A pesar de su relativa juventud y de contar con tan sólo 2 entregas hasta el momento (si no contamos la adaptación que se hizo a Wii), Pikmin es una serie muy querida por un gran número de aficionados de Nintendo, lo que hace que lleven pidiendo durante años una continuación. El año pasado a puerta cerrada en el E3, Miyamoto confirmó que estaba trabajando en Pikmin 3 y que aprovecharía las posibilidades del nuevo mando. Por ello no ha sorprendido en exceso que se anunciara en la conferencia de Nintendo, aunque sí lo ha hecho el saber que se encontraba jugable en el propio E3. Tras haberlo podido jugar os contamos nuestras impresiones acerca del regreso de este título tan emblemático de Nintendo.
Pikmin regresa con un control a su medida
Pikmin 3 para Wii U se juega mayoritariamente con el mando de control de Wii y el Nunchuck, aunque el Gamepad se puede usar para ciertas funciones que detallaremos un poco más adelante. Con el puntero del mando de Wii elegiremos el foco de nuestras acciones, ya sea el grupo de pikmins al que llamamos (aunque podemos llamar a todos si dejamos presionados el botón de llamada) o sobre qué objetivo los lanzamos, permitiéndonos incluso apuntar a zonas concretas de un elemento, como los ojos de un enemigo, por ejemplo. Mientras que el mando de control de Wii nos sirve para apuntar, el Nunchuk nos permitirá movernos, situar la cámara detrás de nosotros y cambiar entre el tipo de pikmin que tenemos seleccionado en ese momento.
En cuanto al mando de Wii U, el Gamepad, lo usaremos para ver el mapa de la pantalla, siendo una forma muy cómoda de tener claro dónde está cada elemento en todo momento, como nuestros pikmins o los enemigos. Además, tocando una zona de la pantalla, la cámara se dirigirá inmediatamente hasta allí y podremos interactuar con lo que haya en ese lugar. En la partida que jugamos apenas usamos esta funcionalidad, pues el mando de control estaba separado más de un metro, colocado en un atril, y no era cómodo acercarnos para tocarlo, pero suponemos que si jugamos con él en el regazo o un lugar similar será más cómodo, aunque nos obligará a dejar libre una de las manos, al menos parcialmente, para tocarlo.

La jugabilidad e Pikmin se mantiene. Nosotros llevaremos a un líder e iremos recogiendo a pikmins que estarán diseminados por el escenario y que a partir de ese momento nos seguirán fielmente y no dudarán en dejar que los lancemos contra todo tipo de elementos, aunque ello signifique en ocasiones una muerte segura. En la demo que probamos comenzábamos con un pequeño grupo de pikmins rojos, aunque en seguida podíamos aumentar su número. Diseminadas por el escenario nos encontrábamos frutas, de distintos tamaños, contra las que podíamos lanzar pikmins para que las recogiesen y las llevasen a la nave (el punto donde comenzamos) y así ganar puntos. Para los menos familiarizados con el juego hay que recordar que cada elemento que podamos coger tendrá un número mínimo de pikmins necesarios para poder ser llevados, pero cuantos más dediquemos a esa tarea, más rápido se moverá, por lo que tendremos nosotros que decidir: dedicar más pikmins a esa labor a costa de quedarnos sin ellos o diversificar y emplear los sobrantes para otras tareas.