Análisis de Super Time Force (Xbox One, Xbox 360)

¿Estáis cansados ya de los juegos con estética propia de los 16 bits? No os culpamos. A veces las modas llegan y la gente no sabe cuándo parar. Lo malo de esto es la tendencia a generalizar, ya que a veces encontramos algunas excepciones que, aun abrazándose a la moda de turno, nos ofrecen experiencias que merecen toda nuestra atención. Ése es el caso de Super Time Force, un adictivo juego bastante sorprendente.

Ideas conocidas mezcladas como nunca

Juego de acción y plataformas en 2D. Poder viajar en el tiempo para que nuestros personajes repitan sus acciones colaborando entre sí. Pixel-art. Banda sonora retro. Qué, originalidad a tope, ¿eh? Pues en cierta medida, sí. Aunque Super Time Force bebe de multitud de fuentes, lo cierto es que a la hora de jugar los planteamientos son bastante dinámicos, dándole esa sensación de novedad, a pesar de que la inmensa mayoría de sus ideas ya se han visto antes y en más de una ocasión.

En Super Time Force tenemos a un número creciente de soldados, cada uno con sus habilidades propias, que retrocediendo en el tiempo y proyectándose de nuevo al volver a ponerlo en marcha –con un nuevo compañero sumándose a la línea temporal– han de colaborar por completar una serie de fases justificadas a través de las más disparatadas razones, siempre con el viaje temporal como principal motivo. Todo ello, además, cargado de humor.

¿Pero, cómo se juega a esto?

Lo primero que tenemos que entender es que es un juego de acción y plataformas en dos dimensiones, pero en lugar de ser totalmente frenético y enfocado a la habilidad del jugador con el mando, también tiene un pequeño componente de estrategia, que nos obliga a pensar y colaborar con nosotros mismos –gracias a las mencionadas "proyecciones temporales"– para conseguir completar las fases dentro del tiempo indicado.

Tenemos 60 segundos –ampliables con objetos repartidos por el escenario– para completar cada fase, algo prácticamente imposible. La idea es utilizar a nuestros personajes para progresar más rápido rejugándonos diferentes secciones con cada uno y haciendo que luego colaboren entre sí al poner el tiempo en marcha. Por ejemplo: llegamos a una zona con tres enemigos. Matar a los tres con un sólo personaje implicaría invertir quince segundos, cinco en cada uno. Pero podemos matar a uno, rebobinar el tiempo, matar a otro y repetir, por lo que al final tres personajes matarán a tres enemigos de manera simultánea en cinco segundos. Lo mismo sucede con los jefes finales. Un personaje en solitario podría tardar sesenta segundos en matarlo, pero si colaboramos con diez de nuestros personajes, acabaremos con él en seis segundos.

Si por casualidad esto os parece fácil, tranquilos, que hay más. Para conseguir el juego al cien por cien y desbloquear todos sus contenidos hay que explorar las fases, algo imposible en esos 60 segundos. Así, tendremos que sacrificar nuestras "proyecciones" y dirigirlas a la exploración al lugar del combate. Si por casualidad todo esto os parece demasiado complicado, no os preocupéis, tampoco es para tanto.

La clave está en el diseño

Por mucho que os intentemos explicar de qué va esto, sabemos que puede ser difícil de entender. De hecho, tras completar el tutorial del juego nosotros mismos nos quedamos un tanto confusos, pero tras superar la primera serie de fases todo cobra sentido, y ya nos hemos hecho nuestras propias técnicas de combate y exploración. Obviamente, poco a poco iremos aprendiendo mejores tácticas, nuevas maneras de combinar a nuestros personajes y optimizando nuestras partidas.

No nos podemos olvidar de una clave: combinar a los personajes. Partimos de una base de tres –que ampliaremos según progresamos– con poderes diferentes. Si conseguimos salvar a un compañero que haya muerto en su línea temporal podremos combinarlo con el que tengamos activo en ese momento. Así, tendremos un impacto de margen antes de morir, y al activar nuestro superpoder –dejando pulsado el botón X; una pulsación es un disparo sencillo–, usaremos el nuestro y el del compañero rescatado. Esto llega a ser utilísimo, pudiendo, entre otras cosas, disparar un bazuca mientras nos protegemos con un escudo.

Como decimos, la clave está en el diseño del juego, ya que nadie nos enseña a combinar los poderes, pero los escenarios nos animan a probar, con un diseño bastante acertado no sólo en este aspecto, sino a la hora de crear situaciones. En general, son "muy" variados –teniendo en cuenta su naturaleza– y encontraremos bastantes mecánicas diferentes, con multitud de guiños a juegos como Kid Icarus o Donkey Kong.

¿Otra vez pixel-art?

Pues sí, pero no os preocupéis. Lo cierto es que nos parece que la estética le sienta bastante bien, y se puede jugar perfectamente gracias a un control que responde genial y con unos personajes muy ágiles y equilibrados entre sí. Además, los guiños que comentamos no sólo se ciñen a lo jugable, sino que también veremos multitud de referencias en lo visual a películas como Mad Max o El quinto elemento.

Además, el argumento –contado en español– es de lo más disparatado, ya que justifica el viaje temporal por diferentes épocas las maneras más inesperadas. Por ejemplo, viajamos al pasado para salvar a los dinosaurios de morir porque "estaría bien que conviviesen con los humanos", a la Edad Media para recuperar el Santo Grial, venderlo en internet y salvar un parque de atracciones, o al "futuro" –el presente en el juego son los años 80– para descargar códecs y actualizaciones de internet y poder ver vídeos de gatitos. Imaginaos.

Una pequeña vuelta a los plataformas de acción

A pesar de lo confuso que resulta en los primeros momentos –y alguna que otra vez, cuando se concentra mucha acción en pantalla–, Super Time Force nos ha gustado mucho y entretenido de principio a fin. Una propuesta que sin ser particularmente original funciona muy, muy bien gracias a cómo combina sus ideas, y que consigue sacarnos más de una sonrisa gracias a todos los guiños que guarda y su absurdo sentido del humor.

Sin duda, un título a tener en cuenta para los que se sientan atraídos por la propuesta, y que animamos a probar aunque sea en su versión de prueba –que en Xbox 360 al menos debería tener–. En resumen, Super Time Force es un juego razonablemente duradero –extenso si queremos completarlo al cien por cien–, divertido, bien planteado y adictivo.