Shinji Mikami, mucho más que el creador de Resident Evil
Shinji Mikami anunció a finales de febrero que abandonará en los próximos meses Tango Gameworks, el estudio que fundó hace 13 años y en el que dirigió The Evil Within. A sus 57 años, el creativo japonés es una de las figuras más influyentes del desarrollo de videojuegos. En su carrera a lo largo de las tres últimas décadas ha revolucionado dos géneros, el survival horror y la aventura de acción en tercera persona, y ha gestionado varios de los equipos nipones con más innovación creativa. Su futuro, si es que continúa en el sector, se desconoce, pero por el momento vamos a recordar por qué su marcha se ha lamentado en la cultura del ocio interactivo.
Un fan del terror que revolucionó el género en los videojuegos
Cuando Mikami pasó por España en verano de 2015 para recoger el Premio de Honor de la Academia de las Artes y las Ciencias interactivas en Gamelab dijo que en sus gustos culturales tiene dos extremos: las historias oscuras y las historias infantiles. Esto se refleja en su legado. El natural de la pequeña ciudad de Iwakuni comenzó su carrera en Capcom, como diseñador de juego junior, en 1990, después de que se disiparan sus fantasías por convertirse en piloto de Fórmula 1 y no tuviera muy claro en qué enfocar sus carrera.
Durante esos primeros años le encargaron diseñar varios juegos de Game Boy y Super Nintendo basados en propiedades intelectuales de Disney, esas "historias infantiles" que gustan al creativo. Entre todos ellos destaca un título que siempre sale a colación al hablar de las mejores adaptaciones cinematográficas y de los mejores plataformas de los 90: Aladdín. Mikami también dedicó casi un año en un proyecto pasional, un juego de Fórmula 1 para Game Boy que nunca fructificó. Pero en apenas seis años el japonés pasó de ser un empleado junior a crear una de las sagas más importantes de los videojuegos.
Como muchos adolescentes en aquel entonces, a Mikami le encantaban las películas de terror de los años 80; en varias entrevistas ha hablado sobre lo obsesionado que estaba con La matanza de Texas y Evil Dead, dos cintas tan influyentes para su género como lo sería la obra del trabajador de Capcom. Le encargaron un proyecto, el primero que dirigiría: hacer un remake de Sweet Home, un RPG de terror basado en el filme de Kiyoshi Kurosawa. Muchas de las ideas de aquel título, como la gestión de recursos y la premisa de varios personajes explorando una casa laberíntica, se mezclaron con las innovaciones técnicas y el tono de Alone in the Dark, y en la batidora se incluyó el fervor del creativo por el cine de terror americano de serie B y las cintas de George A. Romero (El día de los muertos).
¿El resultado? Resident Evil, un título que instauró el género del survival horror, que puso en marcha una propiedad intelectual que se ha expandido por todos los medios, y que se le considera uno de los responsables del dominio de PlayStation en su generación. Tras dirigir ese éxito, Capcom puso a Mikami al frente de Capcom Production Studio 4 tras una reorganización de la empresa, lo que conllevó que el creativo tuviera que dejar un poco de lado la creación para producir y supervisar. De ahí que dejara Resident Evil 2 en manos del asustadizo Hideki Kamiya (de esto se habla mucho y bien en este documental de Cutscenes), mientras que él actuó como productor, igual que lo hizo con Resident Evil 3 y Resident Evil Code: Veronica.
En este periodo, en el que fue productor ejecutivo de otros muchos proyectos como Devil May Cry (que Kamiya comenzó a desarrollar como un Resident Evil), Phoenix Wright: Ace Attorney y Dino Crisis 2, la secuela de uno de los pocos juegos que pudo dirigir durante esta etapa, Dino Crisis, con el que adaptó y evolucionó las ideas del juego de zombis en un survival horror con dinosaurios. Dirigió otro título, uno que llegó después de que Mikami firmara un acuerdo de exclusividad con Nintendo para sus juegos. Resident Evil Remake, posteriormente adaptado a múltiples plataformas, aún hoy considerado uno de los mejores remakes de la historia, y sin duda entre los mejores de la saga.
Los Capcom Five y la revolución de otro género
En Resident Evil Zero volvió a ejercer la labor de productor ejecutivo. Mikami quería volver a la dirección, al diseño, a mancharse las manos. En 2002 se anunciaron los Capcom Five, cinco títulos exclusivos para GameCube, de los que solo saldrían cuatro. Tras haber dirigido un solo juego en los últimos tres años (hay que tener en cuenta que en aquella época los periodos de desarrollo eran mucho más breves que hoy día), se puso de nuevo a la batuta con P.N.03, un curioso shooter futurista en tercera persona que en su día fue un fracaso de ventas y crítica a pesar de que con el tiempo haya alcanzado cierto estatus de juego de culto.
El batacazo le sirvió a Mikami de excusa para abandonar el puesto de director general de Capcom Production Studio 4 y pasar a ser uno de los productores principales. Mientras supervisaba y ejercía labores de producción ejecutiva en Dino Crisis 3 y posteriormente en Phoenix Wright: Ace Attorney: Trials and Tribulations, el creador de Resident Evil recogió el trabajo hecho hasta el momento por Hiroshi Shibata. Y lo descartó casi todo. De ahí nació el Resident Evil 4 que hoy conocemos, un título que revolucionó a la vez el survival horror y las aventuras de acción en tercera persona, cambiando para siempre el estilo de juego del primero y la perspectiva del segundo. Uno de los juegos más importantes de la industria del videojuego, más si cabe que el título original, adaptado a multitud de plataformas y que este 24 de marzo volverá renovado con Resident Evil 4 Remake.
Tras ese exitazo de ventas y críticas se unió, junto a muchos de sus colegas, a una de la firmas japonesas con más creatividad y originalidad de la historia, a pesar de que ninguno de sus proyectos llenara las arcas de Capcom. En Clover Studio se juntaron Mikami, Hideki Kamiya y el productor Atsushi Inaba (Phoenix Wright: Ace Attorney, Steel Battalion). Mientras colaboraba como productor y guionista de Killer 7, otro de los Capcom Five, en Grasshopper Manufacture junto al irreverente Goichi Suda, dirigió uno de los clásicos de culto de un género ya por entonces de capa caída: los yo contra el barrio. God Hand es un rara avis, incluso en un catálogo tan diverso como el de PlayStation 2. Un título en el que Mikami saca a relucir su afición por la cultura americana, en tono de parodia descacharrante, a la vez que ofrece un sistema de combate tan genial como difícil.
Straight Story, Platinum y Tango: el Mikami más experimental
Ni los Viewtiful Joe ni el genial Okami vendieron precisamente bien. El destino del Clover Studio estaba sentenciado. Dejó Capcom en 2007 y se hizo independiente al fundar Straight Story, una empresa que operaba de manera similar a Sora Ltd. de Masahiro Sakurai, el creador de Super Smash Bros. y también colega de Mikami. Así fue contratado por PlatinumGames, el estudio responsable de Bayonetta que crearon muchos de los que dejaron Clover Studio, para hacer otro título fantástico con bajas ventas: Vanquish, una apuesta muy personal en los shooters en tercera persona cuya influencia se ha dejado sentir menos de lo que debería. Fue también bajo ese sello con el que volvió a colaborar con Grasshopper Manufacture y Goichi Suda en esa obra errática e imperdible que es Shadows of the Damned, un título que hereda un gameplay similar al de Resident Evil 4 con las flipadas conceptuales y de guion del creador de No More Heroes y la música del brillante compositor Akira Yamaoka (Silent Hill).
Después, pasaban los meses y no llegaban nuevos encargos de peso, así que dejó atrás Straight Story para fundar Tango Gameworks, un estudio que apenas siete meses después fue adquirido por ZeniMax Media, que acaban de comprar id Software. En 2014 publicó el último título que ha dirigido. The Evil Within tenía la pretensión de devolver el terror al survival horror después de que en los años previos el género hubiera virado a la acción (una situación que muchos achacan al propio Resident Evil 4).
La aventura de Sebastian Castellanos seguía las premisas de diseño del título protagonizado por Leon S. Kennedy, pero su ambientación terrorífica hacía pensar en Silent Hill y algunas de sus ideas en el surrealismo de David Lynch; no en vano, la anterior compañía de Mikami tomaba prestado el nombre de una película del mismo nombre del cineasta de Cabeza borradora.
Desde entonces ha repetido una y otra vez que ese sería su último juego, a la vez que hablaba en distintas entrevistas de que quería hacer otro. Mientras tanto, en el estudio japonés se dedicaba a ser un mentor de las jóvenes promesas que se unían al equipo, de igual modo que él lo fue de Tokuro Fujiwara (Ghosts‘n Goblins). Así, fue el productor ejecutivo de The Evil Within 2 (de John Johanas, director de los DLC del primero), Ghostwire: Tokyo (de Kenji Kimura) y el reciente Hi-Fi Rush (también de Johanas). Aunque entre medias, según informaciones no oficiales, estuvo a punto de unirse a M-Two, un estudio fundado por Tatsuya Minami, otro veterano diseñador y desarrollador de Capcom que incluso decidió el nombre de la empresa pensando que Mikami se sumaría al barco.
De una manera u otra, Shinji Mikami ha estado implicado en más de una treintena de videojuegos, muchos de ellos tremendamente influyentes para este medio. Ojalá el legado que deja en Tango Gameworks no sea su última obra, pero si esa es su decisión, no queda otra que reverenciar a una de las figuras más importantes del desarrollo japonés.