Análisis de Rogue Trooper (Xbox, PC)
La serie de tebeos 2000 AD no es muy popular en nuestro país, pero en el mundo anglosajón cuenta con numerosos aficionados. De ella han salido personajes populares como el juez Dredd. La historia de Rogue Trooper nos sitúa en el planeta Nu Earth, donde un traidor del bando de los Genetic Infantryman ha causado que éste se halle acorralado y que, de hecho, nuestro personaje principal se haya quedado solo contra el enemigo, aunque con muchas ganas de venganza, y acompañado por sus compañeros caídos en forma de Biochips. Mientras que la infantería genética puede soportar el entorno envenenado del planeta, los soldados de Nort Republic necesitan un traje protector para sobrevivir al entorno.

Rogue Trooper es un juego de acción en tercera persona con un sistema de control similar al de un juego en primera. Moveremos a nuestro soldado con el analógico izquierdo, para apuntar con el derecho, aunque hay un sistema de apuntado automático bastante bien integrado, gracias a la ayuda de uno de nuestros compañeros integrados en biochips. Este sistema de auto apuntado hace que cuanto más cerca tengamos el punto de mira de un enemigo más posibilidades tengamos de darle, pudiendo, directamente, hacer blanco en él para obtener la máxima efectividad. En Rogue Trooper manejaremos una serie de armas, todas ellas similares entre sí a la hora de disparar, y contaremos además con un rifle de francotirador cuyo funcionamiento es el clásico en este tipo de juegos.
Pero Rogue Trooper no es un mata-mata; iremos en solitario, inmersos en un enorme campo de batalla lleno de enemigos y peligros, y por lo tanto no podremos asaltar posiciones enemigas como si fuésemos Rambo. La inteligencia artificial de los enemigos, en la que luego profundizaremos, no es muy avanzada, pero sus disparos sí son mortíferos. Para evitarlos, tendremos que usar muchas veces el sigilo y la cobertura para acabar con los enemigos.
El sistema de cobertura está muy bien implementado; al llegar a una pared o a una trinchera podremos tomar cobertura pulsando un botón, y disparar ayudados por esa cobertura, pudiendo apuntar antes de sacar la pistola, como en la mayoría de los últimos juegos de acción en tercera persona. Además de poder apuntar, también podremos realizar acciones como saltar por encima de la cobertura al estilo asalto –siempre quesea de media estatura-, hacer fuego de cobertura –sin arriesgarnos a que nos den- para que los enemigos huyan, e incluso lanzar granadas por encima o por el lado, eso sí, sin apuntar.

El sigilo también será importante par coger a los enemigos por sorpresa –y a las ametralladoras automáticas y otros peligros-, como también es útil usar los numerosos objetos explosivos del juego para matar varios pájaros de un tiro. Lo curioso de estas dinámicas de juego es que siempre producen el mismo efecto en los enemigos, lo que dice poco de la inteligencia artificial pero sí permite una jugabilidad variada, aunque sin sorpresas. Siempre que hagamos fuego de cobertura el enemigo huirá, siempre que usemos el holo señuelo lo confundirá con nosotros, y siempre que le lancemos una granada no se dará cuenta de ella. Esto hace el juego previsible, pero no le quita diversión.

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