Sin llegar a cautivar al gran público por su elevada dificultad, Dark Souls ha sido uno de los juegos de rol y acción más valorado de los últimos años. Su jugabilidad, combate y control abrieron un camino que otros títulos empiezan ya a seguir. Uno de ellos es Lords of the Fallen. Hemos probado dos fases del juego para ver cómo es el ataque y el desarrollo del personaje.
El estudio es muy consciente de que se va a decir que son casi clónicos con Dark Souls, pero el productor de Lords of The Fallen, Blazej Zywiczynski, se defiende marcando las diferencias. En primer lugar, en Lords of The Fallen la historia tiene un papel muy destacado. La vas conociendo poco a poco con diálogos con otros personajes (con el formato habitual de los juegos de rol), escenas de vídeo y a través de los archivos de sonido que vas encontrando.
Para cuando encuentras el primer archivo de sonido de la demo ya tienes claro que el juego tiene personalidad propia. Visualmente, bebe de las fuentes de Warhammer y los referentes de la fantasía medieval de los años 80 como la revista White Dwarf, pero estos iconos se han actualizado para salvar los más de 30 años que han transcurrido desde que se crearon. Zywiczynski explica que el arte de la película tiene también influencia del pintor polaco surrealista Zdislaw Beksinski y que hay incluso escenarios enteros que recuerdan su obra. El resultado es un mundo con un toque original y un componente feísta, unos enemigos con un toque inquietante y un entorno hostil.
En el mundo del juego a los convictos se les tatúa el delito en la cara además de meterles en prisión, para que todos lo sepan al verles. Es un pueblo que ha acabado con sus dioses y odia el mal. Pero cuando llega el ataque Rhogar se ven desbordados por su magnitud y fuerza y deciden recorrer a ese ejército de gente que sabe matar que está en las cárceles. Entre ellos está Hakyn, el protagonista, que apenas tiene ya espacio en su cara para más tatuajes. El deberá averiguar las razones del ataque del Rhogar.
Tres opciones para el personaje, aunque puedes cambiar
Al empezar el juego defines el tipo de personaje de entre tres opciones, si quieres ir por las bravas, usando técnicas de sigilo o con magia regenerativa. Más adelante en el juego tienes otra opción. Cada uno de ellos tiene una magia asociada. Por ejemplo, uno crea un clon inmóvil que atrae sobre él al enemigo y restablece la salud del protagonista, otro aumenta la potencia de ataque y elimina las restricciones de energía del personaje y en el tercer estilo invoca a un aliado que te ayuda aplastando a los enemigos con un gran martillo.
Es, básicamente, decidir entre ser guerrero, clérigo o rufián. Según Zywiczynski, se trata de que el jugador encuentre los modelos habituales en el rol, pero esta elección no tiene por qué ser definitiva y tienes para matizarla o modificarla las habilidades y características del personaje con la experiencia y once juegos de armas con ataques muy diferentes. Hay incluso un par de objetos que te permitirán reiniciar el personaje.
El ataque rápido se activa con R1, el fuerte con R2. Bloqueas con L1 y puedes encadenar varios ataques. Con el botón X el personaje realiza un salto hacia atrás para ponerse fuera del alcance del arma enemiga. El menú del personaje se abre el panel táctil del mando. Debes "concentrarte" para que la cámara apunte al enemigo, y unos signos de paréntesis aparecen en el nombre y la barra del enemigo.
En la primera misión de la demo había varios enemigos poco potentes y bastante pasivos y un jefe. Con un personaje guerrero y algunos esquives Hakyn no tuvo grandes problemas en seguir adelante. Para la segunda fase elegimos un clérigo y la forma de jugar desde luego es muy diferente.
Una de las características más peculiares del juego es que cuando mueres y resucitas, aparece un "fantasma" en el punto en el que el personaje perdió la vida con la experiencia que no tuvieses guardada y permanece durante un tiempo. Si pasas cerca irás recuperando vida lentamente durante un rato, y siempre puedes recuperar buena parte de la experiencia perdida.
Tú decides si quieres ayuda o vas a pecho descubierto
Esta característica es otro de los elementos diferenciadores del juego respecto a Dark Souls. Lords of the Fallen no quiere que le conozcan por su dureza, sino porque el jugador decide lo que espera del juego. No es tan sencillo como elegir un nivel de dificultad que haga que los jefes sean más o menos vulnerables o tu personaje reciba distinto daño, sino de utilizar los elementos que tienes a tu disposición.
Si quieres jugar con más comodidad porque lo que te interesa es seguir la historia puedes utilizar la magia. O incluso morir a propósito cerca de un jefe y utilizar la capacidad regeneradora de tu "fantasma" para ayudar a las pociones de curación. Y no son los únicos recursos para superar el juego. En la segunda misión de la demo Hakyn portaba un guantelete cuyas propiedades se pueden cambiar mediante runas. Hay 18 combinaciones diferentes, de las cuales tienes accesos a tres durante el juego. En este caso una lanzaba proyectiles, otra lo convertía en un lanzallamas y la tercera liberaba una bola de luz que disparaba a los enemigos. El guantelete se equipa con el botón triángulo y eliges entre los tres disponibles con la parte izquierda de la cruceta. Para utilizarlo hay que pulsar L2.
Pero si prefieres afrontar el reto como los más valientes, puedes recuperar la experiencia directamente del fantasma cuando llegues a él y que no te cure, prescindir del guantelete o intentar acabar con los jefes sin que te causen ningún daño. En este caso el juego tiene en cuenta el esfuerzo que has hecho y te da una recompensa extra. Al matar al primer jefe de la demo obtienes la espada que él portaba, y si acabas con él sin que te diera ningún golpe la espada conservará la onda expansiva que era su mejor baza.
Al matar a uno de estos jefes aparece un checkpoint en el que se recarga la barra de vida de Hakyn y todas las botellas vacías de pociones de vida que tenga. En estos checkpoint puedes guardar los puntos de experiencia que tengas asignándolos a la magia o los atributos.
Una vez más el juego premia el riesgo. Hay un multiplicador de la experiencia que va creciendo cuando matas un enemigo, pero si pasas por un checkpoint y no guardas la experiencia para seguir subiendo el multiplicador te arriesgas a que te maten y pierdas todo. El jugador decide hasta dónde quiere llegar.
Lords of the Fallen se pondrá a la venta el 31 de octubre en PlayStation 4, Xbox One y PC.