Los avances en el mundo del cine y los videojuegos, suelen ir cogidos de la mano. De vez en cuando, sale algún tipo de juego, controlador o idea que revoluciona el mundillo del ocio electrónico. Nintendo lo hizo en su día con Nintendo DS, su consola portátil, y lo volvió a hacer con Wii. Ahora, es Microsoft la que se apunta al carro, y en este E3 (importante feria de videojuegos por derecho propio), es la que ha dado el campanazo con su Project Natal.
En el mundo del cine, es distinto. Se han visto cambios espectaculares, como el salto del blanco y negro al color, o la irrupción de la forma de rodar en panorámico, dejando de un lado los formatos recortados.
Se vio con la llegada del IMAX, y se está viendo en los salones de nuestras casas con la aparición de la Alta Definición. A día de hoy, ya no suena raro el sistema Blu-ray o lo que es un cable HDMI. Los avances se aceptan con gran rapidez en muchos casos y acaban convirtiéndose en cosas cotidianas del ocio.
James Cameron, el director de sendas obras maestras (como Terminator 2: El Día del Juicio Final, Titanic o Aliens), es posiblemente el director que más lejos ha llevado el concepto de avance en los últimos tiempos. Revolucionó la forma de entender el cine con efectos digitales por ordenador gracias a su excelente The Abbys. Con ella, descubrió el poder de los ordenadores a la hora de llevar sus creaciones a la pantalla. Dicha técnica de fluidos y líquidos la perfeccionó más tarde con los efectos vistos en la segunda entrega de la saga Terminator. Con el modelo T-1000, interpretado por el carismático actor Robert Patrick, dichos efectos volaron hacia un nuevo nivel. Pero la ambición cinematográfica de Cameron no conoce límites. Nos mostró al Titanic con una realidad asombrosa, y ahora vuelve con más novedades bajo el brazo. Avatar es, posiblemente, la película que más rumores, leyendas y expectación ha levantado en los últimos años. Cada gota de información, cada pequeña noticia o pista, da para toneladas de horas discutiendo acerca de su veracidad o importancia.
Desde su gestación, (gracias también a la labor de "feriante" que tiene el mismo James Cameron), Avatar ha sido venerada como la supuesta revelación de la nueva manera de entender el cine. Sin ir más lejos, hasta los mismísimos Peter Jackson y Steven Spielberg, al ver la tecnología, se encontraron miradas y decidieron que nada seguiría igual, y que era la hora de adaptarse o morir. Pero ¿en qué consiste Avatar? Cameron ha ideado una nueva manera de ver el cine.
Mediante cámaras que ruedan en tres dimensiones y en alta definición, ha construido una historia de amor, traición y venganza en el espacio. La película se desarrollará en Pandora, donde una raza de alienígenas, los Na´vi, viven en armonía con su entorno. Hasta que un grupo de humanos intentan colonizar el planeta y explotar tamaña biodiversidad para sus propios intereses. Será la interrupción de uno de ellos, (en la película interpretado por Sam Worthington, al que hemos visto recientemente en Terminator Salvation) en la debacle la que hará cambiar el destino del planeta para siempre. Y hasta aquí podemos leer. Por ello, Ubisoft, conocedora de tal impresionante historia (y secreta, pues poco o más se sabe) ha decidido llevar la aventura a nuestras consolas.
Pandora es el planeta donde se desarrollará la aventura. Es un planeta exótico, lleno de selvas cuyos árboles tapan la luz de la estrella que les da alimento, abarrotado de enormes cascadas y lagos. Rebosante de vida. Rebosante de peligros. Aparte de sobrevivir en este peligroso entorno, donde el último eslabón de la cadena alimenticia somos nosotros, los jugadores podrán elegir entre cualquiera de los dos bandos disponibles. Por un lado, tendremos a los integrantes de la RDA, un consorcio de empresas y militares que buscan la colonización absoluta del espacio por la especie humana, intentando llevar así los intereses económicos y estratégicos a cualquier punto de la galaxia.
Por otro, tendremos a los Na´vi la raza dominante en Pandora. Indígenas con supuesto aspecto pseudo-felino (pues su diseño sigue siendo aún un misterio y un secreto) que habitan en armonía con las otras razas de Pandora. Son capaces de controlar el entorno a su voluntad y dominan bestias y atajos en la omnipresente selva del planeta. El jugador podrá controlar a ambas facciones, combinando lo mejor de ambos mundos, y teniendo dos historias para elegir y completar la visión del conflicto. Aparte, podremos escoger las armas rudimentarias de los Na`vi y combinarlas con las de la RDA, y así lograr armas más mortíferas y efectivas.
También controlaremos vehículos y bestias. La RDA tiene a su disposición vehículos terrestres y aéreos que harán las delicias de los fanáticos del armamento militar. Poderosas torretas y tanques bípedos, que destrozarán todo lo que se encuentre a su paso. Aviones y helicópteros especializados en cazar todo lo que se ponga por delante, y armados con la más moderna tecnología. Los Na´vi, por su parte, harán gala de bestias y animales que les servirán de vehículos de batalla. La cantidad de vehículos y armas, se eleva a más de sesenta según los desarrolladores, y todas ellas serán personalizables a varios niveles.
Otro de los aspectos que comunicó Ubisoft en la corta (pero intensa) rueda de prensa, fue la importancia del juego online. Avatar presenta un conflicto entre dos razas. Dos razas que se podrán ver las caras en un completo modo multijugador, del que poco más se sabe. También hicieron hincapié en el componente de juego de rol del título, hablando sobre las posibilidades de subidas de nivel y de habilidades de nuestro personaje, tanto en el online como en el juego individual. Por ello, podremos mejorar a nuestro personaje en diversos niveles, como fortaleza o nivel de control de armas.
Ubisoft ha prometido un lanzamiento simultáneo con la obra de James Cameron, el día 18 de diciembre de este mismo año. Si Ubisoft está en lo correcto, el juego llevará la experiencia de Cameron en cines a nuestras casas, y expandirá el rico universo creado por el director. ¿Estarán ambos en lo cierto? ¿Será algo más que una maniobra publicitaria sin precedentes? Ya queda menos para saberlo.