Análisis de Minecraft: Xbox 360 Edition XBLA (Xbox 360)

Desde luego, ni el mismísimo Markus Persson, alias "Notch", creador de Minecraft, se iba a imaginar el tremendo éxito de su humilde creación. Para entender la grandeza de este juego debemos remontarnos a sus orígenes, y a cómo una base sólida unida al boca a boca y a la participación del jugador, hicieron de Minecraft el fenómeno de masas que es hoy día.

Todo comenzó a mediados de Mayo de 2009, cuando Mojang AB, la empresa sueca propiedad del bueno de Notch, lanzó una versión pública del juego para que todo el mundo pudiera probarlo. Dicha versión, que actualmente es conocida como Classic y puede ser jugada desde la web oficial de Minecraft, regalaba al jugador un mundo aleatorio donde poder construir al más puro estilo Lego. No había ningún reto, y como límite se establecía la imaginación del jugador, así que fueron muchos los que quedaron atrapados por un concepto tan primitivo como embriagador.

La filosofía de Notch respecto al rumbo que debían tomar las siguientes versiones de Minecraft siempre ha sido muy clara: el jugador manda. Y así fue como Notch, apoyándose en el "feedback" recibido por la aquella entonces joven comunidad y las pequeñas cantidades de dinero recaudadas, continúo con la progresión natural del juego añadiendo más y más opciones que completaron lo que a día de hoy es la versión 1.0 para PC.

Pero antes de zambullirnos en la adaptación para 360, vamos a seguir explicando qué es Minecraft. Porque nació como un juego donde poder crear, a base de cubos, construcciones que simplemente nos servían para poder admirar nuestro trabajo. De hecho, nació dándole más significado que nunca al término sandbox, pero gracias a todas esas mejoras implementadas mediante descargas periódicas y a la admirable conexión entre público y desarrolladora, el juego ha evolucionado en un proyecto realmente vasto donde el jugador puede tener un segundo hogar, al estilo de mundos tan establecidos como los de World of Warcraft.

Sobrevive

Principalmente, todas las mejoras llegaron con el modo Survival. Aquí, como bien dice su nombre, además de crear debemos sobrevivir. Y éste es el punto clave con el que Minecraft ha conseguido enganchar a tanta gente. Básicamente, nuestra misión se basa en coleccionar materiales en un tiempo límite para construir un refugio que nos permita pasar la noche fuera de peligro. Porque la oscuridad solo trae malos augurios, y en este juego vienen en forma de zombis, creepers, arañas y demás criaturas dispuestas a dejarte desprovisto de todo tu material.

El principal gancho de este modo de juego es la facilidad que tiene para hacernos olvidar que realmente estamos jugando a algo cutre, hecho con cubos y con gráficos del pasado. Es especialmente inmersivo, como cualquier superproducción que centre sus bazas en generar angustia y terror. Nuestros primeros pasos una vez llegados a los desconcertantes parajes que se generan ante nuestros ojos son los de buscar un hogar. Debemos elegir rápidamente dónde pasar la noche, ya sea bajo tierra o aprovechando una construcción que intuya cierta habitabilidad, así que nos pondremos manos a la obra, nunca mejor dicho, para encontrar árboles que nos proporcionen una de las principales materias prima, que en este caso es la madera.

Poco a poco se nos va agotando el tiempo y el sol empieza a esconderse. Volvemos a nuestro proyecto de hogar para darle los últimos retoques y echamos el pestillo, ya sea con una puerta o simplemente con un bloque para que podamos pasar la noche en paz. Al amanecer, otra vez a trabajar. A investigar esa mina que se disimulaba entre unos arbustos para poder conseguir materia prima necesaria y con ella poder mejorar las herramientas de trabajo. Así, hasta el infinito.

Pero claro, los que no conocéis Minecraft seguramente os estaréis preguntando cómo se fabrica todo eso, si lo único que podemos hacer es destrozar cubos. Aquí es donde hallamos la piedra angular del juego. El apartado donde se sostiene toda su magia, que ha sabido ser explotada por la enorme comunidad que vela por esos novatos que damos palos de ciego en nuestras primeras partidas. Se trata de la creación, o cómo vas a conocerlo a partir de ahora, el "crafting".

Crea

Cuando hablamos de magia es por algo. Los que habéis adorado juegos como Demon’s o Dark Souls os habréis dado cuenta de que una de sus principales virtudes es uno de sus defectos: la ausencia de manuales o tutoriales. En Minecraft pasa lo mismo. Rompemos unos bloques, juntamos unos trozos de madera, otros tantos de tierra y nos venimos abajo con un "¿y ahora qué"? Una vez desorientado, es cuando recuerdas que este juego ha sido creado por y para la comunidad, y entonces recurres a la multitud de guías que hay repartidas por internet. Allí descubres que juntando unos trozos de madera virgen recién talada puedes crear un cubo de una madera más compacta, y con ese cubo, dependiendo de la posición donde lo coloques en tu menú de "crafting", puedes crear palos, puertas, escalones…y la mesa de trabajo. En esta mesa, con ayuda del horno, que también necesita su propia receta para poder hacernos con él, confeccionaremos todos los objetos del juego. Claro, llega un momento en el que si por ejemplo necesitamos una espada de mayor dureza para trasladarnos durante las peligrosas noches, unos lingotes de hierro no serán suficientes, así que nos tocará explorar las profundidades de las minas más angostas para encontrar rocas que contengan trozos de diamante.

Estáis suponiendo bien: como pasatiempo, Minecraft es ideal. Son horas y horas moviéndote de una zona a otra, construyendo la casa de tus sueños o por el contrario armándote de valor para acabar con todos los puntos de reaparición de enemigos. Es un puzle de características sugeridas por el público que encaja a la perfección. No necesita mejores gráficos, porque su encanto no es ese. Todo funciona como se concibe en la mente del jugador. Esa manera tan natural de fluir es una de las razones por las que Minecraft gusta tanto. Pero claro, por otra parte estamos hablando de comunidad, de guías de apoyo e información ¿De dónde ha salido todo eso? Obviamente de los jugadores, que por supuesto no lo han hecho solos, y es aquí donde entra el multijugador.

Comparte

Todo, en compañía, se disfruta más, y en Minecraft esto no es óbice, evidentemente. Con amigos el juego es mucho más disfrutable, porque piensas mejor, creas más rápido y además socializas. Son muchas las noches que pasarás buscando el objetivo que os marcasteis a mitad de tarde. Aquí la comunidad ha trabajado en conjunto con Notch y compañía porque ambos son necesarios para que algo así funcione. De hecho, a través de tantas versiones, el Minecraft original, concebido prácticamente como editor, ha mutado hasta llegar a ser un juego complejo, donde incluso necesitas comer para sobrevivir y donde aumentas de nivel como en cualquier RPG.

Muchos fans consideran que Notch ha abandonado el juego demasiado pronto al considerar que ya "está muy bien como está". No vamos a enzarzarnos en una discusión sobre si está en lo cierto o no, pero sí vamos a vitorear a la cacareada comunidad de Minecraft, especialmente a la modder, por haber creado, a partir de una idea, tantas y tantas modificaciones que han roto los pocos límites que quedaban por romper.

Si no puedes volar más alto, ahí tienes un pequeño descargable que te permitirá hacerlo. Si quieres seguir un guión en cooperativo con un amigo porque no te apetece pensar, seguramente encontrarás cientos de pequeñas y grandes aventuras que te arreglarán la tarde. Es encomiable el esfuerzo de toda la gente que a diario ofrece su talento para hacer de Minecraft un lugar mejor. En portales como Youtube podéis encontrar miles de ejemplos, como recreaciones de series de televisión, homenajes y construcciones absolutamente alucinantes. Conectar en Minecraft es muy fácil, y ya sea con tu IP, la de tu amigo o la de un servidor externo, la presunta inocencia que desprende el juego una vez debutas con él, puede llegar a convertirse en un MMO en toda regla, como insinuamos al principio del análisis.

Pero dejémonos de irnos por las ramas. Vamos a centrarnos en la versión de Xbox. Es la primera conversión para consola después de su paso por dispositivos móviles, y como gran acontecimiento que es, una vez recordadas las claves del éxito de Minecraft, pasemos a conocer qué tal le ha ido a esta adaptación.

Sobrevive, crea y comparte en tu consola

Fue anunciado hace mucho tiempo y desde entonces las expectativas se han disparado. Pero no por las novedades que puede ofrecer, sino porque desde la lejanía del mundo del PC, muchos usuarios de consola tenían ganas de saber el porqué de todo el ruido. Por fin llegó al bazar de XBLA y hemos podido jugar las horas suficientes para darnos cuenta de que conserva todo su espíritu. Toda su síntesis ha permanecido intacta, y además invita a todos esos indecisos a conocerlo a fondo de la manera más amigable posible.

El equipo escocés 4JStudios ha sido el encargado de realizar el trabajo sucio de programación. Su historial (Oblivion de PlayStation 3 o los remakes para XBLA de Perfect Dark y Banjo Kazooie) nos recuerda que en estas lides se desenvuelven como pez en el agua, y con solo unos minutos al mando vamos a darnos cuenta de que no solo lo han hecho en materia gráfica, que dicho sea de paso, no es el aspecto más destacable de Minecraft, sino en algo tan complicado como adaptar el control de teclado y ratón al pad.

Usaremos el gatillo derecho para golpear, el izquierdo para accionar y los botones para saltar, desprendernos de objetos y abrir el inventario y el menú de creación. Para navegar entre las numerosas listas tenemos los botones RB y LB, la cruceta para pasar entre casillas de manera precisa y el stick izquierdo a modo de puntero. Todo es bastante intuitivo y está pensado para que cualquiera que domine un FPS en consola se sienta cómodo a las primeras de cambio.

Cuando hablábamos de enfrentarnos a Minecraft de la manera más amigable no solo nos referíamos al control, sino a cómo se ha adaptado el crafting y la manera de aprender a usarlo. Además de disponer de un tutorial bastante completo que nos recibirá con los brazos abiertos para que aprendamos a realizar las acciones más básicas, todo lo que concierne al crafting se ha simplificado. Ya no hará falta que tengamos Google cerca para aprender a construir una cama, sino que la misma mesa de trabajo nos va a avisar sobre los materiales que necesitamos para ello y su posición en el esquema de 3x3. Es decir, si en el Minecraft para ordenador teníamos que devanarnos los sesos para adivinar que con tres bloques de madera y tres de lana colocados en las dos primeras líneas fabricaríamos la dichosa cama, aquí simplemente visualizaremos el esquema y el icono resultante, con un aviso de los cubos que nos faltan para conseguirlo. Una vez tengamos todo, accederemos a la mesa de trabajo, sección estructuras, seleccionaremos la cama y con el botón A guardaremos una en nuestro inventario.

Decepcionante para los más puristas, pero una solución agradable para un juego que busca comodidad en los controles y quiere abandonar todo lo que tenga que ver con el uso de ratón y teclado. Igualmente, una vez superado el tutorial y este cambio en la concepción del crafting, podemos adentrarnos en el modo Survival con grandes esperanzas.

Llegados a este punto tenemos un Minecraft al que le falta el medidor de hambre y algunos animales y enemigos de las últimas actualizaciones para ordenador, así que podemos decir que la conversión es el equivalente a una de las betas del año pasado. También adolece de un modo tan importante como el de Creativo, pero a la hora de jugar sigue conservando todo el encanto del original y se mueve con la fluidez que se echaba de menos en algunos ordenadores. Y por mantener, sigue manteniendo sus anodinos efectos de sonido y esas músicas de ascensor que nos recuerdan lo entrañablemente rancio que quiere ser.

Pero no todo son "malas" noticias, porque el factor multijugador lo conserva. Bien es cierto que no lo hace a lo grande, porque no presenta ninguna compatibilidad con el PC y por lo tanto pierde mods, skins y acceso a grandes servidores, pero sí nos deja jugar con hasta 7 personas más en el Live para generar mundos que guardaremos en nuestras consolas, registrando hasta el más mínimo cambio.

La principal novedad dentro del multijugador es el sorprendente modo a pantalla partida. Sí, habéis leído bien, esta opción, tan en desuso en los últimos tiempos, no solo nos dejará jugar con dos personajes desde el mismo sofá, sino que partirá la pantalla en 4 bloques para que la misma cantidad de personas puedan jugar en la misma consola. Y lo mejor de todo es que es tan fácil incorporarse como pulsar el botón Start en cualquier mando conectado.

De momento no hemos podido probar el online por la ausencia de mundos donde poder entrar, y aun activando en el nuestro la opción de estar visible en línea, nadie ha visitado nuestra humilde morada, así que nos reservamos el derecho de opinar, pero confiamos plenamente en que su funcionamiento será el correcto y con ello podamos disfrutar de una experiencia grata.

Conclusiones

Esta versión de Minecraft ha llegado capada en opciones pero no en esencia. Sigue siendo Minecraft, y además se controla muy bien, que era una de las principales preocupaciones. Faltan opciones que ya han llegado a las versiones de ordenador, entre ellas modos de juego como Creativo o Hardcore, los nuevos elementos de RPG y desgraciadamente la posibilidad de aplicar mods y skins para nuestros personajes. Pero aun con sus limitaciones, es un juego mucho más amigable para el usuario novato gracias a su tutorial y al renovado sistema de creación de objetos.

Esperamos que la etiqueta de descarga de contenido que encontramos en el menú principal se llene a partir de ya con DLCs que acerquen este Minecraft al original. Por el momento, podemos disfrutar de su genial modo Survival, tanto solo como acompañado de manera local y online, y eso, hablando de un juego de estas dimensiones, ya es mucho decir.