Desde que se lanzó el primer Alan Wake en Xbox 360 (y, dentro de muy poco, también en PC), muchos usuarios han estado esperando la llegada de una segunda parte, quizás en parte porque al final el juego funcionó de manera dispar entre el público. Pese a todo, esta segunda parte parecía deseada de manera bastante general y desde Remedy, el estudio responsable, se tanteó en repetidas ocasiones su llegada. Finalmente nos encontramos con un nuevo juego, sí, pero específico para distribución digital: Alan Wake's American Nightmare. ¿Podrá satisfacer a los seguidores del primero? ¿Y llegar a un mayor público?
No debe extrañarnos que la primera reacción ante su paso a la distribución digital sea cierta decepción o incluso una actitud recelosa si tenemos en cuenta que, en mucho sentidos, una parte del público y de la industria sigue considerando a los juegos descargables como títulos de segunda que deben tener una vara de medir inferior en la que todo es perdonable -por un lado- o bien cualquier cosa puede colar -por el otro-, unos prejuicios que solo juegan en contra de la evolución de un sector del mercado lastrando la ambición de los creadores y creando una nube de conformismo entre el público potencial. Ninguna de esas situaciones es en absoluto deseable, sobre todo cuando tenemos en cuenta que los precios de estos títulos no siempre se corresponden con el ideal de juego muy asequible a cambio de ofrecer una idea nuclear ingeniosa que sirva como canalización del divertimento.
En este caso, el universo Alan Wake da un paso lateral para llevarnos al interior de la serie metaficcional, Night Springs, un serial televisivo que forma parte del universo del videojuego y que bebe directamente de grandes clásicos de la ciencia-ficción en pequeña pantalla como The Twilight Zone, la decana del género que firmo Rod Serling y cuya impronta podemos ver en tantas secuencias repartidas en multitud de películas, series e incluso otros elementos de la cultura popular.
Este trasvase es muy interesante si tenemos en cuenta que Alan Wake ha jugado desde su concepción con el concepto de escritor, la metaficción, y una estructura narrativa que perseguía acercarse mucho más a la propia de las series de televisión que a la habitual de películas o videojuegos. Podemos discutir largamente sobre si el título fundacional consiguió un acertado equilibrio en ese juego narrativo, pero está claro que el desvío hacia una narración corta, un pequeño episodio suelto y aislado de un mayor constructo, está dentro de los cánones creativos que desarrollaron sus programadores.
Todo parte de una premisa sencilla: Alan Wake, escritor, ejerció en su juventud como guionista en esta serie de televisión y firmó algunos de los capítulos. Ahora se ve atrapado en uno de ellos, inmerso en la ficción televisiva. Así, la narración también pasa de la voz de Wake a la de la voz en off del programa. Pero la premisa básica no cambia: una creación de Wake cobra vida y él se ve atrapado en este mundo de terror literario (y televisivo) que él mismo generó.
Desde la desarrolladora prometen que en esta entrega se centran mucho más en el contexto jugable, de manera que podemos supone que la historia, aunque importante, no será un elemento tan presente e incluso acaparador como en el primer título. Es un movimiento lógico si tenemos en cuenta que, al fin y al cabo, hay limitaciones en el tamaño que puede tener el juego como para que sea práctico realizar una descarga en el disco duro de la consola, así como en el coste de producción asociado a la composición de las cinemáticas.
Se estima que, en líneas generales, el título ofrecerá unas cinco horas de duración para su aventura, lo que parece bastante razonable si mantiene la tensión durante su desarrollo y para el precio que va a ofrecer. El ritmo de juego, de hecho, promete mejorar si tenemos en cuenta que se introducen cambios de cierta relevancia en el sistema de combate para ganar en dinamismo.
Como sucedió en el primer juego, será muy importante usar la luz para enfrentarnos a los enemigos llenos de oscuridad que nos asaltarán durante el juego. Es imperativo, como lo era en el original, iluminarlos lo suficiente hasta que puedan ser dañados físicamente. Hasta aquí, todo igual. En esta ocasión, y reflejando ese mayor interés de Remedy por la acción, el arsenal promete verse incrementado sustancialmente para ofrecer una variedad de estrategias en la lucha. Del mismo modo, también se promete una mayor variedad de enemigos, algo importante pues visto en perspectiva ese era uno de los aspectos que hacía que el combate del primer juego no llegara a cuajar a la perfección. Por supuesto, no habrá solo humanos, sino también criaturas imposibles destinadas a sorprendernos y forzar los límites de lo verosímil en un mundo en el que parece que el peligro surgido desde la oscuridad puede adoptar cualquier forma.
Los puzles estarán también presentes, aunque habrá que esperar a la versión final del juego para saber cómo resulta el equilibrio entre estos dos elementos -acción y puzles-, sobre todo si tenemos en cuenta que se ha hecho mucho énfasis en el progreso en el terreno de la acción del juego pero no sabemos mucho sobre qué novedades reales se van a ofrecer en cuanto a los puzles y, con ellos, en el componente quizás más aventurero y reflexivo del juego.
Hablábamos al principios de estas líneas de lo que se espera de los juegos descargables, y en ese sentido hay que decir que dentro del apartado técnico Alan Wake's American Nightmare apunta en la dirección correcta, sin desmerecer ni bajar el nivel por distribuirse digitalmente, algo que sería un profundo error. Los valores de producción parece que van a estar a la par con el juego original, y buena prueba de ello es que para la música se ha trabajado en colaboración con Kasabian, entre otros, para componer una interesante banda sonora que ambiente la televisiva pesadilla de Wake. En la misma línea, los gráficos parece que van a cumplir sobradamente con lo que se espera del juego, aunque nos queda la duda de si los tiempos de carga serán muy excesivos, en función de la compresión que se aplique.
Habrá elementos muy importantes heredados directamente del primer Alan Wake, claro, y estamos pensando en algún importante contrapunto para el protagonista, pero parece que se ha hecho un trabajo muy adecuado para convertir las bases del original en un estilo de juego que puede funcionar muy bien como título descargable. Alan Wake's American Nightmare posiblemente se separe en algunos aspectos relevantes de su predecesor, pero también sabe lo que debe conservar.
La sensación general que transmite es que su giro hacia un mayor componente de acción (teniendo en cuenta que el primero no andaba falto de esta) puede resultar atractiva para un público más amplio, sobre todo si se consigue que la mayor variedad en las mecánicas e juego cuajen positivamente. Todo ello, esperamos, sin olvidarse de los elementos de historia que le hicieron ganarse el favor de buena parte de los que apostaron por el original. El resultado final podremos probarlo a partir del 22 de febrero, cuando se publique en Xbox Live Arcade.