Análisis STAY COOL, KOBAYASHI-SAN!: A RIVER CITY RANSOM STORY (Xbox One, Switch, PC)

Nunca está de más recordar una de las sagas fundacionales de un género como el "yo contra el barrio", que tal vez no viva su mejor época, pero que siempre aporta algún juego interesante al año. De hecho, desde que Arc System Works se ha hecho con los derechos tanto de esta saga como de Double Dragon, hay que decir que han hecho un trabajo notable lanzando títulos de una y otra manera.

El juego que nos ocupa es un tanto especial por varios motivos. Como ya dice su nombre el protagonista es Masao Kobayashi, uno de los enemigos originalmente de la saga Kunio Kun. Pero además para su creación se han unido dos de los líderes de la saga: el legendario Yoshihisa Kishimoto (auto denominado abuelo del género y que incluso cuenta con un libro dedicado en francés), y Moqeqe Sekimoto, uno de los dos inspiradores intelectuales de la subsaga que aquí empezó a conocerse como Street Gangs y en América como River City Ransom, y de hecho como podréis ver esta parte está en el mismo nombre del juego.

Dentro de la saga Kunio Kun hay "beat em' up" de los tradicionales, en los que prima el desplazamiento de izquierda a derecha mientras vamos derrotando enemigos de manera secuencial, como la primera entrega de la saga (aquí conocido como Renegade), y de otros tipos, como las versiones para las consolas de Nintendo en los que se encuentra una especie de mezcla entre rol y acción, con un mapa abierto en el que tenemos objetivos, subidas de niveles y otros aspectos más propios de otros géneros que de los "yo contra el barrio" tradicionales, sin olvidar otros algo más raros (hay incluso juegos deportivos). El que hoy nos ocupa coge algo de las dos partes, ya que por un lado tenemos desplazamiento libre por el escenario, y por otro lado hablamos de un beat em' up sin subidas de niveles ni tiendas como las entregas para las consolas de Nintendo.

Un beat em' up muy peculiar

Dicho esto, Stay Cool, Kobayashi-san!: A River City Ransom Story es un juego muy peculiar. Empezando por la historia, ya que aunque el protagonista es Masao Kobayashi, el personaje que marca la diferencia en este caso es Mizoguchi, un regulador del tiempo que está detrás de una organización malvada que está afectando al equilibrio espacio tiempo.

Para ello Kobayashi y su tropa (entre los que se encuentra el eterno protagonista de la saga, Kunio Kun) tienen que detener a los cinco lugartenientes de dicha organización, y así poder enfrentarse al malvado jefe que está detrás de todo este complot. Y aquí viene principalmente la originalidad de este juego, y es que en lugar de ser como una u otra versión, tiene una nueva vía bastante original.

Así, tenemos un mapa abierto, y además no demasiado grande (aunque también hay que decir que en esta ocasión no tenemos un mapa que nos guíe). Este mapa está compuesto por pequeñas zonas interconectadas, la mayoría de ellas de manera natural (por ejemplo, vas corriendo por la calle, que es una zona, entras en el instituto, y la planta baja es una zona, y cada piso posteriormente es otra zona), pero algunas no tanto, ya que, por ejemplo, gracias a unos portales podemos ir a… ¿otra dimensión? ¿las nubes? y volver de allí.

Y no es la única sorpresa con la que cuenta este juego. Para guardar la partida tenemos que hablar con el gato. Sí, sólo hablaremos con él para guardar la partida, pero es la manera de hacerlo. De vez en cuando podemos encontrarnos sorpresas, como acabar pilotando platillos volantes, e incluso abduciendo enemigos.

Pero la sorpresa más grande es el propio desarrollo. Como hemos comentado antes, hay que derrotar a los cinco lugartenientes para poder enfrentarse al gran jefe final. Pero para hacer aparecer a cada lugarteniente hay que derrotar a 30 "masillas" de cada color. En cuanto lo hagamos, al siguiente cambio de escena aparecerá el jefe del color correspondiente, y tendremos el combate correspondiente con cada uno de ellos.

A la hora de hablar del combate hay raciones de sal y arena a partes si bien no parecidas, notables. En general, el sistema combate está bien planteado (ya podrán, esta gente lleva haciendo este tipo de juegos desde los 80), pero la mayoría de los combates son un poco flojos. Podemos cambiar de personajes en tiempo real y si juntamos combinaciones, ataques especiales y el curioso sistema de uso de ítems (se va rellenando derrotando enemigos y luego puede ser usado) lo cierto es que hay bastante variedad, pero en cambio los enemigos a los que nos enfrentamos de normal son bastante aburridos (masillas de varios colores, y alguna sorpresa como naves espaciales o cubos que vuelan) y la manera de encontrarlos es algo aleatoria, de manera que lo primero que haremos será pasear por todo el mapa, y luego ya andaremos de manera algo errática esperando a que aparezca el tipo de enemigo al que tenemos que derrotar para poder hacer avanzar la historia.

Eso sí, cuando aparezca el jefe de turno nos lo vamos a pasar bien, porque además que son bastante difíciles (sin agobiar) sus patrones de ataque suelen ser variados, y como las posibilidades de nuestro equipo de luchadores callejero también son notables, se crea el ambiente perfecto para disfrutar un rato de golpes por uno y otro lado. Como nota negativa no se ve cuanta vida le queda al jefe de turno, de manera que iremos golpeándoles hasta que al final caigan. En caso de que caiga antes Kobayashi aparece una frase pronunciada por nuestro protagonista que provoca que le lleven atrás en el tiempo, un poco.

Normalmente la saga Kunio Kun tira de personajes demasiado cabezones para representar su aspecto, pero en esta ocasión se ha tirado por la vía de las versiones de 16 bits, que son mucho más estilizadas. Si bien en general se sale ganando con este sistema, lo cierto es que el resultado final no es especialmente espectacular salvo en algunos enfrentamientos con los jefes y poco más. Las conversaciones entre personajes se revelan a veces como si fuera una novela visual, y otras a base de poco más que menús.

Mejor está en el aspecto sonoro, donde la banda sonora cumple a la perfección con el tipo de juego que estamos hablando mediante temas llenos de ritmo y energía, pero donde además nos encontramos un buen puñado de voces a lo largo de todo el juego. Por cierto, el juego está traducido a varios idiomas, pero el único occidental es el inglés, así que tal vez sea para muchos jugadores algo difícil seguir el complicado ritmo de la historia.

Conclusiones

Lo cierto es que Stay Cool Kobayashi San: A River City Ransom Story es un juego raro y canónico a la vez. A pesar de tener un desarrollo relativamente corto (en dos horas os lo podéis haber pasado) tiene muchos detalles y elementos secretos que pueden provocar una notable rejugabilidad, y a la vez es recomendable para los aficionados al género como no lo es tanto. Es un título curioso que como poco se puede recomendar para echar un ojo a ciertas ideas algo alocadas dentro de un género tan poco dado al cambio, y que cualquiera que sea aficionado a la saga debe probar.

Hemos podido analizar el juego en PC gracias a un código proporcionado por Arc System Works.