Desconfiábamos un poco en todas las promesas de Rad Rodgers: World One sobre traer de vuelta los juegos de acción y plataformas de los años 90, pero después de probar el juego en su fase de Acceso anticipado hay que admitir que lo está consiguiendo. Sus autores, Interceptor Entertainment –con ayuda de 3D Realms en la coproducción- citan de influencias a clásicos del PC como Commander Keen, Conker, Ruff'n'Tumble y Jazz Jackrabbit, excelentes ejemplos en los que fijarse.
El proyecto, que consiguió la financiación necesaria en Kickstarter para llegar a PC y PlayStation 4, nos propone encarnar a un chico de doce años llamado Rodgers. En una de esas escenas típicas de la ciencia ficción donde el personaje entra dentro de la pantalla de su televisión, Rodgers se verá involucrado en un mundo virtual de videojuego acompañado por la representación de su consola, Dusty.
El punto de partida no es que sea terriblemente original, pero el argumento está repleto de humor gamberro. El tono noventero se nota en este niño macarra, rebelde, la música entre rockera y electrónica, las pequeñas dosis de chistes verdes dignos de un quinceañero o el diseño gráfico, una amalgama de influencias 3D, pixel-art para la interfaz y colores neón.
En definitiva, estridente y "radical", muy propio de la década que toma como referente. Podrás desactivar el lenguaje soez si consideras que los gags quedan un poco fuera de lugar dentro de esta estética alegre.
Rad Rodgers pertenece a un género tan poco habitual hoy día que casi parece algo completamente nuevo. Efectivamente es un juego con mucho elemento de plataformas 2D y disparos, donde el objetivo es coleccionar un número de piezas para abrir el acceso al siguiente nivel. El mapa no es lineal, de hecho está repleto de bifurcaciones y salas secretas; sin llegar al extremo metroidvania -aquellos donde vuelves sobre tus pasos por tener una nueva habilidad que da acceso a nuevas áreas-, en muchas ocasiones podremos elegir dos o más direcciones para buscar los coleccionables. Es reconfortante ver que no se trata de un simple shooter horizontal matando todo lo que aparece en pantalla.
Estos niveles disponen de saltos y trampas típicas de los 8 y 16 bits: una rueda giratoria, troncos que caen por una catarata y enemigos un poco estúpidos oportunamente colocados para hacer daño. Nuestra herramienta principal para solucionar los problemas es, evidentemente, la pistola de munición infinita. La mayoría de enemigos necesita unos cuantos disparos antes de explotar en una lluvia de sangre y su único peligro lo causan aquellos que lanzan proyectiles.
Como la resistencia de algunas criaturas empezará a poner las cosas complicadas –en esta versión sólo está disponible la dificultad normal, pero también habrá fácil y difícil- hay armas más poderosas dispuestas a machacar a los rivales, desde un fusil de fuego rápido a potentes cañonazos de energía. Estas armas sí tienen munición limitada y no conviene derrochar los tiros alegremente.
Dusty colabora a lo largo del juego con golpes físicos y la opción de escalar por algunas tuberías. Las habilidades son necesarias no sólo para encontrar los puzles que dan acceso al nuevo nivel, sino también a llaves que desbloquean puertas. No parece que la tónica general sea ocultar mucho la ruta correcta, sin embargo aquellos que deseen obtener el 100% de diamantes y objetos sí se tendrán que esforzar un poco más para alcanzar lugares ocultos a simple vista. Este puede ser un buen punto para potenciar la rejugabilidad.
De vez en cuando aparecerán áreas pixeladas/corruptas que necesitan ser reparadas para crear una plataforma o abrir un camino bloqueado: es el pixelverso. Esto recuerda un poco a la colaboración de Clank con Ratchet -serie Ratchet & Clank-, puesto que aparece un pequeño minijuego donde Dusty navega por un mundo laberíntico, esquivando peligros hasta alcanzar uno o varios objetos clave que se activan en el mundo virtual. Al menos los que hemos jugado en esta fase temprana son bastante simples y con poca chispa, son lo menos brillante de su propuesta. Quizás más adelante den lugar a retos más elaborados.
Todavía es pronto para dar un veredicto sobre Rad Rodgers, pero apunta muy alto. Es divertido y gráficamente está muy cuidado para tratarse de un proyecto independiente, tanto en la parte técnica –hace uso de Unreal Engine 4- como artística. En el sonido hay que destacar a Jon St John –el inimitable Duke Nukem- interpretando a Dusty y la banda sonora de Andrew Hulshult –Bombshell-. La campaña en Kickstarter no alcanzó el objetivo para nuevos idiomas por lo que en principio los textos quedan en inglés, si bien la mayor parte de los diálogos son frases humorísticas durante la partida.
Disponible en PC el 1 de diciembre
Si estáis esperando un arcade de plataformas a la antigua usanza, Rad Rodgers parece una apuesta segura. Aunque no está destinado precisamente a niños, los filtros de censura para gore y palabras malsonantes permiten que incluso los más jóvenes se diviertan con él.
A priori los únicos problemas que encontramos es la poca variedad de enemigos y comportamientos, aunque sus virtudes parecen superar con creces los puntos débiles. Próximamente os ofreceremos nuestro análisis completo.
Hemos realizado estas impresiones con un código de descarga que nos ha proporcionado Interceptor Entertainment.