Análisis de Hora de Aventuras: ¡Explora la mazmorra porque yo paso! (Xbox 360, PC, PS3)
Si hay alguien que todavía no conozca a día de hoy las aventuras de Finn y Jake, debería de plantearse seriamente el echarle un vistazo a Cartoon Network, ya que se está perdiendo una de las mejores series de animación de los últimos años. Que no os engañe su aspecto infantil, ya que si bien los más pequeños pueden disfrutarla muchísimo, quienes de verdad le sacarán todo el jugo serán los que ya tengan más de dos o tres décadas a sus espaldas. No en vano, cuenta con ciertos capítulos, tramas y bromas que un niño difícilmente acertará a entender, lo que explica que la mayoría de sus seguidores tengan ya una edad más que respetable.
Que Hora de Aventuras acabaría teniendo su propio juego era algo más que evidente, ya que una serie tan inspirada por el rol y los videojuegos pedía a gritos una adaptación al formato interactivo. De hecho, Hora de Aventuras: ¡Explora la mazmorra porque yo paso! no es el primero que se ha lanzado al mercado, aunque sí el primero en estrenarse en nuestro país y en consolas de sobremesa y PC. Por desgracia, tal y como iremos viendo en este análisis, el resultado final no está a la altura de lo que una serie así se merece, aunque al menos sabrá mantenernos entretenidos durante unas cuantas horas.
Una mazmorra demasiado larga
El punto de partida de la historia no podía ser más simple. Algo está pasando en el subsuelo del Reino de Chuchelandia, donde se oculta una enorme mazmorra destinada a mantener encerrados a los enemigos de dicha tierra, motivo por el cual la princesa Chicle acaba pidiendo ayuda a Finn y Jake para que la exploren y descubran lo que está ocurriendo, porque tal y como reza el título del juego, ella pasa completamente.
Con esta excusa (la cual acabará desembocando en una trama que consigue ponerse interesante en sus últimos compases y que encaja perfectamente en la historia de la serie) nos adentraremos en una mazmorra de 100 pisos tomando como base de su jugabilidad el mítico Gauntlet de Atari. Por lo tanto, desde una perspectiva aérea tendremos que explorar cada uno de los niveles de dicha mazmorra buscando las escaleras que nos permitan pasar al siguiente. Por el camino habrá muchos enemigos, generadores de monstruos, interruptores, puertas cerradas con llaves, tesoros que recoger, cofres y trampas. Además los pisos se generan aleatoriamente, por lo que si repetimos alguno nunca serán iguales.
Sobre el papel la verdad es que no suena mal, ya que un juego de este estilo podría casar perfectamente con la serie (donde ya hemos visto a sus protagonistas explorar todo tipo de mazmorras), el problema es que su ejecución deja bastante que desear. Para empezar el sistema de combate es terriblemente simple. Básicamente tendremos un combo de dos o tres golpes, un ataque cargado, una ofensiva con el arma secundaria que tengamos equipada, técnica especial, defensa y esquiva.
Para darle algo más de interés, cada uno de los personajes del juego tiene sus propias características especiales, de forma que por ejemplo Marceline puede volar sobre los acantilados y comerse proyectiles rojos en vez de defenderse, mientras que la Princesa Llama cuenta con poderosos ataques a distancia y es (evidentemente) inmune al fuego. Lo cierto es que la experiencia de uno a otro varía sensiblemente y a la hora de jugar en cooperativo se compenetran muy bien entre ellos, lo que no quita que hagamos prácticamente lo mismo desde el primer piso hasta el último.
El sistema de progresión se basa únicamente en mejorar las estadísticas de los personajes (Aguante, Brutismo, Concentración e Imaginación), por lo que olvidaros de ir aprendiendo nuevas técnicas y habilidades o de conseguir equipo. Como mucho la animación de vuestro ataque de Imaginación variará dependiendo de lo lleno que tengáis el medidor, aunque estos suelen consistir únicamente en una imagen estática ocupando toda la pantalla, por lo que tampoco esperéis demasiado de ellos.
Hablando de progresión de personajes, para aumentar sus parámetros tendremos que hablar con unos personajes en el Reino de Chuchelandia, como Lady Arcoíris, y pagarles una determinada cantidad de tesoros. Estos se consiguen en los pisos de la mazmorra, aunque no los podremos conservar para siempre, ya que los perderemos una vez nos volvamos a adentrar en ella, por lo que conviene gastar todos los que podamos antes de seguir explorándola.
El desarrollo de la aventura siempre será el mismo: cada cinco pisos se nos dará la oportunidad de regresar a la superficie y cada diez tendremos un enfrentamiento contra un jefe final. Estos últimos suponen los mejores momentos del juego, ya que suponen un soplo de aire fresco que se agradece enormemente, ya que cuentan con mecánicas muy únicas que no vuelven a repetirse en todo el título y que no caen en las rutinas tradicionales. Tan pronto nos veremos huyendo de una multitud enfurecida, que afinando el oído en la oscuridad o enfrentándonos a unas estatuas de hielo de Fionna y Cake.
Si se hubiera hecho un mayor esfuerzo en poner más momentos como estos y sorprender al jugador con mayor asiduidad, probablemente estaríamos hablando de un producto mucho mejor, pero no es el caso, por lo que el aburrimiento y la monotonía no suelen tardar en llegar. Para hacer esto más llevadero se nos da la oportunidad de jugar en cooperativo (por desgracia únicamente local).
Si conseguís juntaros con otros tres amigos a los que también les guste la serie, la exploración de la mazmorra se hace mucho más entretenida y divertida, y de paso se alivia bastante la dificultad, ya que si bien en sus primeros compases parece una aventura extremadamente sencilla, jugando solos, los últimos 50 pisos pueden convertirse en una auténtica pesadilla, especialmente los pertenecientes a la recta final, donde solo veremos proyectiles volando hacia nosotros, trampas y generadores de enemigos que no paran de escupir más y más monstruos.
En caso de que nos quedemos con ganas de más tras terminar la aventura principal (algo que nos llevará unas 15 horas de juego aproximadamente), podremos dedicarnos a cumplir las misiones que nos encarguen los habitantes de Chuchelandia que vayamos rescatando o a explorar la Nochesfera, una mazmorra adicional que desbloquearemos en un punto bastante avanzado de la partida, cuya dificultad nos pondrá realmente a prueba y que nos hará enfrentarnos con jefes cada cinco pisos. Eso sí, para conseguir tesoros resulta ideal, por lo que se convierte en una buena opción para mejorar a nuestros personajes al máximo.
Gráficamente el juego intenta presentar un estilo retro, con sprites en 2D para los personajes y fondos poligonales, aunque el resultado se nos antoja mejorable. Las animaciones no son nada del otro mundo, los protagonistas podrían lucir mucho mejor y a nivel artístico acaba cansando, ya que los fondos apenas varían (en los 100 pisos de la mazmorra principal apenas veremos cinco escenarios diferentes).
En el plano sonoro la cosa no mejora demasiado, con una banda sonora no muy inspirada, a excepción de alguna que otra canción puntual. Lo mismo se puede decir de los efectos de sonido, totalmente repetitivos. La papeleta la salva el excelente doblaje inglés (los textos si están en nuestro idioma, y muy bien traducidos de hecho) con el que cuenta. Sí, inglés, sabemos que esto para muchos habituados al doblaje español de la serie será un punto muy negativo, pero no se puede negar que el trabajo de los actores originales es de diez.
Conclusiones
Hora de Aventuras: ¡Explora la mazmorra porque yo paso! se siente como un producto hecho con cierta desgana y con la única intención de vender aprovechando el tirón que tiene actualmente esta genial serie. Sin embargo, jugado con amigos llega a hacerse entretenido y nos hará pasar un buen rato con algunos de los personajes más carismáticos del panorama televisivo actual. Eso sí, quizás prefiráis esperar a una oferta o a que baje de precio, ya que por mucho que nos guste la tierra de Ooo, por lo que cuesta de salida hay muchos tesoros más interesantes que buscar en otros sitios.