Eiji Aonuma, el productor de la saga The Legend of Zelda, y Shigeru Miyamoto, su creador, han hablado sobre los motivos por los que los juegos de la serie suelen sufrir retrasos.
De hecho, Ocarina of Time estaba previsto para 1997 y se retrasó a 1998, The Wind Waker iba a lanzarse en 2002 y acabó llegando en 2003, Twilight Princess pasó del 2005 al 2006 y se lanzó simultáneamente en Wii y Game Cube, y el más reciente Breath of the Wild, lleva haciéndose de rogar desde 2015 y no se estrenará hasta el año que viene.
Dificultades para valorar el tiempo necesario
"Cada vez que hacemos un Zelda, queremos hacer algo nuevo", explicó Aonuma. "Es difícil valorar cuánto tiempo nos va a llevar.
Y también es difícil valorar el punto en el que consideramos a algo como nuevo".
Por su parte, Miyamoto añadió lo siguiente: "Creo que hay diferentes razones para los retrasos. Uno podría ser que la dirección no ha sido decidida todavía, lo cual es probablemente el peor tipo de retraso. Y la otra es que la dirección ha sido decidida pero hacerla realidad implementando eso lleva tiempo. Así que podría llevarnos seis meses o un año".
"Sería genial si no tuviésemos que poner una fecha de lanzamiento, pero tenemos que hacerlo".
Sobre el retraso de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Miyamoto comentó hace una semana que se debió principalmente a problemas con el motor de la física del juego.
Hoy mismo, el analista Michael Pachter ha comentado que cree que este nuevo juego ayudará vender más de 10 millones de NX, la nueva consola de Nintendo.
