El God of War de 2018 es una de las mejores aventuras de acción de la pasada generación de consolas. Santa Monica Studio recogió como ningún otro el sello de PlayStation Studios (las aventuras centradas en la narrativa) aportando un gameplay con mucha profundidad. El título dirigido por Cory Barlog aunaba una trama centrada en la relación entre Kratos y su hijo Atreus, rodeada por la interesante mitología nórdica, y un sistema de combate versátil que iba cada vez a más hasta explotar en los retos de final de juego.
God of War: Ragnarok, la secuela directa que llegará este año, continúa justo donde lo dejó su predecesor, tanto en lo argumental como en lo jugable. Eso sí, con un cambio de director. Se estrena en el rol Eric Williams, todo un experto en la serie: lleva desde 2004 en el estudio de Sony como diseñador de combate (también aportó en los juegos de la serie desarrollados por Ready at Dawn) y también participó en el primer Darksiders.
La inevitable batalla del fin del mundo
Los gélidos vientos del Fimbulvetr han llegado a Midgar. Es la tormenta de la que habla la profecía sobre el fin del mundo: el Ragnarök, la batalla entre dioses, gigantes y monstruos que acabará con todo, está a la vuelta de la esquina. La trama tendrá lugar unos años después de los acontecimientos narrados en el juego de 2018. Tras las revelaciones del final Kratos y Atreus se esconden en un bosque, y por esos mismos hechos, la relación entre padre e hijo es si cabe aún más complicada que en el primer título.
Atreus no está conforme con esa vida de ermitaño: necesita saber quién es Loki y su papel en el Ragnarök. Además, ya no es el niño que era; que el único tráiler mostrado hasta ahora comience con el chaval llevando un ciervo recién cazado al hogar es una acción repleta de simbolismo para quienes conozcan el primer juego. Por su parte, Kratos se encuentra entre la espada y la pared: tiene miedo por repetir los errores que cometió como Fantasma de Esparta al enfrentarse a los dioses, pero también debe dejar atrás su pasado y convertirse en el padre que Atreus necesita.
Por no hablar de la importancia de sus actos en el futuro de los nueve reinos. A lo largo de la aventura, padre e hijo visitarán lugares conocidos que estarán muy cambiados por el Fimbulvetr para sumar nuevos aliados a su causa, como Tyr, el Dios de la Guerra. Y por el camino se enfrentarán a una miríada de dioses nórdicos, entre ellos el imponente Thor, quien será uno de los antagonistas de la trama junto a Freya, que busca vengarse por la muerte de su hijo Baldur.
"Queremos contar una historia épica y emocionante sobre un padre y un hijo en un viaje en el que luchen por aguantar ciertas cosas y dejar ir otras, es una condición humana muy difícil que todos podemos comprender", dijo Williams en una entrevista donde afirmó que habrá "detalles mundanos familiares" y "drama" yuxtapuestos al "gran contexto nórdico" para ofrecer un "final sorprendente, pero inevitable". Porque sí, Ragnarök pondrá fin al periodo de los dioses aesir, los gigantes y demás mitología nórdica en la saga.
Un mundo mucho más grande
God of War: Ragnarok promete un mundo mucho más amplio que el de su predecesor, un entorno en el que nos moveremos sin fisuras gracias a un plano secuencia que dotará de dinamismo constante y sin interrupciones a la aventura. Así, además de Midgard, Alfheim, Helheim, Jötunheim, Muspelheim y Niflheim visitaremos tres reinos inaccesibles en el anterior: Vanaheim, Svartalfheim y Asgard. Pero no se trata de un reciclaje de escenarios, ya que el Fimbulvetr ha afectado de manera distinta a cada uno. No todo será una roca gélida como Midgard: habrá desde junglas frondosas a intrincadas redes mineras subterráneas, todos ellos con un nivel de detalle evolucionado respecto al juego de PS4.
Además, parece que algunos de esos escenarios tendrán más vida que los mundos casi inertes (excepto por los monstruos) de la primera parte, como es el caso de la aldea costera del primer tráiler. Habrá nuevas formas de moverse por y entre los reinos, como el trineo tirado por lobos que hemos visto en el gameplay, y por supuesto, estarán los viajes en barca con un Mimir que no se callará ni debajo del agua con sus historietas interesantes y graciosas. No será el único aliado que volverá: también estarán los herreros Brok y Sindri. A ellos se sumarán la gigante Angrboda, el comerciante Durlin y el ya mencionado Tyr.
Un combate "familiar y nuevo"
Pocos nos llevarán la contraria si decimos que el sistema de combate de God of War fue uno de los mejores de la pasada generación de consolas, y muchos se alegrarán al saber que el nuevo continuará justo donde lo dejó el anterior; desde Santa Monica Studio quieren que se perciba "familiar y nuevo al mismo tiempo". Por eso vuelve el hacha Leviatán, el escudo de Guardián y las Espadas del Caos, pero se profundizará más en todo ello.
El caso más claro está en estas últimas. Las secciones de combate tienen más verticalidad y las Espadas del Caos se podrán utilizar para encaramarse a plataformas y para desplazarse hacia los enemigos (y darles un buen golpetazo cuando lleguemos a ellos). El árbol de habilidades dará más opciones para que cada jugador adopte un estilo de combate propio. Asimismo, se introducirán nuevos combos y ataques, y quizá hasta armas, de anteriores entregas de la serie con el objetivo de dar "más expresividad" al combate. Además, Atreus tendrá un rol más importante en los enfrentamientos. Por ejemplo, tiene una nueva habilidad rúnica que le permite invocar una suerte de cabra espectral con la que arrasa a los enemigos.
No faltan tampoco los nuevos enemigos que ampliarán un plantel que en el original era bastante variado: el acechador, el dreki, una suerte de sapos humanoides… También hemos visto a una de las ciervas de las mitología nórdica (Dáinn, Dvalinn, Duneyrr y Duraþrór). Asimismo, las valkirias, esos tensos y bien medidos enfrentamientos, vuelven aquí: sabemos que estarán al menos Hrist y Gna, pero en el primer juego había ocho. Hay otro nuevo tipo de enemigo, los einherjar, guerreros que han fallecido en la batalla y han alcanzado el Valhalla, por lo que están a las órdenes de Odín.
La epopeya de Kratos y Atreus continúa en unos meses
Si nada cambia los planes, los jugadores de España y del resto del mundo podrán disfrutar de God of War: Ragnarok en los próximos meses, pues desde Sony han asegurado por activa y por pasiva que el título llegará en 2022 para PS5 y PS4, aunque no hay una fecha de lanzamiento concreta. Sea cuando sea, no nos aguantamos las ganas por ver lo que el fin del mundo nórdico les depara a Kratos y a Atreus.
