Análisis de Super Mario Bros. 3 CV (Wii U, Wii, Nintendo 3DS)

No se puede discutir que Super Mario Bros. 3 es uno de los grandes videojuegos de la historia: la madurez de las plataformas se consuma en este videojuego en el que Mario gana poderes, profundidad en toda su concepción y que supone uno de los hitos más destacados de los 8 bits. No solo eso: sin él, Super Mario World no habría sido posible y muchos otros juegos no existirían hoy sin el pilar fundamental que supuso este título en la trayectoria de Nintendo. Dicho esto, la política de Nintendo de ofrecer sus juegos en la Consola Virtual tal cual era en su momento no deja de ser una visión purista del asunto que puede gustar a unos y disgustar a otros.

Cuando un juego se presenta sin ningún cambio con respecto a lo que ofreció en 1988 (no llegó a América hasta 1990 y a Europa hasta 1991) siempre hay cuestiones que deben afrontarse y más si tenemos en cuenta que Nintendo lanzó en Super Nintendo Super Mario All-Stars, un recopilatorio que ya llevaba este juego a los gráficos y sonidos de 16 bits sin adulterar ningún elemento de su jugabilidad… y que no se lanzó nunca en la Consola Virtual de Wii pero sí en formato físico de edición limitada (y como muchos recordarán, sin incluir ninguna novedad con respecto a lo que ya tuvimos en Super Nintendo).

Tampoco podemos olvidarnos de que en GBA se lanzó -en 2003- Super Mario Advance 4: Super Mario Bros. 3, que tomaba como base el mismo remake que vimos en el citado recopilatorio de SNES.

Desde un punto de vista del negocio hay varias perspectivas, motivaciones y opiniones a considerar, pero como usuario resulta extraño que se tomen este tipo de medidas. Por supuesto, habrá quien quiera solo la versión original; habrá quien quiera la versión del lavado de cara de Super Nintendo y habrá quien quiera algo más hoy en día. Contentar a todos los clientes es difícil, o simplemente imposible, pero uno no deja de tener la sensación de que en ocasiones la política de la Consola Virtual es insuficiente para lo que quieren no pocos usuarios.

Doble asalto a la Consola Virtual: Wii U y 3DS

A eso hay que añadir que este juego se lanza simultáneamente en la Consola Virtual de Wii U y en la de Nintendo 3DS, pero no hay opción de compra cruzada (algo que hace mucho que ofrece Sony) y eso ya es un problema más a toda la política. Un usuario que tuviera el juego en Wii mediante la Consola Virtual (se lanzó en 2007) puede arrancar Wii U en modo Wii para jugarlo (si ha transferido los datos de su Wii original), o volver a pagar (menos, pero pagar) para disfrutarlo en Wii U con las opciones de modo off-TV (es decir, jugar usando la pantalla del mando como pantalla principal) y poco más. Y luego pagar otra vez si quiere tenerlo en la portátil.

Es el tipo de cosas que molestan a los usuarios sobre todo porque otras compañías han mostrado que hay otras (y mejores) formas de proceder para tener contento al consumidor. Al fin y al cabo, hay que admitir que aquellos que compran un juego antiguo van a hacerlo porque tienen gran curiosidad o nostalgia y en muchos casos serán seguidores veteranos de la marca. Alienar al público fiel no es nunca una buena medida empresarial, o eso creemos nosotros desde el punto de vista del usuario final (que no es, ni mucho menos, la del despacho en la que se toman decisiones corporativas).

Sumemos una consideración más a todo esto. Los usuarios que compren el juego en Wii U podrán jugarlo con el GamePad sin usar la televisión, una pequeña ventaja añadida, sin duda alguna. Los usuarios de Nintendo 3DS no disfrutan ni de la aplicación de imagen tridimensional: os recordamos que no es lo mismo la gama de juegos de la Consola Virtual (tal cual eran originalmente) que la gama de juegos 3D Classics, donde sí se integra la imagen 3D. El usuario de la portátil debe tener en cuenta esta diferencia para evitar llevarse la sorpresa de ver que el juego no tiene ninguna mejora, ni siquiera en el aprovechamiento de la imagen 3D que ofrece la portátil.

En cuanto al título, Super Mario Bros. 3 es tanto en la consola doméstica como en la portátil un juego que se ve exactamente igual que en el original de NES. Los aficionados notarán -sin duda- que aparece una banda "muerta" en el margen izquierdo de la imagen: no es un fallo de la conversión. Esta banda estaba presente ya en el original pero no se apreciaba porque las pantallas de tubo (los televisores CRT, es decir, las teles de culo) eran curvas y los bordes de la imagen se perdían. Ahora, como vemos la totalidad del panel del televisor (o de la pantalla de la portátil o del GamePad) ese margen se hace evidente. En el margen derecho pueden apreciarse muy ocasionalmente pequeños artefactos que tampoco se verían en una pantalla CRT pero que ahora sí son apreciables.

De la misma manera, el sonido que ofrece el juego es el mismo sin alteraciones con respecto al original. En Nintendo 3DS sigue apreciándose mejor con auriculares, como pasa siempre con todo dispositivo portátil, pero es cierto que el sonido de 8 bits no acusa tanto la pérdida de fidelidad que implica usar los altavoces de serie. En definitiva, tanto por control como por experiencia audiovisual, es como tener en nuestras manos el original: ni más ni menos. Ya es cuestión de cada uno saber si eso es lo que quiere o no.

Tan divertido y jugable como hace dos décadas (y media)

Si tenemos en cuenta que Super Mario Bros. 3 debutó en 1988 en Japón, esto significa que tiene ya la nada respetable edad de 26 años. Los estándares gráficos de entonces nada tienen que ver con los actuales, pero los usuarios poco familiarizados con esta época del videojuego deben saber que este es un juego que sorprendió a propios extraños y que llevó a la veterana NES no solo a sus límites, sino quizá incluso más allá gracias a la inclusión de chips de apoyo en el cartucho y que es el fruto de dos años de trabajo. Dos años para un videojuego hoy en día es normal, incluso poco para algunas grandes producciones, pero entonces esos tiempos de desarrollo eran la excepción y muestra el mucho mimo que se puso en el juego.

Nintendo introdujo chips MMC3 de gestión de memoria que permitieron cosas excepcionales para mejorar la animación, mover la pantalla diagonalmente con suavidad e incluso dividirla para gestionar separadamente la zona de acción con la barra de información inferior. Esto parece algo sin importancia, pero es parte de los muchos trucos técnicos y de programación que se aplicaron para conseguir unos resultados que dejaban con la boca abierta. Solo la gama de colores más apagada de la consola (en comparación con Master System y otros sistemas) lastró ligeramente el impacto visual, que seguía siendo mucho.

El título introdujo la idea de un mapa en la saga y nos permitía seguir diversos caminos (era posible eludir niveles y rejugarlos) y enfrentarnos a algunos retos adicionales repartidos por el escenario. Cada nivel es diferente y se dividen en ocho grandes mundos con montones de poderes para el fontanero, destacando especialmente el traje de mapache (que ha vuelto a la primera línea en las últimas entregas de la serie). Mario corre, nada y vuela, pero también se mete en una bota y realiza montones de actividades sin abandonar nunca la esencia plataforma de la serie. Este es el juego que lleva la fórmula a un nuevo nivel y lo hace con un acierto tras otro.

La progresión de la dificultad está muy cuidada, mostrando una madurez jugable que no se daba en las anteriores entregas. El juego se va haciendo cada vez más difícil con una suave curva que consigue que los últimos niveles sean retos bien complicados, sustancialmente más que la media de las entregas actuales. No es que sea un juego difícil, pues está ya muy refinado en su control, pero sí que se hace complejo en los niveles avanzados, donde se multiplican los peligros y calcular mal un salto o la rutina de un enemigo nos puede dar un disgusto.

Al sistema de guardado de partida que se integra con la Consola Virtual ayuda a facilitar el progreso, pero hay que tener en cuenta que el juego ofrece un amplio abanico de recursos para no tener problemas. Durante los primeros mundos es muy fácil sumar una gran cantidad de vidas que ya gastaremos en los últimos, por ejemplo. De esta manera, se compensa el mayor reto que suponen los niveles avanzados del juego.

Teniendo en cuenta las limitaciones que tenía NES, este es un juego lleno de color y de vida. Sobre todo, resulta en un título dinámico en el que tenemos nuevas experiencias prácticamente nivel a nivel gracias a uno de los diseños más inspirados que ha firmado Nintendo en toda su historia y que, gracias a sus muchos experimentos en este título, maduró en los grandes juegos que le sucedieron. Pero qué duda cabe de que todo eso no sería posible sin los riesgos que se asumieron aquí y que siguen conformando una de las mejores experiencias de plataformas que se pueden encontrar y, en definitiva, uno de los mejores videojuegos de la historia.

Conclusiones

Parece increíble, pero no se puede decir de otro modo: Super Mario Bros. 3 sigue jugándose como el primer día. Es una experiencia de plataformas que podría lanzarse hoy en día y seguiría siendo una de las mejores opciones del mercado. En buena medida, de eso se trata en la Consola Virtual. Solo se necesitan dos botones y una cruceta direccional para disfrutar de uno d ellos mejores videojuegos que ha habido en la historia, algo muy alejado de las complicaciones contemporáneas de cualquier título.

Podemos quejarnos -con mucha razón- de los inconvenientes de la Consola Virtual, de la política de precios, e incluso de cómo ha envejecido en lo audiovisual el título, pero hay una cuestión que está fuera de toda duda: jugar con Super Mario Bros. 3 es divertirse y disfrutar de principio a fin. No hay tantos juegos de los que se pueda decir eso con una convicción tan firme ni son tantos los videojuegos que han hecho tanto por definir no solo una saga o un género, sino por marcar un hito que es relevante para toda una industria.

Nos encontramos, por tanto, ante una diatriba que solo el usuario final podrá resolver: ya sabe que el juego es una maravilla y eso no es algo que vayamos a descubrir cuando ya tiene más de 25 años de historia, pero ¿comparte los ideales de la Consola Virtual? ¿Quiere respaldar su modelo de negocio o quiere que estos clásicos tengan otro tipo de trato y salida comercial? Cada uno deberá tomar la decisión que considere apropiada; nosotros solo podemos decir que si alguien no ha jugado con Super Mario Bros. 3 no sabe lo que se ha estado perdiendo todos estos años.