Parece que fue ayer cuando se lanzó Destiny rodeado de una enorme expectación, pero ya han pasado más de ocho meses, y con la perspectiva que da el tiempo ahora se ven mejor sus virtudes y defectos, y seguro que Bungie los conoce mejor que nadie. Un ambicioso juego de acción multijugador con unos valores de producción excepcionales, una jugabilidad muy cuidada, una ambientación exquisita, y en definitiva todo lo que ya sabían hacer los creadores de Halo puesto al servicio de una nueva y ambiciosa saga al amparo de Activision.
¿Qué fallo entonces? Pues además de una historia casi inexistente y mal contada, un polémico endgame o fin de juego, tan injusto como ingrato y repetitivo, algo muy importante en un juego de estas características, que prometía tener enganchados a los jugadores durante meses.
Pese a todo consiguieron que mucha gente siguiera jugando a Destiny después de su lanzamiento, y siempre ha contado con una comunidad bastante activa, más de lo que muchos se imaginan.
Tras multitud de pequeños ajustes y actualizaciones gratuitas que fueron equilibrando el juego en diversos aspectos, como el sistema de recompensas, no fue hasta diciembre cuando llegó su primera expansión de pago, La profunda oscuridad, que añadió tres nuevas misiones para la historia, una nueva misión tipo Asalto, una nueva Incursión o raid para seis jugadores, tres nuevos mapas para el multijugador competitivo, nuevo botín y la ampliación del nivel máximo, que pasó del 30 al 32. Ahora en la misma línea llega la expansión II, La Casa de los Lobos, un nuevo y jugoso motivo para retomar este juego, al que siempre apetece volver si hay motivos de peso como este.
La Casa de los Lobos se puede comprar por separado (20 euros) o junto al Pase de temporada (35 euros), e incorpora además de nuevas armas, armaduras y equipamiento, un nuevo espacio social, nuevas misiones del modo historia, un nuevo Asalto cooperativo, tres nuevos mapas para el multijugador competitivo (cuatro si eres usuario de PlayStation), y dos nuevas actividades muy interesantes: un evento multijugador competitivo en el Crisol llamado Las Pruebas de Osiris, y una nueva arena cooperativa llamada El Presidio de los Ancianos, que se trata de un clásico modo horda, posiblemente el contenido más interesante de esta expansión.
Las nuevas misiones de la historia se asemejan a lo que ya vimos en la anterior expansión, reciclándose muchos escenarios aunque añadiéndose algunas localizaciones nuevas, nuevos tipos de enemigos e incluso nuevas trampas, como minas que generan una cúpula que ralentiza nuestros movimientos. Esta vez son más numerosas las nuevas misiones de la historia, y el nivel necesario para afrontarlas con garantías es entre 26 y 28. Nuevamente de la historia no nos hemos enterado de nada, sigue siendo igual de confusa, y nos ha decepcionado que el motivo de esta expansión, que se abra una nueva zona como Arrecife, no se haya aprovechado para incluir zonas con una nueva ambientación, ya que nos hacen volver a la Tierra, la Luna y Venus para superar estas misiones.
Sí podemos visitar Arrecife, donde nos encontramos con un nuevo espacio social, Puesto de Vesta, parecido a La Torre, con nuevos comerciantes que ofrecen premios únicos, nuevas recompensas, contratos y misiones, algunas de ellas de caza, que nos obligan a visitar diferentes puntos de la galaxia para derrotar a los ‘lobos’, que dan nombre a la expansión. Con La Casa de los Lobos se aumenta el nivel máximo, hasta 34, y para ello se ha creado un nuevo camino de mejora para el equipamiento Exótico y Legendario, permitiendo ampliar el poder de las armas y armaduras que ya tuviéramos antes de esta expansión.
Antes comentábamos que lo que nos ha parecido más interesante de esta expansión es la nueva arena cooperativa, El Presidio de los Ancianos, y para acceder a ella primero tendremos que pasarnos las misiones de la historia, algo que nos llevará un par de horas, no mucho más. Una vez hemos hecho esto, en Arrecife se desbloquea esta nueva zona, con cuatro actividades: El Presidio de los Ancianos (nivel 28), Legión Rota (nivel 32), La envidia de Urrox (nivel 34), y La venganza de Skolas (nivel 35), para escuadras de tres jugadores, teniendo la primera actividad disponible matchmaking, pero el resto no.
Ya hemos podido jugar bastante al Presidio de los Ancianos y nos ha gustado mucho. Se trata de un clásico modo horda dividido en cuatro rondas con tres oleadas cada una, más un jefe final, y cada una de estas rondas cuenta con su propio escenario, muy atractivo tanto en arquitectura como visualmente. El objetivo es eliminar a todos los enemigos que nos acechan, como suele ser habitual en este tipo de modos, pero además en algunas rondas hay objetivos especiales, como desactivar unas minas, algo que si no realizamos a tiempo fracasamos la ronda entera, teniendo que volver a empezar.
También hay modificadores en algunas rondas, como recibir más daño cuando estamos en el aire, o que la velocidad de recarga de las habilidades se reduzca, y son distintos alicientes que añaden sal y pimienta a las partidas, muy entretenidas. Creemos que va a ser un modo que va a dar mucho juego, sobre todo a aquellos jugadores que más horas le hubieran echado a Destiny y ya lo tuvieran "reventado" de arriba abajo. Los modos horda a poco que estén bien diseñados siempre funcionan y divierten, y en este caso no es una excepción.
La otra novedad de esta expansión, que promete bastante para los amantes de la vertiente competitiva, son Las Pruebas de Osiris, donde se verán las caras los mejores jugadores del mundo de Destiny, y que todavía no hemos podido probar porque no estará disponible hasta este viernes. Se trata de un nuevo evento eliminatorio semanal de tres contra tres, sin reapariciones, en el que cuantas más victorias encadene una escuadra, mayores serán sus recompensas. Tendremos que adquirir un pase para acceder a este torneo semanal, y puedes jugar partidas hasta que ganes nueve combates, pierdas tres o acabe el plazo de duración del torneo.
También tenemos nuevos mapas competitivos: Escudo Negro (una base desmantelada que se cree que fue una posición defensiva clave, empleada por el Cabal cuando establecieron su base de guerra en Marte, idóneo para Control y Escaramuzas), Guarida de Ladrones (un escondrijo de los Caídos situado en las calderas de Venus con descensos precarios, que ofrecen rutas alternativas para aquellos que quieran arriesgarse a caer, y un gran espacio central con mucha actividad), La Corte de las Viudas (un mapa asimétrico con dos líneas de visión y estrechos interiores, situado en la Zona Muerta europea de la Tierra), y La Atalaya del Tiempo (una estructura en forma de reloj en Marte, construida por los Vex), este último exclusivo para las consolas PlayStation, al menos hasta este otoño.
Respecto a la anterior expansión, en esta ocasión La Casa de los Lobos no incorpora una nueva Incursión o raid, lo que ha decepcionado a muchos jugadores, algo que se compensa con el nuevo modo Horda. Una pena, ya que de haber tenido una nueva raid, estaríamos ante una expansión realmente completa.
Una buena expansión
Si de la anterior expansión nos quejamos un poco, diciendo que ofrecía más de lo mismo y no aportaba nada demasiado nuevo, teniendo en cuenta además su elevado precio (20 euros), esta segunda expansión nos ha dejado bastante más satisfechos. El Presidio de los Ancianos es un gran añadido, que se siente como algo nuevo dentro de Destiny, y va a aportar un gran número de horas de entretenimiento, incluso a aquellos que ya hubieran alcanzado el nivel máximo, que vuelve a aumentar.
En resumen La Casa de los Lobos nos parece un buen motivo para volver a Destiny, siempre y cuando te hubiera dejado con ganas de más, una gran excusa para recuperar este gran aunque imperfecto juego. De momento no hay más contenidos de pago anunciados, pero seguro que dentro de muy poco, en este E3, sabremos algo más al respecto, ya que son muchos los rumores que indican que estas navidades Destiny recibirá una enorme expansión.