Siete años no es una cifra que haya que tomarse a la ligera en este mundillo, y menos aún cuando se mantiene un nivel de éxito tan arrollador como el de World of Warcraft. Y es que si bien es cierto que el gigante de Blizzard ha experimentado una pérdida progresiva de jugadores durante los últimos meses, tener a 10 millones de suscriptores que pagan religiosamente sus mensualidades para poder disfrutar de todo lo que Azeroth tiene que ofrecer tras tanto tiempo es una hazaña de la que ningún otro exponente del género puede presumir.
En estos siete años ha popularizado los MMORPGs hasta cotas insospechadas, llegándose a convertir en todo un fenómeno de masas. Muchos han sido los que han intentado aprovecharse de su tirón, pero muy pocos han conseguido hacerse un hueco dentro de un mercado cada vez más saturado y competitivo, obligando incluso a la gran mayoría a adoptar el modelo de negocio de juego gratuito.
Pero siete años no pasan en balde para nadie, y menos aún para un juego, algo que queda más que patente en su apartado técnico y por una fórmula que empieza a agotar a los jugadores más veteranos. En Blizzard son muy conscientes de esto, por lo que el pasado mes de octubre en el Blizzcon 2011 anunciaron la cuarta expansión para su exitosa gallina de los huevos de oro, titulada Mists of Pandaria. El hecho de que estuviera protagonizada por los Pandarens provocó una respuesta algo tibia entre los fans, que no sabían si tomársela en serio o como una especie de broma para seguir estirando el título un poco más.
Con el fin de despejar estas dudas y saber más sobre lo que nos va a ofrecer finalmente, la semana pasada tuvimos la ocasión de viajar en exclusiva nacional a las oficinas centrales de Blizzard en Irvine para descubrir sus novedades, charlar con sus desarrolladores y explorar Pandaria de primera mano. En líneas generales se trata de una expansión bastante continuista, centrada principalmente en aportar mucho contenido para los jugadores de nivel máximo que cambios realmente considerables en el sistema o en su fórmula clásica.
La historia de los Pandarens es cuanto menos bastante peculiar. Se trata de una raza de pandas antropomórficos que nacieron inicialmente como una broma del April's Fool Day cuando Blizzard estaba inmersa en el desarrollo de Warcraft 3. Pero como es obvio a estas alturas, la cosa no se quedó ahí y posteriormente fueron incluidos de manera oficial en Warcraft 3: The Frozen Throne. Por tanto, era de esperar que en algún momento acabaran por llegar a World of Warcraft. De hecho, Frank Pearce, vicepresidente ejecutivo de Blizzard y J. Allen Brack, el director del juego, nos han comentado que llevaban ya mucho tiempo queriendo incluirlos, pero que por uno u otro motivo no habían encontrado el momento adecuado hasta ahora.
El guión se sitúa un tiempo después de la derrota de Deathwing a manos de los jugadores. Las tierras de Pandaria habían estado ocultas durante mucho tiempo por una densa niebla, aunque debido a los efectos del cataclismo ahora se ha dispersado y ha quedado expuesta al mundo. Mientras tanto, las fuerzas de la Alianza y de la Horda siguen con su eterna guerra, aunque en una de sus expediciones, acaban por encontrar el hogar de los Pandaren.
A diferencia de las expansiones que han ido saliendo hasta el momento, el desarrollo de esta no seguirá un argumento lineal centrado desde un primer momento en que todo lo que realice el jugador sea para llegar a una conclusión final. En Wrath of the Lich King todo lo que hacíamos y sus distintos parches de contenido estaban destinados a llevarnos al enfrentamiento final contra Arthas, al igual que ocurría con Illidan en The Burning Crusade y con Deathwing en Cataclysm. Sin embargo, en esta ocasión la historia se centrará en la exploración de Pandaria, en descubrir su pasado, su cultura, sus peligros, sus tierras, etc.
Aunque claro, toda gran expansión necesita un enemigo a la altura que nos plante cara en un épico combate final. Por ello, sus desarrolladores nos han adelantado que el último parche de Mists of Pandaria traerá consigo una mazmorra para bandas que no dejará indiferente a nadie, pues estará ambientada en Orgrimmar, la capital de la Horda. No nos han dado los detalles concretos, pero sí que nos han dicho que el objetivo será acabar con Garrosh, el actual líder de esta facción. Esto es algo que nos llevará incluso a presenciar una nueva alianza entre ambos bandos para asediar la ciudad y derrocar al tirano.
Cualquiera que haya jugado al juego antes o siga haciéndolo no tardará en darse cuenta de la importancia que esto puede suponer para el devenir de la historia de Azeroth. Una idea que nos ha gustado mucho en su planteamiento y que de hacerse bien puede traer consigo una conclusión muy épica a esta expansión. Esto también nos lleva a preguntarnos si en un futuro tendremos que atacar alguna de las ciudades principales de la Alianza, ya que esta será la segunda vez que asediemos una capital Horda (recordemos que en una de las misiones de Wrath of the Lich King tuvimos que realizar una ofensiva contra Undercity por culpa de un golpe de Estado).
Pandaria está dividida en siete zonas: Kun-Lai Summit, Townlong Steppes, Vale of Eternal Blossoms, Dread Wastes, Valley of the Four Winds, Krasarang Wilds y The Jade Forest. Todas ellas resultan visualmente muy diferentes (incluso parecerá que vayamos cambiando de estación de una a otra), aunque manteniendo siempre en todo momento una estética basada en la antigua China y sus leyendas. Esto es algo que se aplica también a los nuevos enemigos con los que nos encontraremos, como los Jinyus, una especie de hombres peces. Atravesaremos bosques, descampados, tierras marchitas, montañas nevadas, antiguos templos, etc. Si bien se nota cierta mejoría gráfica, a nivel técnico se encuentra un peldaño por debajo de juegos más actuales, aunque esta carencia la suple bastante bien la genial dirección artística que lo imprime todo, consiguiendo así una ambientación muy lograda y especialmente agradable a la vista.
No tardaremos demasiado en descubrir el peligro más presente de Pandaria: el Sha. Se trata de lo opuesto al Chi (la energía espiritual pura que usan los monjes Pandaren para luchar), una representación de toda la energía negativa del mundo que corrompe todo lo que toca, por lo que en muchas de las misiones y mazmorras tendremos que combatirla. De hecho, la primera instancia para 5 jugadores que veremos en esta expansión será Jade Serpent Temple, un antiguo templo que se ha visto recientemente invadido por el Sha. Las criaturas poseídas por esta oscura fuerza las veremos rodeadas de un aura negra, aunque también hay quienes han aprendido a dominarla, como los Shadopan, una facción extremista de Pandarens que han decidido abrazar su poder.
Entrando ya en el terreno de las novedades, una de las más notorias es la introducción de los propios Pandaren como raza jugable. A pesar de no poder haber jugado sus primeros diez niveles todavía, sí que se sabe que empezarán como neutrales, aunque en un determinado momento tendremos que decidir si unirnos a la Horda o a la Alianza. Gráficamente están bastantes más cuidados que las razas anteriores, especialmente de las iniciales. También cabe mencionar la calidad de sus animaciones, las cuales son todo un gustazo para la vista dada su fluidez. Sobre sí se remodelarán los gráficos de las razas antiguas para que no haya tanto contraste, Frank Pearce nos ha dicho que de momento no es algo que entre en sus planes, ya que actualmente están centrados creando cosas nuevas en vez de centrarse en lo que ya está hecho.
La otra novedad de peso la encontramos en la clase Monje. Por lo poco que hemos podido jugar con ella, nos ha parecido una especie de mezcla entre Rogue, Warrior y Death Knight. Tendremos una barra de energía que funciona exactamente igual que la del Rogue, la cual nos permitirá realizar habilidades que pueden darnos Chi o no. El Chi se mostrará mediante unas esferas amarillas debajo de nuestras barras y gracias a él podremos ejecutar nuestras técnicas más poderosas. Todos sus movimientos están centrados en las artes marciales y muchos de ellos se asemejan visualmente a los que hemos podido ver en juegos de lucha como Street Fighter (Shoryukens y Tatsumakis incluidos).
Podrán cumplir el rol de Tanque (atraer la atención de los enemigos para recibir el daño), DPS melee (hacer mucho daño luchando cuerpo a cuerpo) y Curandero. En general nos ha parecido una clase muy divertida y donde gastar el Chi lo más rápido posible parece fundamental para sacarle el máximo partido. Eso sí, también nos ha dado la impresión de ser bastante potente, y desde Blizzard ya nos han avisado que es posible que inicialmente esté algo por encima de la media hasta que consigan equilibrarla.
Uno de los cambios más importantes que nos encontraremos en el sistema de juego está en los talentos. Ahora tendremos que escoger una de las tres especializaciones disponibles y al hacerlo obtendremos todas las habilidades básicas de esa especialización. Entonces será el momento de escoger nuestros talentos secundarios. En los niveles 15, 30, 45, 60, 75 y 90 se desbloquearán tres de ellos, pero solo podremos escoger uno por solo por cada uno de esos niveles. Así por ejemplo, solo podremos seleccionar uno de los tres desbloqueados a nivel 15, otro de los de nivel 30, etc. Si queremos cambiarlos, tendremos que usar un objeto que nos permitirá borrar uno solo de ellos para elegir otro de ese mismo nivel. Estos talentos son importantes, aunque no llegan a ser tan decisivos como lo eran antes.
Como podéis ver, este nuevo sistema simplifica enormemente lo visto anteriormente. Esto se ha llevado a cabo porque en Blizzard no consideraban divertido perder varias horas y tener que visitar múltiples webs para encontrar una build que sea efectiva, por lo que ahora pretenden que sea una parte del juego a la que no le tengamos que dedicar mucho tiempo y con la que podamos experimentar más fácilmente gracias a los talentos secundarios.
Continuando con las novedades incluidas nos encontramos con las Gestas. Se tratan de una mezcla entre las misiones diarias y las mazmorras pensadas principalmente para los jugadores casuales. En ellas podremos juntar a un grupo de gente para superar una especie de mazmorra que se va desarrollando por fases. Dependiendo de la Gesta, necesitaremos más o menos gente, aunque no tendrá por qué ser un grupo equilibrado, por lo que no tendremos que buscar clases que cumplan roles específicos. Por tanto, las recompensas que obtengamos con ellas no serán muy decisivas ni determinantes, pero nos permitirán pasar un buen rato de forma rápida y sin complicaciones.
Otro de los nuevos añadidos es el modo Desafío para las mazmorras de cinco personas. Este modo consiste simplemente en terminarlas en el menor tiempo posible. Dependiendo de nuestra actuación obtendremos una medalla de bronce, plata u oro. Mientras mejor lo hagamos, mejores recompensas recibiremos. Además, para que todo el mundo parta en igualdad de condiciones, en este modo se nos dará un equipo predeterminado para que lo que cuente realmente sea la habilidad del grupo. Esto a su vez traerá consigo un sistema de rankings con listas clasificatorias. Para premiar a los mejores, los que queden en los puestos más altos conseguirán aspectos únicos para sus armaduras para lucirse frente al resto de jugadores.
Los combates de mascotas también son otras de las novedades de esta expansión, gracias a los cuales podremos por fin darle un uso a esas decenas de mascotas que hasta el momento solo servían para decorar. Cada una de ella tendrá sus propias estadísticas y habilidades únicas. Podremos crear equipos de hasta tres mascotas para enfrentarlas a las de otros jugadores, muy al estilo Pokémon. Eso sí, para conseguir desbloquear huecos para poder llegar a hacer el equipo de tres tendremos que conseguir ciertos logros.
Para mostrarnos este sistema nos enseñaron un cómico vídeo donde veíamos a Illidan y al Lich King enfrentar a sus mascotas, mientras sonaba de fondo "Those Who Fight", la canción de los combates de Final Fantasy VII. Tal y como sus propios desarrolladores dijeron, la elección de este tema musical no era algo fortuito, ya que este tipo de batallas son por turnos y hacen uso del sistema Active Time Battle, por lo que tendremos que esperar a que una barra se rellene para poder dar órdenes. Este tipo de luchas se están tratando a modo de minijuego opcional, por lo que no nos servirán para hacer más poderoso a nuestro personaje, aunque al menos prometen ser divertidas y hacernos pasar buenos ratos.
Uno de los pilares fundamentales de World of Warcraft se encuentra en las mazmorras tanto para cinco jugadores como para bandas. En esta ocasión nos encontraremos inicialmente con nueve de las primeras y tres de las segundas. Por lo poco que hemos podido ver de ellas, estas mantienen su línea habitual y no parecen contener grandes novedades en cuanto a su planteamiento, aunque el humor típico de Blizzard seguirá estando presente, obligándonos a enfrentarnos a cosas como conejos kamikazes o elementales de cerveza. Al igual que ocurrió en Cataclysm, algunas mazmorras para cinco jugadores recibirán un remake completo, con nuevos gráficos, jefes y monstruos a los que hacer frente, a pesar de que la disposición de las salas será igual. Las dos revisiones confirmadas de momento son Scholomance y Scarlet Monastery.
Los amantes del PVP también recibirán su dosis de novedades con dos nuevas Battlegrounds. La primera de ella se titula llama Valley of Power, se ambienta en un templo y nuestro objetivo será el de hacernos con el control de una reliquia. Al tenerla en nuestro poder iremos acumulando puntos para nuestro equipo y haremos el doble de daño, pero recibiremos también el doble y las curas que nos lleguen quedarán reducida a la mitad. La reliquia la podremos pasar, algo que será fundamental si no queremos que nos maten con ella y nos la roben. Para darle algo más de vida al asunto si nos mantenemos en el centro ganaremos puntos más rápidamente, aunque también seremos un blanco mucho más fácil.
Por otro lado tendremos Diamond Mine. Como su propio nombre indica se ambienta en una mina y nuestro objetivo será llevar unas carretas llenas de diamantes hasta nuestras bases. Su funcionamiento es similar a Eye of the Storm, aunque aquí la carreta la tendremos que guiar por unos raíles y podremos cambiar su ruta accionando unas palancas.
En cuanto al contenido para un jugador, nos han prometido que esta expansión incluirá el mayor número de misiones diarias que hayamos visto hasta la fecha, con el objetivo de que cada día vayan cambiando y sean distintas. Además, ahora cuando subamos la reputación con las diversas facciones iremos siguiendo una historia e iremos viendo nuestros progresos con ellos representados de alguna forma, por lo que no será solo rellenar una barra para llegar a Exalted. En una de ellas por ejemplo podremos tener nuestra propia granja y ver su evolución.
Como ya hemos dicho en líneas anteriores, Mists of Pandaria es una expansión que no promete traer demasiados cambios consigo y que busca contentar a los jugadores de nivel máximo con una gran cantidad de contenido desde el principio para que no tengan tiempo para aburrirse. Por ello quienes sigan disfrutando de este veterano MMORPG a día de hoy, se lo seguirán pasando en grande viviendo aventuras en las milenarias tierras de Pandaria.