Análisis de Castle Crashers Remastered (Xbox One, Switch, PS4)
Muchos opinan que, sin Xbox Live Arcade, el fenómeno independiente que estamos viviendo no habría existido, o que al menos no con tanta fuerza. Durante unos años, Xbox Live Arcade se convirtió en una tienda que alojaba algunos de los mejores juegos indies, algunos de esos títulos más recordados que se quedarán en la memoria colectiva del jugón. Hablamos de juegos como Braid, Fez, Limbo o el que nos ocupa, Castle Crashers.
Estamos convencidos de que más de uno de los que hoy nos lee, se pasó decenas y decenas de horas –si no cientos– disfrutando de este juego en Xbox Live (o en el servicio de turno) jugando online, y que probablemente, a día de hoy todavía espera una secuela.
Mientras esta llega –o no, que The Behemoth no son de sagas– recibimos Castle Crashers Remastered, que además de alguna que otra mejora y añadido, es totalmente gratuita para quienes compraron el original que se lanzó hace ya más de siete años.
Acción de la vieja escuela con su toque actual
Castle Crashers Remastered es un juego de acción de desarrollo lateral, un beat ‘em up te la vieja escuela en el que tenemos que derrotar a todo lo que se nos venga encima con golpes cuerpo a cuerpo y magias. Una de las partes más destacables de la experiencia es su multijugador para hasta cuatro jugadores simultáneos, que nos ofrece una experiencia divertida, caótica y tan fresca como el primer día.
Otra de las claves es su sistema de progresión, que nos permite subir de nivel e ir mejorando nuestras características en función de nuestros gustos y necesidades. Esto nos obliga a ir acuñando el personaje que queremos, porque la cosa se irá complicando según progresamos –obviamente– y nuestra habilidad no será suficiente para completar algunos escenarios si el nivel no nos acompaña.
Tenemos cuatro atributos que mejorar: fuerza, magia, defensa y habilidad, además de seis personajes iniciales –además de varios desbloqueables– con sus habilidades propias. También contamos con unos animalitos que nos acompañan durante la batalla, y que aportan una ayuda añadida, que puede ir desde atacar a enemigos a buscar objetos por el escenario. Al principio pueden parecer todos los personajes muy parecidos, pero al final se pueden ir definiendo razonablemente.
Su desarrollo nos propone recorrer una serie de niveles conectados entre sí por un mapa a lo Super Mario World, en el que podemos volver a niveles completados, elegir diferentes caminos, descubrir zonas más o menos ocultas, etcétera. Los niveles son bastante sencillos en su diseño, pero consiguen ofrecer situaciones variadas y divertidas desde el principio hasta el final. Además, cuenta con la posibilidad de rejugar todos los niveles con una dificultad muy superior, lo que nos animará a mejorar nuestros personajes si queremos completar el desafío final.
La versión remasterizada
El Castle Crashers original no era un juego del que se pueda rascar mucho en lo visual, pero nos llega a 1080p y a 60 imágenes por segundo, un añadido que no se nota demasiado si no vemos la versión de 360 desde 2008, pero que cuando la ponemos cara a cara, al menos se agradece. Además, las texturas y/o sprites tienen cinco veces más resolución que las originales, por lo que podemos apreciar con más detalle el trabajo artístico de la aventura.
Y es que artísticamente, a nosotros, personalmente, el estilo de The Behemoth nos encanta, y éste puede ser uno de sus títulos más inspirados, con mucha variedad de personajes y escenarios. Su apariencia es un acompañante perfecto para la acción, y encima consigue arrancarnos más de una sonrisa a lo largo del juego sin usar siquiera una palabra. Castle Crashers Remastered sigue siendo el derroche de carisma que ya fue.
A esto hay que añadirle que todos los personajes lanzados como contenido descargable están disponibles sin coste adicional, pudiendo conseguir más de 25 personajes y más de 40 armas. El minijuego machaca botones del original desaparece en favor de "¡Atrás, bárbaro!", en el que tenemos que pulsar los cuatro botones frontales de acción para movernos por un escenario huyendo de los enemigos. Puede parecer sencillo, pero cuando lo probéis probablemente os cueste dejar de jugar.
Por último, si tenemos nuestra partida de Xbox 360 guardada en la nube, podemos descargarla en Xbox One y continuar nuestro progreso. ¿Qué más se le puede pedir?
La remasterización ‘perfecta’
Castle Crashers Remastered es, curiosamente, la remasterización "perfecta". ¿Y por qué decimos esto? Porque mejora el apartado gráfico en la medida de lo posible, introduce todos los contenidos descargables en el juego, cambia un minijuego para mejor, nos deja recuperar nuestra partida guardada original, y en lugar de aprovechar que se lanzó hace siete años para tirar de nostalgia e intentar que los que se lo compraron en su momento se rasquen de nuevo el bolsillo, es gratis para esos compradores.
Castle Crashers Remastered, además, sigue siendo divertidísimo, y uno de esos juegos a los que siempre apetece jugar con amigos. Es cierto que le falta un poco de la frescura que tuvo en su momento, y que si ya le echasteis muchas horas en su momento no sorprende de la misma manera, pero si lo hicisteis podéis descargarlo sin volver a pasar por caja, así que no perdéis nada. Si a día de hoy todavía no habéis jugado a Castle Crashers, esta remasterización es, como se suele decir, la mejor oportunidad para hacerlo.