Cuando se anunciaron los contenidos descargables para BioShock Infinite casi todos los fans de la saga recibieron la noticia con agrado, primero por volver a Rapture, un lugar ya mítico en el mundo de los videojuegos, y segundo porque la compleja trama tejida por Ken Levine y los suyos podía dar todavía mucho juego para contar nuevas historias. Lo que no podíamos imaginar es que estos DLC se convertirían en el último trabajo de Irrational Games, tras anunciarse su cierre el pasado 18 de febrero.
Una pena que un estudio tan talentoso como este cierre sus puertas, y más después de haber disfrutado de su última obra, BioShock Infinite: Panteón Marino Episodio 2, uno de los mejores contenidos descargables que hemos jugado nunca. Si ya jugasteis al primer episodio seguro que os quedasteis con ganas de saber cómo continuaba su misteriosa historia.
Si ya a muchos nos costó entender perfectamente el complejo argumento de BioShock Infinite, el DLC Panteón Marino Episodio 1 enredaba todavía más la madeja, añadiendo a la ecuación a Rapture, conectando los acontecimientos de Infinite con los del primer BioShock.
No vamos a desvelaros ni un detalle argumental de Panteón Marino Episodio 2, solo deciros que es francamente sorprendente lo bien que ha conseguido Irrational Games relacionar sus dos juegos, y descubriremos más detalles y sorpresas hasta ahora desconocidas tanto del primer BioShock como de BioShock Infinite, cerrando perfectamente el círculo. Un DLC que nos ha gustado tanto por su argumento como por su apartado jugable, recuperando algunas de las mayores cualidades de BioShock, como su opresiva y genial ambientación, y añadiendo un interesante toque de sigilo, que se aleja y mucho de la acción frenética que proponía BioShock Infinite.
Como ya sabréis este segundo episodio de Panteón Marino nos pone en la piel de Elizabeth, pero despojada de sus poderes, por lo que no podemos abrir grietas dimensionales y somos muy vulnerables ante los enemigos. La primera arma que conseguimos es una ballesta, con la que podemos usar diferentes tipos de virotes, como unos somníferos que duermen a los enemigos, otros que causan ruido y que atraen la atención de los splicers, y unos que explotan expulsando un gas venenoso.
Pronto conseguiremos otras armas, como una pistola, una escopeta o una nueva y muy curiosa, una pistola de rayos microondas capaz de hacer explotar a los enemigos si les "calentamos" lo suficiente. Pero pese a este arsenal que parece bastante abultado, tenemos que intentar en la medida de lo posible dar esquinazo a los enemigos y evitar el enfrentamiento directo, ya que la munición escasea y mucho. Por ello podemos usar el gancho aéreo para noquear a los splicers por la espalda y tenemos que tener cuidado y saber por dónde pisamos, ya que el agua y los cristales rotos sobre el suelo hacen ruido, y en cambio otras superficies como las alfombras amortiguan nuestros pasos.
También conseguimos hasta cuatro plásmidos diferentes, como son Posesión, que convierte a las torretas y otros dispositivos en nuestros aliados, Anciano invernal, con el que congelamos a los enemigos, y dos nuevos, Férreo, con el que creamos un campo que absorbe los disparos y los convierte en munición, y Mirón, que sirve para ver a los enemigos a través de las paredes y que usaremos muy intensamente. Para todos estos plásmidos podemos conseguir hasta dos mejoras, por lo que conviene explorar a fondo los escenarios, y así también encontrar las interesantes grabaciones de audio o incluso resolver una interesante misión secundaria. Conviene saquear todo el mobiliario que veamos, para conseguir dinero, salud y EVE, y coger ganzúas, importantes para abrir numerosas puertas y cajas fuertes, mediante un nuevo minijuego que aporta un toque de variedad.
Nos ha durado algo más de 4 horas, una duración que no está nada mal para este tipo de contenido, pero lo que es más importante, lo hemos disfrutado de principio a fin. Rapture sigue siendo tan genial como siempre, y con pocas balas y numerosos splicers la experiencia te atrapa sin remedio, todo ello redondeado por una genial historia y una magnífica ambientación. Además para los amantes de los grandes retos tenemos el modo 1998, un nivel de dificultad en el que solo podemos recurrir a métodos no letales, como la ballesta con los virotes somníferos o noquear con el gancho, un modo orientado totalmente al sigilo.
En el apartado gráfico volver a destacar la soberbia dirección artística, que nos deja momentos visualmente alucinantes, y como ya pasó con el primer episodio de Panteón Marino, llegado con voces en inglés y subtítulos en castellano. Comentar sobre esto que nos ha extrañado que las grabaciones de audio que nos encontramos por los escenarios no están subtituladas, y hay que ir al menú de pausa para leerlas traducidas, un error que esperamos corrijan con algún parche.
Hasta siempre Irrational Games
Panteón Marino Episodio 1 nos gustó bastante, volver a Rapture siempre es un placer, pero su historia nos dejó bastante perplejos, y enredaba todavía más las cosas, como si el final de i>BioShock Infinite no hubiera sido lo suficientemente complejo por sí solo. Todo tenía un sentido y un motivo, y Panteón Marino Episodio 2 ata de manera magnífica todos los cabos sueltos de la saga, tanto del primer BioShock como de Infinite, uniendo ambos juegos de manera perfecto, sirviendo de sentido homenaje a toda la serie.
Además jugablemente es muy interesante, con ese énfasis en el sigilo, y la verdad, si te gustaron ambos juegos de Irrational Games, y sobre todo su historia, este contenido descargable es totalmente imprescindible, uno de los más cuidados y elaborados que hemos jugado nunca. Está disponible desde hoy en Xbox Live, PlayStation Network y Steam, y Ken Levine y su equipo no se podían haber despedido de mejor manera de la saga BioShock, no sabemos si con un definitivo hasta siempre o quién sabe, un hasta pronto.