haber alcanzado picos insostenibles con el éxito de Apex Legends y similares. "La gente está trabajando muy duro en Fortnite y en los otros esfuerzos de Epic", explicaba un portavoz de Epic Games en una entrevista por correo electrónico. "Las situaciones extremas, como las semanas laborales de 100 horas, son increíblemente raras, y en esos casos, buscamos remediarlas de inmediato para evitar que sean constantes", añadía a Polygon el portavoz.
"Los ejecutivos siguen reaccionando a esto y ajustando las cosas", explicaba una de las fuentes anónimas. "Todo tiene que hacerse de inmediato. No se nos permite dedicar tiempo a nada. Si algo se rompe, un arma, por ejemplo, no podemos simplemente apagarla y arreglarla con el siguiente parche. Debe solucionarse de inmediato y, al mismo tiempo, todavía estamos trabajando en el parche de la próxima semana. Es brutal", confirma. Debido al alto ritmo de trabajo, el departamento de recursos humanos se ve obligado a reponer las bajas constantemente, contratando fuerza de trabajo a la que se refieren como 'cuerpos'.
"Uno de los administradores con más experiencia de Epic diría: 'Solo consigue más cuerpos'. Así se llamaban los contratistas: cuerpos. Y luego, cuando han terminado con ellos, se deshacen de los mismos. Pueden ser reemplazados por personas frescas que todavía no han adquirido la naturaleza tóxica de estar descontentos en el trabajo", comentaba el desarrollador anónimo. Sin embargo, otras fuentes citadas del mismo estudio confirman que se incentivan estas jornadas, con bonificaciones, un sistema de bonus muy bueno y la posibilidad de progresar dentro de la empresa. "En el fondo, todo el mundo entiende. Te pagan más dinero del que la mayoría de las personas ganará en sus carreras en cualquier otro lugar. Tu tiempo es comprado y contabilizado; Cállate, mantén la cabeza baja y haz el trabajo", concluía.
El crunch asola la industria del videojuego
No es el primer caso que se destapa en las últimas semanas. La industria del videojuego lleva años sumida en una táctica muy habitual entre los estudios y grandes compañías. Hace unos días, conocíamos el caos de BioWare y Anthem, uno de los más sonados. Otras empresas como Telltale, que sufrió un cierre de puertas a finales de 2018, desveló que este comportamiento era ensencial para mantener el estudio a flote debido a la alta competencia. Por su parte, el padre de Assassin's Creed Patrice Désilets nos confirmó en una entrevista que el crunch era un mal endémico en la industria del videojuego demasiado arraigado como para hacerlo desaparecer de la noche a la mañana. En otras palabras: 'Era como trabajar con una pistola en la cabeza', confesaba un exempleado de Rockstar.