The Witcher ha sido una de las sagas que más ha crecido en los últimos años, y CD Projekt Red uno de los estudios más respetados del momento. No cabe duda de que ambas cosas se derivan de un buen hacer indiscutible, con juegos derrochando calidad y un estudio derrochando compromiso. Incluso cuando se meten en terrenos más complicados –como los pases de temporada– tienen las palabras adecuadas y la confianza de sus aficionados para calmar las aguas. Lo más curioso, quizás, es que gran parte de que estemos ansiosos por la llegada de The Witcher 3: Wild Hunt se la debemos a Metropolis Software, un estudio polaco hoy en día "desaparecido" que hizo la primera adaptación al videojuego de las novelas originales.
Metropolis Software fue fundado en 1992, si bien ninguno de sus juegos han alcanzado una notoriedad razonable. Por mencionar algunos, son los responsables de Katharsis, Teenagent y el más reciente (bueno, de 2007) Infernal. Pero allá por 1997, cuando las novelas de Andrzej Sapkowski –que se publicaron por primera vez en 1990, precedidas de un relato corto de 1986– no eran tan conocidas, este estudio compatriota de Sapkowki quiso crear la primera adaptación jugable de The Witcher, con un proyecto casi tan ambicioso para la época como lo son ahora sus sucesores.
Este The Witcher (el de 1997) estaba capitaneado por Adrian Chmielarz –que más tarde haría Bulletstorm y The Vanishing of Ethan Carter– y Grzegorz Miechowski –uno de los responsables de This War of Mine-, por lo que como veis había detrás de él dos mentes muy capaces. En esencia, este título iba a ser un juego de aventura con toques de rol, el cual estaría protagonizado para sorpresa de nadie por Geralt de Rivia, y, en principio, seguiría los acontecimientos de la primera novela.
Esta aventura rolera en tercera persona y en tres dimensiones sería bastante tradicional, y nos convertiría en una especie de mercenario que tendría que acabar con los rivales que nuestros contratantes nos propusieran, y que repasarían gran parte de la mitología del universo creado por Sapkowski. Sobre la jugabilidad, los que lo probaron destacaron su sistema de combate "realista" (entrecomillado por usábamos ataques físicos y mágicos, además de la fantasía propia del concepto), que recordaba a Bushido Blade, pudiendo matar a enemigos de un solo golpe con decapitaciones y desmembramientos. De hecho, el sistema rolero se limitaba a puntos para subir de nivel y habilidades que mejorar, pero el énfasis se ponía en la acción y la aventura.
The Witcher iba a ser también un pionero en la narrativa, contándonos una historia oscura y adulta, en el que tendríamos que tomar decisiones que afectarían al desarrollo del argumento. Todo esto, que hoy en día parece tan normal, en 1997 era prácticamente inaudito en los videojuegos. Chmielarz aseguraba que estaban preparando una aventura sin precedentes, con personajes psicológicamente muy complejos, que dotarían de todavía más profundidad a la historia y daría más importancia a nuestras decisiones.
En lo técnico, este título iba a ser tan puntero como los juegos de CD Projekt Red. Estaba concebido para aprovechar la potencia de los ordenadores de la época, tales como texturas de "alta definición", iluminación y sombras en tiempo real, y escenarios complejos y elaborados. Hay que tener en cuenta que lo que vemos en estas imágenes realmente no le hace justicia a lo que podría haber sido en su versión final, ya que se trata de una versión temprana. De hecho, "sólo" se trabajó durante algo menos de un año en este The Witcher, y el equipo apenas consiguió terminar el primer capítulo, aunque consiguieron hacer una versión jugable de éste.
Chmielarz –quien explica, de paso, que la idea de traducir "Wiedźmin", la palabra original polaca, como "The Witcher" fue suya–, revela que el proyecto se les fue de las manos, y era demasiado para lo que un estudio tan humilde podía hacer. La editora TopWare llegó a un acuerdo con Metropolis, pero con el tiempo se dieron cuenta de que no podían encajar semejante concepto dentro de un presupuesto y un calendario razonable. Así, The Witcher murió.
CD Projekt compró este estudio en 2008, pero previamente, en 2002, se interesó por la licencia de las novelas. Chmielarz comentaba que podrían haberse negado a compartirla con ellos, pero que realmente prefirieron "no ser como el perro de hortelano" (que, curiosamente, también es una expresión en polaco), y cedérsela para que intentaran hacer lo que ellos no habían podido hace una década.
Por desgracia, todo lo que Metropolis desarrolló de The Witcher ha desaparecido, al igual que su estudio. Lo único que nos queda para recordarlo son las imágenes que recogemos en este texto y las palabras de los que participaron en el desarrollo, pero, lamentablemente, el prototipo se perdió a causa de la degradación de los discos que lo contenían. En cualquier caso, CD Projekt RED hizo (y hace) un gran trabajo con la saga, por lo que la pérdida de este proyecto se lleva un poco mejor.